La epilepsia es uno de los trastornos más distribuidos dentro de la población infantil, caracterizado por la aparición de un importante número de crisis, así como por la necesidad del uso de diferentes fármacos para el control de las crisis.
Estos niños tienen un alto riesgo de presentar alteraciones cognitivas o emocionales, con la posibilidad de tener importantes consecuencias sobre el rendimiento escolar o adaptación al entorno e incluso a la familia.
Durante estos días vamos a conocer un poco más esta patología que afecta aproximadamente a cinco de cada 1.000 personas. Iniciaremos esta serie de posts intentando aclarar un poco más qué es la epilepsia infantil.
La epilepsia infantil es una enfermedad crónica de origen múltiple caracterizada por la presencia de crisis repetidas causadas por la descarga excesiva de un grupo de neuronas cerebrales, asociadas a una gran variedad de manifestaciones clínicas.
Además de esta descarga neuronal, la cual origina la crisis epiléptica, también pueden aparecer otras alteraciones a nivel motor, sensorial, afectivo o incluso cognitivo. Por otro lado, es característico de las epilepsias la aparición de forma repentina e inesperada de las crisis y su tendencia a la repetición.
Como bien es sabido, una crisis epiléptica es una crisis producida en el cerebro, pero solamente la mitad de las crisis cerebrales poseen naturaleza epiléptica. Entre las que se consideran crisis cerebrales de naturaleza no epiléptica nos podemos encontrar con espasmos de sollozo, crisis por hipoglucemias, episodios hipóxico-isquémicos, trastornos motores o parasomnias, entre otras.
Un caso especial, dentro de las crisis no epilépticas, son las llamadas convulsiones febriles, las cuales son espasmos originados por la fiebre, y no tienen su origen en una infección del sistema nervioso central. Generalmente aparecen en niños y niñas menores de cinco años, constituyendo la manifestación convulsiva más común en la infancia, ya que no es raro que los niños pequeños tengan antecedentes de convulsiones febriles. Por regla general, las convulsiones febriles tiene una duración inferior a 15 minutos, y en general no suelen repetirse, por lo que su pronóstico es bueno.
Volviendo al grupo de crisis de origen epiléptico, éstas se caracterizan por una descarga neuronal excesiva, sincrónica e incontrolada, existiendo un mayor consumo de energía del habitual, así como una mayor activación metabólica en el cerebro. Además, estas crisis suelen venir acompañadas por alteraciones de la conciencia, la actividad sensorial, motora o cognitiva.
Existe además el llamado ictus epiléptico, que coincide con el momento en el cual se lleva a cabo la crisis. Por otro lado, el periodo interictal es el tiempo que transcurre entre dos crisis consecutivas. Además, podremos considerar que la epilepsia está activa cuando se ha presentado alguna crisis a lo largo de los últimos dos años; por el contrario, decimos que está en remisión si no se ha producido ninguna durante dicho periodo de tiempo.
Algunas de las alteraciones temporales que podemos encontrar durante una crisis epiléptica en las células del cerebro son, entre otras, aumento en las demandas metabólicas, falta de oxígeno(hipoxia), reducción del flujo sanguíneo, hipoglucemia, hipotensión arterial o aumento de la temperatura (hipertermia). También se para de forma provisional la producción de proteínas.
Aproximadamente la mitad de las crisis se producen durante el día, mientras que en el 20% de los casos se presentan durante la noche. Son muchos los factores que pueden provocar una crisis epiléptica, por ejemplo: ausencia de sueño, demasiada estimulación sensorial, factores hormonales, estrés, hiperventilación, hipoglucemia, hipoxia...
También puede que, hablando sobre el tema de la epilepsia, pueda aparecer el término estatus epiléptico o estado de mal epiléptico.Éste consiste en la repetición de varias crisis consecutivas durante un periodo superior a media hora, sin recuperación de la conciencia, impidiendo que se lleven a cabo de forma normal las diferentes funciones del cerebro.
Cualquier modalidad de crisis epiléptica puede dar origen a un estatus epiléptico y su duración puede prolongarse durante varias horas. En los niños es común que el estatus epiléptico afecte solamente a una mitad del cuerpo, comprometiendo considerablemente el nivel de conciencia del pequeño.
Para terminar este primer vistazo sobre qué es la epilepsia infantil, y antes de seguir con otros aspectos de este trastorno, es importante tener en cuenta que la presencia de un estado de mal epiléptico siempre supone una gran amenaza para la vida del niño y es necesario la asistencia urgente para evitar daños mayores.
Foto | jepoirrier en Flickr En Bebés y más | Vídeo: conocer la epilepsia nos hace iguales, 24 de mayo, Día Nacional de la Epilepsia, Los bebés nacidos post término tienen mayor riesgo de epilepsia.