No decimos nada nuevo si señalamos que el tabaco es perjudicial, para cualquier persona. Pero hay determinadas etapas en la vida de la mujer, muy relacionadas con nuestra temática, que hace que nos detengamos en enumerar los perjuicios del tabaco para las mujeres, como durante embarazo y lactancia.
Ser una fumadora habitual tiene serias consecuencias sobre la mujer: la fertilidad, la menstruación o el buen término del embarazo están en peligro. Veamos lo perjudicial que puede ser el tabaco para las mujeres en distintas etapas de su vida.
- El tabaco complica los ciclos menstruales, ya que puede alterar las reglas, variando su frecuencia, causando dolor o llegando a hacer que desaparezcan por completo en casos extremos.
- Si la mujer utiliza anticonceptivos hormonales, su combinación con el tabaco puede resultar seriamente dañina para ella, debido al aumento de las probabilidades de tromboembolismo que ello acarrea (entre 20 y 40 veces más respecto a las no fumadoras). Tal es la incompatibilidad de esta peligrosa mezcla que los anticonceptivos hormonales están contraindicados en mujeres fumadoras de más de 35 años.
- En el caso de que la mujer esté tratando de quedar embarazada, se debe conocer que las mujeres que fuman tienen más dificultades para conseguirlo. El tabaco influye negativamente sobre la fertilidad femenina, ya que acelera el envejecimiento de los ovarios, perdiendo así capacidad reproductora y acelerando la menopausia, además de aumentar el riesgo de embarazos ectópicos. Para los hombres, el tabaco tampoco es un buen compañero si desean buena calidad de esperma.
- Durante el embarazo, las repercusiones del tabaco sobre la salud del pequeño y el buen desarrollo de la gestación son varias. Además de adelantar el momento del alumbramiento (el 11% de los partos prematuros se deben a que la madre siguió fumando durante el embarazo), no abandonar radicalmente este hábito puede llevar a que el bebé nazca con bajo peso, sufra el síndrome de muerte súbita, presente malformaciones o tenga problemas de aprendizaje e hiperactividad en su futuro desarrollo. El riesgo de aborto, de labio leporino, problemas de conducta, estrabismo... son sólo otros de los efectos nocivos del tabaco durante la gestación.
- Durante la lactancia: al igual que sucede en el embarazo, fumar mientras se está dando el pecho al bebé hace que las víctimas se dupliquen. A través de la leche materna, la nicotina pasa al niño y causa en él problemas de sueño e irritabilidad, vómitos, en ocasiones rechazo hacia la leche materna e incluso cólicos intestinales. Sin embargo, me ha llamado la atención leer en diversas ocasiones que aunque la madre fume, dar de mamar sigue teniendo más beneficios que si el bebé no recibe leche materna, siempre que no se fume delante del pequeño ni se le introduzca en ambientes con humo.
- Por último, la salud reproductiva de la mujer también se ve perjudicada de otra manera más, ya que la menopausia puede adelantarse hasta dos años debido a las alteraciones que el consumo de tabaco provoca sobre la producción de estrógenos. De esta manera aumenta el riesgo de aparición de cardiopatía isquémica u osteoporosis.
Como vemos, la salud de las mujeres y de sus hijos se ponen en riesgo con estos perjuicios del tabaco, un hábito que en lo posible se ha de desterrar si intentamos quedar embarazadas, estamos en estado o ya tenemos hijos.
Vía | SEGO
Foto | Ben Sutherland (Flickr – CC)
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