Después de ver el martes pasado qué elementos son imprescindibles en la habitación del bebé, hoy os invito a profundizar un poco más viendo más concretamente las características mínimas que deben tener. Recordad como siempre que todos estos elementos serían los ideales, pero que cada uno de vosotros tiene que ver cuáles os caben en la habitación o si tenéis algún mueble en la casa que os sirva de sustituto.
Cuna: Efectivamente, vuelve a salir el tema de la cuna, y saldrá más porque tenemos un post dedicado en exclusiva a este elemento. De manera orientativa, es importante que la separación entre barrotes sea la suficiente para que el niño no pueda meter la cabeza entre ellos; que la altura también sea suficiente para que en cuanto se ponga de pie no se ponga en peligro pero tampoco impida a los padres llegar bien a él. Si la cuna tiene ruedas, asegúrate de que existe un mecanismo para bloquearlas (aunque mientras estés acunando al pequeño las utilices). Cambiador: Existen en el mercado varias opciones de cambiador, y tenéis que tener en cuenta para elegir bien el espacio del que disponéis, además de vuestro presupuesto. Existen cambiadores fijos y plegables. Los cambiadores fijos en ocasiones son susceptibles de tener una bañera incorporada aunque esto no siempre es opción. La gran ventaja de los cambiadores plegables es que los puedes guardar en cualquier sitio, una vez hayas terminado de cambiar al niño.
Asegúrate siempre de que el bebé no pueda rodar de él al suelo. Esto se evita con los cambiadores que tienen los bordes levantados. Además, es útil que el cambiador cuente con un espacio para guardar los pañales y todas las cosas que necesitas para cambiar al niño, como cremas, toallitas y botes.
Armario: Como ya dijimos, es importante que organices el armario para las cosas de tu bebé. Dentro de él, tiene que haber un espacio para la ropa y otro igual de grande para todos los “complementos" como ropa de cama, bolsas, cambiadores de paseo, aparatos eléctricos que no estés usando constantemente…
Espacio para amamantar o dar el biberón: Si has conseguido un dormitorio cálido y acogedor, lo más seguro es que quieras que el bebé coma ahí también, ya sea mamando o del biberón. Aprovecha y prepara un lugar donde la madre se encuentre cómoda, preferiblemente un asiento bajo. Los médicos recomiendan poner al recién nacido sobre una almohada colocada en el regazo de la madre para que ésta no se tenga que agachar.
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