Cunas para bebés (II)

Si el jueves pasado hablábamos de los principales elementos que tiene una cuna y cómo elegirlos, hoy es el momento de ver qué cuna es la mejor según vuestras necesidades. Lo primero que tenéis que pensar para elegir la cuna idónea es dónde la vais a poner y de cuánto espacio disponéis, ya que no es lo mismo que sea una cuna para ponerla en vuestra habitación, para un cuarto separado o una cuna de viaje. Recordad que la cuna debe ser siempre de 20 a 30 centímetros mayor de lo que mida el pequeño en cada momento.

Lo ideal es que compréis una cuna en la que el niño pueda estar durante sus primeros años, aunque si no tenéis mucho espacio, la opción más racional es un moisés, que, debido a su pequeño tamaño, permite colocarla en cualquier parte, así como acunar al pequeño. El moisés es una buena opción, pero el niño sólo lo podrá usar sus primeros 3 ó 4 meses, así que la mayoría de las familias optan por bien compartir cama con los padres durante ese tiempo o por una cuna más grande.

La cuna clásica suele ser de madera o de metal y tiene unos barrotes con la altura suficiente para que el niño no salga de ella y separados por una distancia menor de 20 centímetros para que no pueda introducir la cabeza entre ellos. La mayoría de los padres se decantan por esta opción que suele tener ruedas y recubren los barrotes con tela acolchada para que el bebé no se haga daño. Es fundamental que tenga el acceso despejado al menos desde uno de sus lados para poder cuidar al niño adecuadamente.

Una opción que cada vez está tomando más fuerza es la cuna convertible, que incorpora en el mismo mueble un cambiador o cajones donde guardar la ropa y los objetos de higiene del pequeño. Su versatilidad es su principal ventaja y su precio es su mayor inconveniente (ninguna baja de los 1.000 euros). No obstante, existen modelos que "crecen" con el niño y se pueden llegar a convertir en camas que se pueden utilizar hasta los 7 u 8 años y que te permitirán cambiar la decoración de su cuarto dándole una mano de pintura.

Si sois una familia que se mueve mucho, es posible que queráis elegir una buena cuna de viaje para que en vuestros desplazamientos el pequeño se sienta como en casa. Como decía Eva, lo mejor es coger una cuna que se pueda adaptar a varias alturas para que vaya creciendo con el niño. Sobre la conveniencia o no de que sea desmontable o plegable, eso ya va en los gustos de cada uno, si respeta las normas de seguridad de la UE y los consejos sobre colchones que os dimos en el post anterior.

Existe también una gama de cunas especialmente diseñadas para el colecho que funcionan como una extensión de la cama de los padres, permitiendo que éstos se ocupen del bebé durante la noche de manera cómoda y segura. En Bebés y más ya os hemos hablado de algunos modelos que cumplen esta función, como la Cuna Sidecar o la Cuna Belly de la que nos hablaron nuestros compañeros de Decoesfera. Ambas opciones permiten adaptar la cuna a las necesidades de los padres en el caso de que decidan que el niño tenga su propio espacio.

Imagen vía | Apartment Therapy En Bebés y más | Especial Decoración, Cunas En Decoesfera | Cunas

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