Los problemas de oído en los pequeños pueden ser menos graves si son detectados a tiempo, por eso una prueba precoz de audición a todos los recién nacidos es una buena medida que recomiendan los expertos.
Los especialistas sugieren realizar un screening auditivo a todos los bebés menores de tres meses para detectar posibles anomalías auditivas y corregirlas entre los 0 y 3 años, antes de superar el período de desarrollo del lenguaje oral.
Hay niños con mayor riesgo de sufrir algún problema auditivo como aquellos con antecedentes familiares, bebés nacidos con bajo peso, con malformaciones craneoencefálicas, bebés a quienes se le haya aplicado ventilación mecánica durante más de cinco días o sufra otitis media crónica.
Sin embargo, aunque existen factores que la predisponen, el 50% de los bebés que padecen hipoacusia son bebé sanos sin antecedentes familiares. El problema más frecuente es la pérdida auditiva neurosensorial, que se origina en el oído interno o en el nervio auditivo.
De ahí que es tan importante la prevención a través de sencillas pruebas y sobretodo la observación del comportamiento del bebé por parte de los padres.
Cualquier actitud que pueda hacerte sospechar que tu bebé padece algún problema de audición es motivo para consultarlo con el pediatra.
Algunas señales de que pudiera existir una deficiencia auditiva son: notar al bebé como ausente, que no reacciona ante la voz de los padres, no se sobresalta ante un sonido repentino o no gira la cabeza hacia donde provienen los sonidos.
Vía | Adn.es
Foto | © PhotoXpress.com, reproducida con autorización
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