Cambios de color en las uñas de los niños: ¿qué podrían indicarnos de su estado de salud?

Las uñas sanas presentan un color rosado con un toque blanco en forma de media luna en la base, además de brillo y aspecto homogéneo. Como comentábamos hace unos días, es importante observar y cuidar las uñas de nuestros hijos, pues algunos cambios o alternaciones podrían ser indicativos de patologías o problemas de salud.

Tal sería el caso de los cambios de color, que con frecuencia se asocian a problemas de nutrición, infecciones u otras enfermedades. Te explicamos cuáles son los principales cambios de tonalidad ungueales y qué podrían estar indicándonos.

Manchas blancas

Comenzamos con uno de los principales cambios que pueden observarse en las uñas de los niños: la aparición de manchas o motas blancas (leuconiquia). Siempre se ha dicho que estas manchas salían ante la falta de calcio, pero esta afirmación no es cierta.

La causa más típica es que estas manchitas aparezcan cuando la uña se lesiona, por lo que su presencia es totalmente inofensiva y acabará desapareciendo con el tiempo.

Pero si nuestro hijo es propenso a tener manchitas blancas en las uñas podría deberse a que estas son demasiado débiles, y conviene saber que una uña frágil que se lesiona con facilidad podría esconder una falta de nutrientes relacionados con un correcto nacimiento y desarrollo de las uñas. Tal sería el caso del zinc, el hierro o las vitamina B6 y A, cuya deficiencia en la nutrición podría provocar una cierta debilidad en las uñas que las haga más propensas a sufrir microrroturas.

Uñas blanquecinas

Aunque es raro que las uñas de los niños presenten un color blanco total, una tonalidad turbia o pálida podría asociarse a trastornos nutricionales y anemia, así como a ciertas enfermedades relacionadas con el hígado, los riñones o el corazón. Ocurriría algo similar con la presencia de rayas blancas longitudinales (conocidas como Líneas Muehrcke), cuya presencia se asocia a bajos niveles de proteínas en la sangre.

Uñas amarillas

Dejando a un lado sustancias que podrían colorear la uña de amarillo, como el alquitrán, la acetona (presente en muchos esmaltes o lacas de uñas), la nicotina o ciertos medicamentos, las uñas amarillentas podrían indicar un déficit nutricional, además de otros problemas de salud relacionados con el hígado o el riñón.

Las uñas también podrían amarillear cuando existe alguna infección por un hongo o bacteria, o en caso de psoriasis.

Uñas azuladas o violáceas

Una tonalidad azulada podría ser indicativo de problemas cardíacos o respiratorios (falta de oxígeno), aunque por fortuna, lo más habitual es que se trate de un problema transitorio derivado de una mala circulación sanguínea como consecuencia del frío.

Uñas marrones

Por lo general, las uñas marrones se dan como consecuencia de la exposición a ciertas sustancias químicas, pero si aparecen en niños podría deberse sobre todo a la presencia de hongos (especialmente, en el caso de las uñas de los pies) o problemas de la piel como psoriasis y eccemas.

Uñas negras

La coloración negra u oscura que aparece tras una lesión (por ejemplo, cuando el niño se pilla el dedo con una puerta, o si recibe un pisotón en el pie sin la protección del calzado) se debe a la presencia de un hematoma subungueal (sangre retenida bajo la uña). Es una condición dolorosa, aunque suele mejorar por sí sola con el paso de los días.

Pero si aparece una mancha oscura bajo la uña y no se tiene la constancia de que el niño haya sufrido ningún golpe o lesión en la uña, debemos consultar de inmediato con el pediatra, pues podría indicar la presencia de un melanoma subungueal, un tipo de cáncer de piel.

Ante cualquier cambio de tonalidad o alteración en las uñas de los niños es recomendable consultarlo con el pediatra, de cara a averiguar la causa que puede esconderse detrás y ponerle tratamiento.

En cualquier caso, y puesto que algunos cambios de color se asocian a lesiones en la uña o infecciones por hongos o bacterias, se recomienda mantener una correcta higiene de pies y manos, evitar la humedad durante un periodo de tiempo prolongado, usar calzado transpirable y adecuado al tamaño del pie para que las uñas no queden comprimidas, y utilizar chanclas en vestuarios y duchas públicas.

Fotos | iStock

Vía | Blog Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, Asociación Española de Dermatología y Venereología, En Familia - AEP

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