¿Cuánto tardaron en cortar el cordón umbilical de vuestros bebés? ¿Lo cortaron enseguida o esperaron 2 o 3 minutos como se recomienda desde hace unos años? Porque durante décadas a los niños se les ha cortado el cordón como si estuviera en riesgo de algo terrible de no hacerlo enseguida, que parece que nacen con un reloj en cuenta atrás al que le quedan 10 segundos para llegar a cero con consecuencias nefastas si eso sucede, y resulta que no hay ninguna prisa porque esperar es mejor.
Sabemos que esperar 2 o 3 minutos después del parto, mientras el cordón sigue latiendo, tiene como beneficio a corto plazo el hacer llegar al bebé más sangre, que se traduce en más hierro, más hemoglobina, un mayor efecto antioxidante y un descenso de la inflamación en los casos de partos inducidos. ¿Y a largo plazo? ¿Hay algún beneficio? Pues un estudio reciente dice que sí, porque se ha visto que los niños cuyos cordones se cortaron 3 minutos después de nacer tienen un mejor desarrollo neurológico a los 4 años de edad
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Corte del cordón: 10 segundos versus más de tres minutos
Los investigadores del estudio tenían claro cuáles eran los beneficios tempranos de esperar a cortar el cordón umbilical, pero tenían dudas de si esos beneficios se alargaban en el tiempo y decidieron ver qué diferencias puede haber más allá de los 12 meses de edad.
Cogieron una muestra de 382 niños, en Suecia, todos ellos bebés nacidos a término tras un embarazo de bajo riesgo y fueron seguidos hasta los 4 años de edad. Estos niños se dividieron en dos grupos y mientras a uno se les pinzó el cordón a los 10 segundos de nacer, a los otros se les hizo después de 3 minutos.
Pasados cuatro años, evaluaron a los 263 niños que aún seguían en el estudio con varios test y pruebas (test de inteligencia, de habilidades motoras, sociales, de resolución de problemas, de habilidades de comunicación y de comportamiento) y vieron que los del grupo de los tres minutos tenían mejores habilidades sociales y más habilidades en cuanto a psicomotricidad fina que los otros. En la evaluación del cociente intelectual vieron que no había diferencias. Este beneficio, la mejoría, fue más acusada en los niños varones, pues en el caso de las niñas no se consideró estadísticamente significativa.
¿Por qué tenían más habilidades?
Por la misma razón que a los 6 meses tienen más hierro, porque en esos 2 o 3 minutos de nada, pasa una cantidad de sangre de la placenta al bebé nada despreciable. Se calcula que durante el primer minuto después de nacer pasan 80 ml, llegando a ser 100 ml cuando han pasado 3 minutos. Este volumen puede parecer muy poco para un adulto, pero para un bebé es mucho, y hace que pase de los 75 mg de hierro por kilo de peso con el que nace a tener unos 115-125 mg/kg. Este aumento es una maravillosa herramienta para prevenir la anemia en el primer año de vida, sobre todo en aquellos bebés que tardan en aceptar la alimentación complementaria, y es útil, además, para el correcto desarrollo cerebral.
¿Y por qué no lo han hecho así siempre?
Si os hacéis esta pregunta, deciros que no se ha hecho así siempre porque durante un tiempo se pensó que era perjudicial esperar. Por una parte, pensaban que el riesgo de hemorragia materna era mayor y por otra, que había riesgo de ictericia en el bebé, al pasar demasiada sangre. Los estudios recientes han ido viendo que el riesgo de hemorragia es el mismo, se corte antes o después el cordón, y que el riesgo de ictericia empieza a aumentar a partir de los 3 minutos. Por eso la recomendación actual es la de esperar unos 3 minutos, porque en ese tiempo pasa más sangre, beneficiosa para el bebé, sin los síntomas y problemas que se pensaba que ocurrían.
A este respecto, parece que, una vez más, el hombre metió la mano ahí donde no la tenía que meter (con buena intención, claro, pero ahora hay que echar marcha atrás). La naturaleza parece tener previsto que una vez nace el bebé la placenta le siga pasando sangre durante unos minutos (si no se hace nada, llega un momento en que deja de hacerlo). Al llegar el hombre y cortar antes de tiempo, el desarrollo de los niños puede haber empeorado y aumentado los casos de anemia. Entonces se echa la culpa al bebé, que no come suficientes alimentos ricos en hierro o a la madre y el padre, que no hacen lo suficiente para que los coma, cuando todo viene porque ya desde el nacimiento quedó con unas reservas de hierro bajas.
Así que ya sabéis, si queréis que vuestro hijo tenga unas buenas reservas de hierro y por lo tanto menor riesgo de anemia, si queréis que pueda desarrollarse mejor neurológicamente y, en general, que tenga todos los beneficios asociados a tener un mayor volumen sanguíneo al nacer, hablad con los profesionales que os atenderán el parto sobre ello, porque es importante y porque hace años ya que se recomienda en las guías de parto del Ministerio de Salud.
Vía | NPR
Fotos | iStock
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