Cómo conseguir que el niño tome las medicinas sin dramas y qué hacer si vomita

Cómo conseguir que el niño tome las medicinas sin dramas y qué hacer si vomita
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Tomar un medicamento puede ser una tortura para algunos niños (y sus familias). Muchos lo escupen, se niegan a tragar… y otras veces, después del esfuerzo de dárselo, vomitan al poco tiempo.

¿Qué podemos hacer para darles las medicinas a los niños sin dramas? Vamos a ver diferentes opciones de medicamentos, trucos para conseguir que lo tomen mejor y cómo actuar si lo vomitan.

Diferentes formas farmacéuticas o presentaciones

jarabe

La mayoría de los medicamentos para niños vienen en formato jarabe, pero debemos saber que existen otras presentaciones diferentes: sobres, sobres granulados, cápsulas, comprimidos, comprimidos bucodispensables 8(para chupar), supositorios, medicación inyectable (intravenosa, intramuscular...), nebulizada o inhalada, tópica (es decir, que se aplica sobre la piel como cremas, pomadas, ungüentos)...etc.

Algunas veces, no hay jarabe disponible pero nos lo pueden fabricar en alguna farmacia: es lo que llamamos una fórmula magistral (no sólo jarabes, también se aplica a otro tipo de productos que hacen en la farmacia con una receta específica). Lleva un poco más de tiempo (porque tienen que prepararlo) y suelen ser más caros que otros medicamentos pero en general merece la pena por lo fácil que resulta su administración (comparado, por ejemplo, con darle una pastilla a un niño pequeño).

La mayoría de los medicamentos para niños vienen en formato jarabe, pero debemos saber que existen otras presentaciones diferentes.

La mayoría de los medicamentos para niños vienen en formato jarabe, pero debemos saber que existen otras presentaciones diferentes.

Trucos para facilitar dar el jarabe a un niño

medicamento

La mayoría de medicamentos que damos a nuestros hijos vienen en formato jarabe (luego hablaremos de otras presentaciones). Aunque hay niños que toman fenomenal las medicinas, a otros les cuesta mucho así que aquí van algunos trucos que pueden facilitarnos la tarea. Cada niño es único, por lo que el truco que funciona para uno puede no ser útil para otro.

- Elegir su sabor y/o su color preferido. Hay medicamentos que sólo tienen un “modelo”, pero de otros, como el paracetamol y el ibuprofeno, hay multitud de sabores y colores diferentes en función de las marcas, así que hay posibilidad de elegir fresa, naranja, vainilla… etc, dependiendo de los gustos de los niños. También sucede con algunos de los antibióticos más usados, como penicilina o amoxicilina; en función de la marca y de la presentación (ej, sobre o jarabe), el sabor puede variar.

- Elegir la menor concentración posible. Al igual que en el punto anterior, esto es aplicable prácticamente sólo para el paracetamol e ibuprofeno. Existen diferentes preparados con diferentes concentraciones así que, si nuestro hijo se toma mal las medicinas, puede ser útil elegir la más concentrada. Siempre es más fácil tomarse 2ml que 4.

- Mezclarlo con comida/bebida. No todos los medicamentos pueden administrarse con comida (hay que leer el prospecto), pero algunos sí nos permiten hacerlo y podemos, de esta manera, camuflar el sabor. Sin embargo, hay que hacerlo en muy poquita cantidad para garantizar que se toma toda la medicina. Por ejemplo, poner los mililitros de medicamento en una cucharada de zumo o de leche.

- Hablar con el niño o niña. Esto es fundamental cuando son capaces de comprender las cosas. Explicarles qué enfermedad o infección tienen, para qué es la medicina y por qué tienen que tomarla. También podemos jugar e inventarnos una historia en la que ellos son los protagonistas y la medicina les da algún súper poder, por ejemplo.

- Dejarles participar. En la medida de sus capacidades, tal vez puedan tomarse ellos solos la medicina (si se la damos con jeringa les suele parecer más divertido) e incluso prepararla (agitar el jarabe, cargar la jeringa o echarlo en la cuchara).

Trucos para que tomen mejor otras formas farmacéuticas

Como hemos hablado previamente, no todos los medicamentos que se toman los niños tienen que venir preparados necesariamente en jarabe.

Por ejemplo, el paracetamol puede administrarse en supositorio a niños pequeños que no quieren o no toleran el jarabe (aunque es preferible la forma oral).

Algunos niños mayores pueden preferir tomarse una pastilla entera en vez de un jarabe que sepa mal. También hay medicamentos disponibles en forma de comprimidos bucodispensables (para chupar), sobres granulados (que pueden mezclarse con una cucharada de yogur, por ejemplo), o sobres que podemos disolver en un poco de agua.

A veces, hay medicamentos que sólo están disponibles en forma de pastilla. Si no son capaces de tragarlos enteros (menores de 6-7 años) podemos triturarlos y darlos con un poquito de agua. Si fuese una medicación crónica o algo muy habitual, venden trituradores de pastillas que puede resultar más cómodo. Pero, cuidado! No todos los comprimidos pueden triturase. Lo mismo sucede con las cápsulas, algunas no deben abrirse y tienen que tragarse enteras necesariamente para que ejerzan bien su función.

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Otros medicamentos, como el Salbutamol (Ventolín®) se administran inhalados mediante cámara espaciadora, con o sin mascarilla. En este caso, también podemos dejar que los niños participen dejando que se sujeten ellos la mascarilla, ayudándonos a dar los pufs (pulsaciones) y contando o cantando una breve canción durante la cual deben respirar a través de la mascarilla. Lo ideal para que el medicamento llegue bien al pulmón es que el niño esté despierto y tranquilo. Sin embargo, a veces esto es difícil. Podemos administrarlo con el chupete puesto o, si no queda más remedio, mientras duerme.

¿Cómo dar medicación oral?

Como bien saben algunos padres, dar un medicamento puede ser una tarea muy difícil. Existen diferentes formas de administrarlo.

- Podemos darlo con jeringa, introduciendo el medicamento despacio por el carrillo; no debemos dirigirlo hacia el centro de la boca, pues podría atragantarse.

- También podemos medirlo con la jeringa y darlo en una cuchara, o directamente administrarlo en una cuchara dosificadora. También existen pequeños vasitos o recipientes con las medidas marcadas.

- Introducirlo en el biberón no es una buena idea, pues si no se lo acaba, no sabemos cuánta cantidad ha tomado exactamente.

- Además, se han creado diferentes artilugios para facilitar que los niños tomen la medicación.

Por ejemplo, hay chupetes dosificadores de medicinas, en los que se introduce el medicamento previamente en el depósito y el niño lo toma mientras succiona el chupete, como este visto en Amazon, que en este caso tiene capacidad de 5ml.

dBb Remond 171000 - Chupete con dispensador de medicamentos para bebés (silicona), diseño transparente

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Existen otros con mayor capacidad (10ml), más estilo biberón, en el que de igual manera el niño va succionando la tetina y tomando la medicación.

Chupete para Medicamento Dosificador de Medicamentos Bebe Chupete Medicacion Chupete Dispensador de Medicina líquida del alimentador del chupete del bebé del tipo de la entrerrosca del bebé

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También hay disponibles jeringas conectadas a una tetina que permiten dar lentamente la medicación mezclada con líquidos

Bebé Alimentador de Medicamentos Líquida Jeringa Herramientas para Alimentar Medicamentos Agua Jugo Vitaminas 3 Piezas

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¿Qué hacer si el niño vomita la medicación?

Después de todo el esfuerzo, de haber empleado todos nuestros trucos, hemos conseguido que nuestro hijo se tome el medicamento y ahora…¡vomita! ¿Tenemos que repetirle la dosis entera? ¿La mitad? ¿adelantarle al siguiente dosis?

Las pautas dependerán del tipo de medicamento, de su finalidad (no es lo mismo un antibiótico o un anticonvulsivante que un paracetamol para bajar la fiebre) y del riesgo y dosis de intoxicación.

La mayoría de medicamentos orales tardan en absorberse entre 10 minutos y una hora, por lo que si vomitan después de una hora no hay que hacer nada, ya que el medicamento se habrá absorbido en su totalidad. Por el contrario, si tiene un vómito abundante nada más darle la medicación  (primeros 10-15 minutos) podemos repetir la dosis completa, pues lo más probable es que apenas se haya absorbido nada.

Si el vómito es abundante en los primeros 10-15 minutos tras darle la medicación podemos repetir la dosis completa.

Entre los 15 y los 60 minutos es donde está la "zona gris". Si el vómito (abundante), se produce entre los 15 y los 30 minutos posteriores a la toma del medicamento, podemos darle la mitad de la dosis.

Si se produce más tarde, en general no recomendamos repetir la dosis y veremos, en función del medicamento, si adelantamos la dosis. Por ejemplo, si era un antitérmico para bajar la fiebre y vemos que le vuelve a subir pronto, podemos valorar adelantarle la dosis o, si ha pasado poco tiempo, darle otro de rescate (recordemos que no se debe alternar los antitérmicos, esto sería algo puntual).

Estas pautas serían válidas para los medicamentos de uso más común en pediatría: paracetamol, ibuprofeno, antibióticos habituales... Sin embargo, hay medicamentos más especiales, que requieren unos niveles ajustados o pueden tener riesgo de intoxicación, y en estos casos (y siempre si hay duda), debéis consultar con vuestro pediatra.

A veces, el color del medicamento ayuda. Por ejemplo, algunos antitérmicos tienen un color rosa intenso. Si en el vómito no vemos ese color, lo más probable es que se haya absorbido.

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