La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que hay 19 millones de niños en el mundo con problemas de visión, de los cuales del 70 al 80 por ciento se pueden prevenir o curar con un diagnóstico temprano.
En la mayoría de los casos permanecen sin diagnosticar durante años. El Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón, de la Universidad de Zaragoza, el fabricante tecnológico Huawei y DIVE Medical, trabajan en el co-desarrollo de Track AI, un sistema basado en Inteligencia Artificial diseñado para detectar y diagnosticar los signos tempranos de deficiencia visual en niños.
No es ciencia ficción
Ya habíamos resaltado el avance que suponía el software DIVE para monitorizar y rastrear la mirada de cada ojo mientras el niño está buscando estímulos, diseñados para probar diferentes aspectos de la función visual.
Ahora, se da un paso más allá. Los datos que se están recopilando en todo el mundo del patrón de mirada de niños, se procesan en un smartphone Huawei P30, potenciado con Inteligencia Artificial, a fin de señalar posibles indicadores de problemas visuales.
Según explican sus desarrolladores, "todo se concreta en un dispositivo portátil, asequible y fácil de usar para identificar estos problemas en los niños lo antes posible".
Esto es realmente importante ya que, en la mayoría de las situaciones, los niños menores de cuatro años no son capaces de explicar claramente sus síntomas, lo que muchas veces supone que no sean tratados de forma rápida y antes de que se agrave el problema. Así lo asegura la doctora Victoria Pueyo, oftalmóloga pediátrica de DIVE Medical:
"El diagnóstico precoz es vital. Todas las patologías asociadas a problemas de baja visión dejan secuelas menores si se detectan antes de los tres o cuatro años de edad".
Este proyecto, en el que llevan años trabajando, según señala la oftalmóloga, pretende "implementar esta tecnología a nivel mundial y con nuestro enfoque multiétnico poder atender todo tipo de discapacidad visual".
¿Cómo funciona?
Los niños con discapacidad visual tienen diferentes patrones de mirada en comparación con los niños con visión normal. El software DIVE puede recopilar con precisión datos sobre la posición de la mirada durante un estímulo visual diseñado científicamente.
La interpretación de estos datos puede ser un reto para los trabajadores de la salud no especializados. Sin embargo, utilizando la Inteligencia Artificial (IA), se puede entrenar a los ordenadores para identificar patrones de mirada anormales, a fin de realizar exámenes de detección más fáciles y diagnósticos asistidos. De este modo, es posible acelerar el proceso, desde el diagnóstico hasta la gestión del problema.
El dispositivo Track AI, incorporado el smartphone, no requiere WI-FI y recibe datos en tiempo real para acelerar los diagnósticos. Por ello, se puede emplear en todo el mundo, desde un oftalmólogo en un hospital del Reino Unido hasta un médico de una aldea en una zona remota de África.
El desarrollo de un sistema basado en la IA requiere la recopilación de datos de miles de niños, y los centros de investigación los están recopilando actualmente en cinco países de tres continentes (China, México, Emiratos Árabes Unidos, España y Reino Unido).
Una vez que se haya incorporado una gran cantidad de datos, se capacitarán las redes neuronales y se pondrá a prueba un dispositivo prototipo a finales de este año. El objetivo es realizar su implementación en 2020, lo que ayudará a los profesionales de la salud a diagnosticar y tratar las afecciones oculares en una etapa temprana.
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