Lo hacen desde bien pequeñitos, puede que incluso antes de nacer. Se introducen un dedo en la boca y succionan, a veces con fruición, a veces introduciéndose dos dedos o parte del puño. Pero, ¿por qué se chupan los dedos los bebés y algunos niños? ¿Por qué chupan el chupete y otros objetos?
Se trata de un tipo de succión completamente normal en bebés y niños pequeños hasta los dos años, aproximadamente. Los primeros meses, además, tienen el reflejo de succión, por el cual el bebé busca y succiona cuando se toca el área alrededor de la boca.
La succión les proporciona seguridad y los niños pequeños establecen contacto con el mundo que les rodea, aprendiendo a través de esa succión. Además, es imprescindible en el recién nacido para estimular el pezón, producir la prolactina y en definitiva provocar la subida de la leche para el amamantamiento. Gracias a la succión el pequeño se alimentará durante bastante tiempo.
Más allá de los cuatro o seis meses, la succión deja de ser un reflejo y se hará de manera consciente (si perdura como reflejo, podría ser signo de problemas en el desarrollo). La utilizarán para alimentarse y también para explorar el mundo, ya que a través de la boca, junto al gusto, el sentido del tacto del bebé está muy desarrollado.
La mayoría de niños dejan de chuparse los dedos o chupetes por sí mismos entre los dos y cuatro años de edad. Recordemos que la Asociación Española de Pediatría recomienda no dejar el chupete a los niños más allá de los doce meses, para evitar riesgos asociados a su uso prolongado, como aumento de otitis media, problemas dentales y riesgo de accidentes.
La Asociación de Odontología Pediátrica señala que algunos niños siguen chupándose los dedos u otros objetos durante periodos de tiempo muy prolongados, por lo que es muy habitual observar defectos en la posición de los dientes, del crecimiento de los maxilares y del cierre de la boca.
Si el hábito de succión de los dedos o el chupete afecta a la erupción de los incisivos permanentes, entonces puede convertirse en un problema. Es importante realizar las visitas necesarias al odontólogo y este valorará la evolución oral de los niños con hábito de succión.
El hábito de chupar dedos, pulgares o chupetes afecta de igual modo a los dientes y a los maxilares, aunque la "ventaja" de chupar un chupete es que es más fácil de quitar el hábito. Aunque, como hemos contado en alguna ocasión, no siempre se puede elegir.
En definitiva, el reflejo de succión hará que el bebé se chupe el dedo o el chupete los primeros meses con la finalidad de alimentarse y calmarse, es algo que le proporciona seguridad. Después este reflejo se convierte en un hábito que sigue transmitiéndole esa tranquilidad y además continuará explorando otros objetos con la boca y nosotros seguiremos diciendo "¡A la boca no!" y cuidando de que no se lleve nada peligroso.
Vía | Odontología pediátrica
Foto | Thinkstock
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