Esta pandemia nos está trayendo muchas enseñanzas, y una que seguramente no esperábamos era la de terminar haciéndonos (y haciendo a los niños), la prueba en casa para detectar la COVID-19. Aunque comunicarnos con nuestro pediatra debe ser siempre el primer paso que debemos dar si nuestro hijo tiene síntomas o ha estado en contacto con un positivo, teniendo en cuenta la velocidad a la que se está expandiendo el virus, y que en algunos casos la posibilidad de tener una cita médica se puede extender durante varios días, es importante tener en cuenta cuándo y como se realizan los test de antígenos de farmacia, y qué hacer si el resultado de dicha prueba es positivo.
¿Cuándo es conveniente hacer a los niños un test de antígenos para autodiagnóstico?
Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, el testd de antígenos se debe realizar en los 7 primeros días desde la infección y en los 5 primeros días con síntomas. Sin embargo, un estudio realizado por el Departamento de Pediatría de la Universidad Complutense de Madrid, afirma que durante en pacientes con sospecha de COVID-19 el test rápido antigénico tiene poca sensibilidad diagnóstica en los primeros 5 días desde el inicio de la sintomatología. Por eso lo recomendable es hacer uno al inicio de los síntomas, y otro pasados esos 5 días, cuando en teoría la carga viral está en su punto más alto.
¿Cómo se realiza un test de antígenos a un niño?
Aunque el procedimiento para realizar de forma correcta un test de antígenos es el mismo en niños y en adultos, sí que hay que tener en cuenta un par de consideraciones adicionales. Como estos días he tenido que realizar un test de antígenos en casa a mi hija, me gustaría compartir cómo ha sido la experiencia, qué trucos nos han funcionando para rebajar la tensión del momento y cómo proceder con el resultado, según las recomendaciones de organismos oficiales.
Lo primero, es explicarle al niño qué vamos a hacer y por qué. En nuestro caso (con una niña de 6 años), hablamos de la responsabilidad y de que es conveniente que primero lo haga mamá antes de acudir al centro de salud.
Esta es una prueba bastante molesta. Es verdad que no tanto como la que realizan los sanitarios (ya que el bastoncillo solo se debe introducir un par de centímetros en las fosas nasales), pero aún así es normal que los niños se pongan nerviosos y lloren. "Cada maestrillo tiene su librillo" y los padres no no somo las excepción, así que piensa en algo que relaje al niño para disminuir un poco su angustia durante la toma de la muestra. En nuestro caso, contamos en orden descendente (así evitamos que hable o se mueva), pero me consta que a algunos les funciona bien cantarles una canción.
Tras sacar el hisopo, tómate tu tiempo para calmarle y consolarle.
Un kit de antígenos de farmacia incluye, dependiendo del fabricante, un hisopo estéril para toma de muestras, un tubo para procesar la muestra con un tapón con dispensador y un casete de plástico que nos dará el resultado.
Es necesario completar la prueba en cuanto tomemos la muestra porque de lo contrario se puede alterar el resultado. Lo primero que debes hacer es leer las instrucciones del fabricante, posteriormente sonar al niño y posteriormente, lavarnos bien las manos con agua y jabón. Posteriormente:
- Coge el hisopo (el bastoncillo) e introduce la parte del algodón en la nariz a una profundidad de un par de centímetros (sí, es mucho menos que los que se utilizan en hospitales y centros de salud ). Estos hisopos generalmente tienen una señal que te indica hasta donde debes introducirlo, pero ten en cuenta que es la medida para una persona adulta. Si es a un niño, será un poco menos (más o menos 1,5 cm, hasta donde sientas que hace resistencia, no más).
- Mueve el hisopo dentro de la primera fosa nasal (si el niño es muy pequeño solo hace falta que lo gires para recoger la muestra), entre 10 y 20 segundos.
- Repite el procedimiento con el mismo hisopo en la otra fosa.
- Introduce el hisopo en el tubo y remuévelo durante al menos 15 segundos, revolviendo varias veces para que se impregne bien con la solución.
- Retira el hisopo del tubo y ponle la tapa.
- Abre el casete de plástico, ponlo en una superficie plana y echa unas gotas de la muestra del tubo (la cantidad depende del fabricante) en el orificio de la letra S ('sample').
- Espera el tiempo indicado por el fabricante (suele oscilar entre los 10 y 15 minutos). La muestra no debe permanecer mucho más tiempo del establecido porque podría dar lugar a resultados erróneos.
- Después de realizar la prueba, debemos empacar todos los componentes de la prueba en la bolsa para muestra de riesgo biológico que contiene el kit, ciérralo y tíralo en la basura.
- Lávate las manos con agua y jabón nuevamente.
¿Qué hacer si el resultado es negativo?
En este caso siempre corremos el riesgo de tener un falso negativo. En ese caso, debemos estar alerta al desarrollo de síntomas que presente el niño, y si estos permanecen o aumentan, repetir la prueba cinco días después.
¿Qué hacer si el resultado es positivo?
Aunque la AEMPS afirma que las pruebas de autodiagnóstico no serán consideradas para el diagnóstico de confirmación de infección activa ni en personas con síntomas ni en asintomáticos, los resultados positivos en estas pruebas se considerarán casos sospechosos que deberán confirmarse en un centro sanitario mediante una PDIA (prueba de diagnóstico de infección activa).
En ese caso, lo primero que debemos hacer es aislarnos con el niño, ya sea la familia al completo por considerarse contactos estrechos, o el cuidador con el niño en una habitación. Inmediatamente después, debemos contactar con nuestro centro de salud o a alguno de los canales establecidos por cada comunidad autónoma, quienes nos darán las indicaciones pertinentes sobre cómo proceder.
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