La manera de vestir a los bebés ha cambiado mucho en los últimos años, pudiendo los padres elegir entre la ropa de bebé de toda la vida y ropa más moderna como pantalones tejanos, camisetas estampadas, etc. De igual modo, los patucos han dejado paso, para quien así lo quiere, a zapatillas y zapatos de bebé, menos flexibles pero más actuales a nivel estético.
Expertos del Hospital Nisa Pardo de Aravaca, en Madrid, han querido dar su opinión acerca del calzado infantil y al hablar del calzado de los bebés han aconsejado que nunca se les ponga zapatos, por muy modernos que vayan con ellos.
El pie de un niño está en continuo crecimiento y formación y la elección del calzado es importante para favorecer un correcto desarrollo. A la hora de elegir un zapato solemos guiarnos por cuestiones estéticas, sin embargo, y aunque es importante (no le vas a poner a tu hijo unos zapatos horribles que ni a ti te gustan), la estética debería estar en un segundo plano, pues lo importante al fin y al cabo es el pie de los niños.
Según Javier Ferrer, podólogo del mencionado hospital:
Calzar a un bebé, aunque resulte bonito es completamente perjudicial, ya que la estructura ósea de un niño tarda en consolidarse completamente. Así que si los cubrimos, cuando aún no se han desarrollado, estamos perjudicando su óptimo desarrollo.
Según comentan un bebé que aún no gatea no debería llevar calzado alguno para permitir que su pie crezca y se expanda sin molestos “topes” que puedan alterar su desarrollo, por eso afirman que para protegerles del frío es suficiente con ponerles calcetines o patucos.
Bajo mi punto de vista, y estando de acuerdo en que los niños como mejor están es descalzos (mis hijos sólo se calzan para salir a la calle), la recomendación es un poco exagerada. En la foto de arriba podéis ver a mi hijo Jon cuando era pequeño llevando unas Puma que son de tela. No hay suela rígida y el tope lo ofrece la propia costura de la zapatilla. Digamos que serían como un calcetín gordo, aunque menos elástico.
Lo importante entonces es estar seguro, siempre, de que el calzado no le queda pequeño, que no le presiona en los dedos al ponerlo, porque entonces sí estaremos haciendo algo perjudicial para sus pies. Diferente es si hablamos de un zapato más rígido, pero hasta donde he podido ver, los zapatos para bebés no llevan suela y suelen ser muy blanditos.
Así que más que prohibir calzar a un bebé (en invierno unos calcetines se me antojan insuficientes para salvaguardar del frío) yo lo que recomendaría es poner zapatos o zapatillas sólo para salir de casa y teniendo siempre la absoluta seguridad de que no le van pequeños ni le presionan el pie por ninguna parte. Ahora bien, yo no soy podólogo, sólo un padre que trata de utilizar el sentido común, elija usted, querido lector, qué hacer con los pies de su bebé (mirad qué educado, ya hasta os hablo de usted).
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