Los problemas de la piel proliferan y se encuentran relacionados distintos factores en ello, sustancias que se encuentran en los alimentos o condiciones medioambientales son las principales causas. En España podemos encontrar cuatro comunidades con más riesgo de que los bebés padezcan esta enfermedad, Cantabria, Andalucía, Cataluña y Castilla León.
Lo que resulta más curioso es que la proliferación del problema tiene raíces genéticas, por lo que suele recibirse a través de la herencia genética, hasta un 80% de quienes padecen problemas alérgicos como la dermatitis atópica o el asma bronquial entre otros, vienen dados por el condicionante hereditario. Esto indicaría que los factores externos, químicos o medioambientales son los responsables de que se active la carga genética y no es de extrañar dada la proliferación de la contaminación, del cambio climático o de las nuevas sustancias que se utilizan en la alimentación sin que se hayan estudiado a conciencia los efectos que pueden producir. Tomamos por ejemplo una referencia para estas palabras, un informe elaborado por Adena en el que se muestra que se han detectado un gran número de sustancias tóxicas en los alimentos europeos.
El problema es creciente, por ello es muy importante realizar una detección precoz del problema, pues un rápido tratamiento puede minimizar las consecuencias. Hay que tener en cuenta que en un futuro, los niños que padecen dermatitis atópica pueden sufrir problemas más severos como pueden ser el asma o la rinitis, ya que todas estas enfermedades presentan similares características en su base genética. Dado que la dermatitis atópica puede ser el preludio de otras patologías más severas, es conveniente que ante los primeros indicios se acuda a los servicios pediátricos para recibir el tratamiento adecuado.
Vía | La Opinión de Málaga Más información | Unidad de Alergia Infantil En Bebés y más | El niño con dermatitis atópica: una visión global En Bebés y más | Drumstix: manoplas para bebés con dermatitis atópica En Bebés y más | Las alergias más comunes en los niños