Durante todo el embarazo, llevamos a nuestros bebés dentro de nuestra barriga, protegiéndolos mientras ellos continúan creciendo y desarrollándose cada semana, hasta el día de su nacimiento, en el que están listos para salir al mundo.
Sin embargo, el hecho de que no les llevemos dentro no significa que ya cuenten con las capacidades y habilidades para sobrevivir por sí solos. De hecho, los primeros tres meses después del parto son conocidos como el "cuarto trimestre", pues aunque el embarazo ha terminado, el bebé aún nos necesita como si estuviera dentro de nosotras.
La teoría del cuarto trimestre
Hace algunos años compartíamos la teoría del cuarto trimestre propuesta por el doctor Harvey Karp, en la que se afirma que los seres humanos nacemos con tres meses de antelación, teniendo la madurez suficiente para sobrevivir, sí, pero no por sí solos.
De acuerdo con esta teoría, la incomodidad que ellos sienten al estar fuera del útero tras nueve meses, sería el motivo por el cual durante sus primeros tres meses de vida se presentan problemas de sueño, cólicos, ansiedad. ¡Y tiene mucho sentido!
Pongámonos por unos segundos en el lugar de un bebé recién nacido: después de haber estado nueve meses en un entorno seguro, cálido, acogedor y tranquilo, de repente un buen día sale de él, para encontrarse con el mundo y un millón de estímulos a su alrededor.
Luces, sonidos y nuevas sensaciones totalmente diferentes a su antiguo hogar ahora llegan hacia él. En cuestión de minutos, vive un cambio muy drástico de ambiente. ¿Verdad que no suena fácil o agradable? Seguro ahora podemos entender mejor por qué los bebés siguen necesitándonos tanto durante sus primeros meses.
Regresando a la teoría del cuarto trimestre, podría decirse que los seres humanos nacemos "a media cocción", pues a diferencia de otros mamíferos que en cuanto nacen son capaces de caminar o correr, nosotros nacemos solo con las habilidades básicas mínimas para sobrevivir.
Esto también es algo que se menciona cuando hablamos de la exterogestación o gestación exterior, que se refiere a los primeros nueve meses de vida después del parto y en los cuales el bebé completa su desarrollo mínimo para comenzar a explocar el mundo más alla de sus padres. Pero por ahora, nos enfocaremos específicamente en el cuarto trimestre.
Ya no está dentro de ti, pero aún te necesita
Conociendo todo esto, es más fácil entender y comprender por qué se le llama cuarto trimestre a los primeros tres meses de vida de nuestro bebé. Y es que durante esta etapa, más que presentarlo al mundo, debemos continuar proporcionándole un entorno lo más similar posible al que tenía cuando estaba dentro del útero.
Debemos tomar en cuenta también un dato que personalmente me fascina acerca del desarrollo del bebé: su cerebro crece más rápidamente en las horas y días posteriores al parto, hasta el tercer mes de vida, en el que alcanza la mitad de lo que será su tamaño adulto.
Por ello, además de atender sus cuidados físicos durante el cuarto trimestre, también es importante cuidar su bienestar emocional, y esto lo lograremos manteniéndolo cerquita, viéndole a los ojos y creando un vínculo afectivo con él desde el primer día.
Así que haz oídos sordos a esa famosa creencia de que los bebés se "malcrían" y tómalo en brazos cada vez que puedas, pues ahora más que nunca, él necesita sentir tu calor y contacto, que le proporcionarán la seguridad que necesita durante ese cuarto trimestre, en el que ya se encuentra fuera de tu barriga, pero aún te necesita.