Muere un niño de 7 años de una otitis al tratar de curarla con homeopatía
Cuando hace 6 años se publicó el libro ¡Funciona! Niños sanos todo el año, dedicado a la homeopatía para niños, avisé de que era un libro peligroso. No porque los tratamientos con homeopatía puedan tener efectos secundarios graves, sino porque tratar con homeopatía según qué dolencia puede suponer poner en riesgo a los niños, al no haber evidencia de que tenga ningún efecto primario más allá del efecto placebo.
Curiosamente, tras haber leído 15 páginas del libro, me centré en uno de los remedios para curar las otitis de los niños: Hepar Sulfur 30 CH, y expliqué por qué dicho remedio no puede ayudar a curar ninguna otitis. Unos años después, me encuentro con esta noticia, que me apena y enfada a partes iguales: un niño de 7 años muere al tratar sus padres una otitis con homeopatía.
La infección llegó al cerebro
Según leemos en La Voz de Galicia, pasó en Italia, donde se suceden los (necesarios) debates relativos a esta cuestión.
Los padres explicaron que desde que su hijo tenía tres años le trataban siempre con homeopatía, incluso cuando había tenido alguna otitis, y siempre había ido todo bien.
Esta vez, la fiebre no bajó en dos semanas y el niño empezó a empeorar poco a poco. Así es como decidieron llevarlo finalmente a urgencias, donde días después perdía el conocimiento a causa de la infección que tenía, que le afectaba ya al cerebro.
Tres días después, el pasado sábado, el pequeño tenía una afectación tan severa que los médicos declararon la muerte cerebral.
¿Cómo es las otras otitis las pudieron curar con homeopatía?
Pues porque muchas otitis son víricas (de hecho, lo son la mayoría). Esto quiere decir que se curan sí o sí, tanto si al niño se le da antibiótico como si no.
Pero no todas son a causa de un virus, pues las hay bacterianas. La fiebre calienta el cuerpo para que con el aumento de temperatura virus y bacterias mueran (además de otros mecanismos del sistema inmunitario para acabar con las infecciones).
En muchas ocasiones, aun cuando la otitis es bacteriana, el cuerpo es también capaz de combatirla y superarla con éxito. Pero en otras no es suficiente y la infección consigue proseguir: aquí es donde son necesarios los antibióticos (que a menudo se recetan antes porque es imposible saber si el niño la superará rápido o empeorará por momentos).
¿Dónde entra en toda esta ecuación la homeopatía? En ningún sitio. Si os fijáis, no la he mencionado en ningún momento porque lo que hacían con él, desde los tres años, era esperar simplemente a que su cuerpo reaccionara y solucionara todas las infecciones. Los padres pensaban que se curaba por la homeopatía, pero en realidad se curaba solo.
En muchas ocasiones fue suficiente, pero ya con 7 años sufrió una que no pudo combatir por sí mismo. El que le dieran o no homeopatía era irrelevante, porque los tratamientos homeopáticos no hacen ningún efecto a los virus y las bacterias.
Hepar Sulfur 30 CH
Según el libro mencionado al principio de esta entrada:
Este remedio se utiliza cuando hay infección en la zona del oído y el niño presenta una congestión dolorosa y está muy sensible al contacto. El niño siente punzadas, de manera que puede estar tranquilo y de repente ponerse a llorar porque nota un pinchazo repentino. Se aprecia una secreción amarillenta con mal olor. Es importante recordar que la dilución aconsejada en este caso no será inferior a 30 CH, pues hay riesgo de perforación del tímpano.
El Hepar Sulphur es azufre, un elemento químico no metal que se utiliza como fertilizante y para fabricar pólvora, laxantes, cerillas e insecticidas.
Consumir azufre no es ningún remedio que cure a ningún niño de una otitis. Y si lo fuera, una dilución de 30 CH equivale a poner una molécula de Hepar Sulphur en una esfera de agua con un diámetro de 150 millones de kilómetros (la distancia que hay entre el Sol y la Tierra). Con esto ya aseguro, sin ningún miedo a equivocarme, que es imposible que el Hepar Sulphur 30 CH cure nada.
No sé si es con lo que intentaron curar al niño, pero en el fondo da igual, porque ya no hay nada que pueda cambiar lo sucedido. Un niño de 7 años ha muerto víctima de unos padres que fueron víctimas de unos tratamientos que deberían estar prohibidos hace mucho tiempo.
Esperemos que al menos ahora (suele pasar: hasta que no muere alguien en el cruce, no ponen el semáforo), los gobiernos tomen cartas en el asunto y controlen esto. Yo mismo fui ayer a la farmacia a por un antihistamínico y me recomendaron que en vez de eso me llevara un tratamiento más natural, basado en homeopatía.
Menos mal que mi alergia es leve... imaginad si tuviera riesgo de shock anafiláctico o similar y me dijeran que lo mejor es probar con algo natural (por suerte, no hay alternativa homeopática a la adrenalina).
Foto | iStock
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