Por supuesto, acabamos haciéndolo el padre o yo a cambio de promesas para que abra la boca y a base de advertirle que no comerá un caramelo más si no se lava los dientes.
Una vez que le han salido los dientes al bebé hay que cepillárselos frecuentemente, sobre todo cuando ya le han salido las muelas que tienen superficies irregulares y la comida se pega con facilidad.
Fácil decirlo, pero no tanto hacerlo.
Uno de mis fallos es que la coloco de espaldas al espejo. Si colocas al niño frente al espejo para que pueda verse, le resultará más divertido. Incluso tú puedes coger su propia mano y enseñalarle dónde y cómo debe limpiarse.
Es muy importante que el niño coopere para no cepillarle los dientes a ciegas. Puedes acudir a algunos trucos para conseguir que abra la boca. Con mi niña jugamos a que es un león que abre la boca muy grande.
Puedes inventar el juego de contar los dientes y el de ponerles nombre con la intención de tener un buen tiempo para realizar un cepillado completo y limpiar todas las caras de los dientes.
Los especialistas recomiendan complementar el cepillado con hilo dental y un enjuague bucal. Para eso tendré que hacer un curso.
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