En nuestro entorno en el que nos sentimos relativamente acomodados olvidamos a menudo otras realidades que no deberían olvidarse. Las cifras de la mortalidad materna en el mundo son alarmantes en los países desarrollados, y lo peor (o lo mejor, según se mire) es que con un esfuerzo asequible se podrían cambiar.
Los últimos años ha habido esfuerzos considerables y se han conseguido logros importantes en la reducción de mortalidad materna en el mundo, pero aún queda trabajo por hacer si se quiere lograr uno de los objetivos del Milenio. Veamos cuál es la situación de las madres en el mundo, en cifras.
Cada día mueren unas 800 mujeres por causas prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto.
En 2010 murieron 287 000 mujeres durante el embarazo y el parto o después de ellos.
Un 99% de la mortalidad materna corresponde a los países en desarrollo: más de la mitad al África subsahariana y casi un tercio a Asia Meridional.
Más de la mitad de los fallecimientos maternos en 2008 se produjeron en seis países: India, Nigeria, Pakistán, Afganistán, Etiopía y República Democrática del Congo.
En el África subsahariana la ratio de mortalidad materna en 2008 supera 280 muertes por cada 100.000 nacimientos (en España se situó en 7 ese mismo año).
La media ratio de mortalidad materna en 2010 en los países en desarrollo es de 240 por 100.000 nacidos vivos, mientras que en los países desarrollados es tan solo de 16 por 100.000.
El mayor riesgo de mortalidad materna corresponde a las adolescentes de menos de 15 años.
El riesgo de muerte relacionada con la maternidad a lo largo de la vida (es decir, la probabilidad de que una mujer de 15 años acabe muriendo por una causa materna) es de 1 en 3800 en los países desarrollados y de 1 en 150 en los países en desarrollo.
Las principales complicaciones, causantes del 80% de las muertes maternas, son: las hemorragias graves (en su mayoría tras el parto); las infecciones (generalmente tras el parto); la hipertensión gestacional (preeclampsia y eclampsia); los abortos peligrosos.
El 20% restante de muertes maternas son associadas a enfermedades como el paludismo, o la infección por VIH en el embarazo.
La salud materna y del recién nacido están íntimamente relacionadas. Cada año mueren más de 3 millones de recién nacidos, y otros 2,6 millones mueren antes de nacer.
Por último, una cifra esperanzadora que nos señala que posiblemente el futuro sea mejor: la mortalidad materna mundial se ha reducido en casi la mitad entre 1990 y 2010. Según un estudio de The Lancet las cifras de 2008 suponen una reducción del 40% en la ratio de mortalidad maternal desde 1980. Hoy podemos decir, como señala la OMS, que desde 1990 la mortalidad materna ha disminuido en un 47%.
Otros datos a tener en cuenta son que la mortalidad materna es mayor en las zonas rurales y en las comunidades más pobres y que las jovenes adolescentes corren mayor riesgo de complicaciones y muerte a consecuencia del embarazo.
Todas estas cifras y datos nos recuerdan que uno de los Objetivos del Milenio, a cumplir para 2015, es “Reducir en tres cuartas partes, entre 1990 y 2015, la mortalidad materna".
A menudo hemos comentado en el blog que la atención especializada antes, durante y después del parto puede salvar la vida de las embarazadas y de los recién nacidos. Por ello una inversión en formación (matronas, médicos...) y en infraestructuras que mejoren la atención sanitaria y reproductiva son imprescindibles para que las cifras de la mortalidad materna en el mundo sigan descendiendo.
Más información | OMS Foto | mckaysavage en Flickr-CC En Bebés y más | Grupos de apoyo para reducir la mortalidad neonatal, Estado Mundial de Madres 2009: la atención a los menores de cinco años, Estado Mundial de la Infancia 2009: mortalidad de madres e hijos