Alergia al huevo en la infancia: síntomas, tratamiento y pronóstico de curación

La alergia al huevo es, junto con la alergia a las proteínas de leche de vaca, la más frecuente en niños durante sus primeros años de vida. Según la Asociación Española de Personas con Alergia a Alimentos y Látex (AEPNAA), la alergia al huevo tiene una prevalencia de hasta el 5%, aunque en el 50% de los casos suele remitir de forma espontánea antes de los cinco años.

Si a tu hijo le acaban de diagnosticar alergia al huevo, esto es todo lo que deberías saber sobre sus síntomas, prevención y tratamientos.

¿Qué es la alergia al huevo y qué proteínas están implicadas?

Al igual que ocurre con cualquier otra alergia alimentaria, la alergia al huevo se produce como consecuencia de una reacción inmunológica cuando el organismo entra en contacto con la proteína de un alimento; en este caso el huevo. Ese contacto puede producirse por ingestión, pero en algunas ocasiones también por contacto en la piel e incluso por inhalación.

Junto con la alergia a las proteínas de leche de vaca, la alergia al huevo es la más frecuente en menores de cinco años, con una incidencia de entre el 0,5-2%, llegando en ocasiones al 5%

Con frecuencia, los alérgicos al huevo lo son únicamente a la clara (que es la parte del huevo que concentra las proteínas más alérgenas), aunque también pueden serlo a la clara y a la yema, o únicamente a la yema (lo menos frecuente).

Las proteínas del huevo que con mayor frecuencia causan alergia son:

  • Ovomucoide: es la proteína responsable de una gran parte de las reacciones alérgicas. Es especialmente resistente al calor; es decir, el cocinado no la destruye, de ahí su importante poder alérgico
  • Ovoalbúmina
  • Ovotransferrina o conalbumina
  • Ovomucina
  • Lisozima

En la yema existe una proteína llamada albúmina sérica o a-livetina que también está presente en las plumas y la carne de gallina, por lo que en este caso, los alérgicos al huevo tampoco podrían consumir carne de pollo ni estar en contacto con aves, ya que la inhalación de partículas de plumas podría desencadenar una reacción. A esta particularidad se la denomina síndrome ave-huevo, y aunque también puede afectar a los niños, no suele ser habitual.

Síntomas de alergia al huevo

Cuando existe alergia al huevo, los síntomas que con más frecuencia se desencadenan son:

  • Reacciones cutáneas como habones, ronchas, urticaria, picor, enrojecimiento, edema o inflamación, empeoramiento de la dermatitis atópica...
  • Síntomas respiratorios como tos, estornudos, rinitis, picor y enrojecimiento de ojos, dificultad respiratoria o asma...
  • Síntomas intestinales, como vómitos, diarrea, sangre o mucosidad en las heces, dolor abdominal, distensión abdominal o gases...
  • En los casos más graves podría producirse una reacción anafiláctica

Por lo general, estos síntomas suelen ocurrir de manera inmediata o en los primeros 20-30 minutos tras entrar en contacto con el huevo, aunque también pueden darse reacciones tardías.

¿Cuándo puede aparecer la alergia al huevo?

Por lo general, la alergia al huevo se manifiesta por primera vez entre los seis y los 12 meses de vida, ya que es el momento en el que comienzan a introducirse en la dieta del bebé nuevos alimentos distintos a la leche materna o de fórmula.

Los síntomas de alergia al huevo aparecen tras un tiempo de sensibilización a las proteínas de este alimento. Esto explica que muchos bebés desarrollen síntomas después de haber comido huevo varias veces. Otros en cambio pueden desarrollarlos la primera vez que consumen este alimento, pues ya han entrado en contacto previo con sus proteínas a través de la leche materna.

¿Cómo saber si mi bebé tiene riesgo a desarrollar alergia al huevo?

Esta es una de las preguntas que nos solemos hacer los padres cuando comenzamos con la introducción de la alimentación complementaria, ya que la idea de que nuestro bebé pueda sufrir una reacción alérgica con algún alimento, nos asusta mucho.

La doctora Gloria Requena, médico Especialista en Alergología del Hospital Regional Universitario de Málaga y miembro del equipo de Alergología de la Clínica Alergomálaga, nos explicaba en este artículo en qué circunstancias debemos prestar especial atención por existir un mayor riesgo:

  • Cuando uno o ambos progenitores tienen alguna enfermedad alérgica de base (rinitis, asma bronquial, dermatitis atópica, alergia a alimentos o alergias ambientales), el bebé tiene mayores probabilidades de desarrollar una alergia alimentaria. Lo mismo ocurre en el caso de que el bebé tuviera algún hermano alérgico.

  • Si el bebé ya es alérgico a un alimento (siendo la leche el más frecuente por ser el primer alimento que el bebé toma), el riesgo a desarrollar otra alergia alimentaria también es mayor.

Durante un tiempo se recomendaba retrasar la introducción del huevo en niños con riesgo de atopía o antecedentes alérgicos. Sin embargo, los nuevos estudios han evidenciado que a partir de los seis meses no solo se puede comenzar a ofrecer huevo, sino que el contacto precoz ayudaría a minimizar el riesgo de alergia en individuos potencialmente predispuestos.

Por tanto, cuando un bebé tiene riesgo de atopía, -y salvo que el pediatra indique lo contrario-, el huevo se introducirá a partir de los seis meses como la mayoría de alimentos, aunque se recomienda su administración en pequeñas dosis al inicio, y ofrecer primero la yema. A medida que el niño vaya tolerando, iremos incrementando las cantidades, y esperaremos unos días para la introducción de un nuevo alimento en la dieta.

Vacunas y alergia al huevo

Cuando hablamos de ciertas vacunas como la triple vírica o la gripe en los casos de niños con alergia al huevo, suele aparecer dudas sobre si es recomendable o no su administración:

  • La vacuna triple vírica (sarampión-rubeola-parotiditis) se administra por primera vez a los 12 meses y luego entre los 3-4 años. Su composición puede contener trazas de proteínas de huevo, pero sus cantidades son tan ínfimas que el riesgo de reacción grave es extremadamente bajo.

Así pues, según un documento elaborado por la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) y el Comité Asesor de Vacunas de la AEP, se debe administrar la vacuna triple vírica a todos los niños con alergia al huevo, incluso con clínica de anafilaxia tras la ingesta al huevo, en su centro de vacunación habitual.

¿Se cura la alergia al huevo?

Según los estudios, la alergia al huevo se supera de manera espontánea hasta en un 50% de los casos antes de los cinco años. Pasados estos años, si el niño no ha alcanzado la tolerancia de forma espontánea, puede ingresar en un programa de inmunoterapia oral alimentaria o desensibilización al huevo.

Este programa consiste en exponer al niño a pequeñas cantidades de huevo que van incrementándose con el tiempo hasta conseguir la tolerancia completa, o en su defecto aumentar el umbral de tolerancia, pero todo ello bajo estricta observación y seguimiento médico.

Pero desde hace poco tiempo se viene desarrollando un programa de inmunoterapia oral al huevo desde los primeros meses de vida que ha abierto la puerta a la esperanza de una curación temprana, sin tener que esperar tantos años.

A mi hijo le han diagnosticado alergia al huevo, ¿y ahora qué hago?

El diagnóstico de alergia al huevo llega tras el estudio de la clínica del paciente y la realización de una serie de pruebas (pruebas de sangre, prick-test, prueba de provocación oral alimentaria) que confirmen las sospechas. A partir de este momento, el especialista os indicará cómo proceder según el tipo de alergia que presente el niño.

Algunas de las recomendaciones generales son:

  • Salvo que el médico indique lo contrario o el niño esté en un programa de inmunoterapia oral (ITO) o inducción de tolerancia oral, se debe evitar el huevo en la dieta, así como otros alimentos que lleven huevo en su composición.

Para ello deberás prestar mucha atención al etiquetado de los productos que compres, y en caso de dudas consultar con el fabricante. Además, dependiendo del grado de alergia que presente tu hijo, también podría ser necesario evitar el contacto con huevo, así como las trazas o contaminación cruzada. Ojo también con los huevos de otras aves como ocas, pavo, codorniz... pues contienen proteínas comunes y puede haber riesgo de reactividad cruzada.

Por supuesto, el colegio también debe estar al corriente de la alergia del niño, y en caso de alergias graves con riesgo de anafilaxia saber cómo actuar.

  • El niño también debe conocer su alergia y saber hablar de ella a los demás desde muy temprana edad. Aunque creamos que es pequeño para entenderlo, es muy importante hablar de la alergia con naturalidad desde el principio, enseñándole a interiorizarla y a convivir con ella.

  • Consulta con tu pediatra cualquier duda que tengas, y apóyate en asociaciones de alérgicos y en otras familias que estén pasando por lo mismo.

Fotos | iStock

Vía | AEPNAA, SEICAPP

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