Hemorragia nasal en niños: qué hacer si a mi hijo le sangra la nariz

Las hemorragias nasales son muy frecuentes en la infancia y suceden cuando se rompe un pequeño vaso sanguíneo dentro de la nariz. Es muy probable que a nuestro hijo le ocurra alguna vez, por eso es importante saber qué hacer si le sangra la nariz.

La hemorragia puede ocurrir debido a un golpe o una caída, por meterse el dedo en la nariz, porque las fosas nasales estén congestionadas o incluso por la sequedad del ambiente. En otras ocasiones, sin embargo, el sangrado se produce sin motivo aparente.

Te explicamos qué hacer para cortar una hemorragia nasal y cuándo es necesario consultar con el médico.

¿Por qué sangra la nariz?

Según señalan los pediatras, las hemorragias nasales en niños suelen ocurrir entre los dos y los diez años, mientras que en bebés y adolescentes no son frecuentes

El término usado en medicina para describir el sangrado de nariz es hemorragia nasal o epistaxis. Lo que sucede es que la nariz contiene muchos pequeños vasos sanguíneos que ayudan a calentar y humedecer el aire que respiramos. Se encuentran muy cerca de la superficie, por eso al tocarlos (cuando el niño se mete el dedo), al frotarlos, o a veces al sonarse la nariz muy fuerte, esos vasos se irritan y pueden sangrar.

La nariz también puede sangrar cuando está especialmente congestionada o reseca, por eso es más frecuente que ocurra en procesos catarrales, sinusitis, alergias o si el ambiente está muy seco debido al clima o a la calefacción en invierno. Igualmente, el uso de medicación por vía inhalada, como los descongestionantes, también podrían propiciar el sangrado nasal.

En raras ocasiones podrían producirse sangrados nasales por otras causas que requieren de atención médica urgente. Tal sería el caso de un crecimiento anómalo de tejido dentro de la nariz, de un problema de coagulación sanguínea o tensión arterial aumentada, o de un cuerpo extraño alojado en la nariz.

Qué hacer (y que no) si a tu hijo le sangra la nariz

Al igual que ocurre con los sangrados en la boca, las hemorragias nasales pueden ser bastante 'escandalosas', por eso es importante guardar la calma, tranquilizar al niño -que probablemente esté nervioso al ver la sangre- y actuar debidamente para cortar la hemorragia siguiendo estos sencillos pasos:

  • El niño debe permanecer de pie o sentado, nunca tumbado.
  • La cabeza del niño no debe estar inclinada hacia atrás, pues en ese caso la sangre podría caer por la garganta y hacer que el niño se atragante o incluso vomite.
  • Presiona con el dedo la parte blanda de la nariz del orificio que sangra (justo debajo del hueso central, o tabique nasal), o tapa la nariz con los dedos a modo de pinza. Pide al niño que respire por la boca.
  • Mantén el orificio tapado entre 10 y 20 minutos. No dejes de presionar para comprobar si ha dejado de sangrar hasta que haya transcurrido este tiempo. A continuación, deja de tapar y comprueba si ha cesado la hemorragia, y si no es así repite el procedimiento otros 10 minutos más. Si transcurridos estos 10 minutos adicionales la hemorragia no hubiera cesado, es conveniente llevar al niño al centro de salud.

No se recomienda introducir algodón o gasas en los orificios nasales. En caso de que se haya producido un golpe fuerte en la nariz con posible fractura del tabique nasal es necesario acudir de inmediato a un servicio de urgencia. Igualmente, debemos contactar con los servicios de urgencia si el niño se sintiera mareado, débil o se fuera a desmayar, si se hubiera dando un golpe en la cabeza o si la hemorragia se produjera como consecuencia de un cuerpo extraño alojado en el interior.

Una vez detenida la hemorragia es recomendable tener una especial precaución, pues la zona permanece muy sensible y es fácil que vuelva a sangrar de nuevo. Se aconseja no tocarse la nariz, no sonarse y no practicar ejercicios de impacto durante unos días.

Si el niño sangra con demasiada frecuencia es recomendable consultarlo con el pediatra, pues en algunos casos se podría aplicar algún tratamiento para evitar que ocurra.

Cómo prevenir las hemorragias nasales

Como hemos mencionado más arriba, los resfriados, alergias y ambiente seco son los principales enemigos de las mucosas nasales, pues pueden irritarlas, resecarlas y producir sangrados.

Por eso, la mejor prevención pasaría por mantener las fosas nasales siempre hidratadas mediante la aplicación de suero fisiológico o spray nasal. En algunos casos el pediatra también podría recomendar untar los orificios nasales con un poquito de vaselina o pomada antibiótica. El uso de humidificadores en la habitación del niño también ayuda a evitar que el ambiente esté demasiado seco.

Si el niño tiene tendencia a meterse el dedo en la nariz hemos de ayudarle a dejar el hábito, y mientras tanto asegurarnos de que sus uñas están bien recortadas y limpias, para evitar que se lesione si se toca.

Fotos | iStock

Vía | Kids Heatlh, En Familia, Healthy Children

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