Muere una bebé en Cataluña afectada por un enterovirus

Hace unos meses los padres y madres de Cataluña, en España, se pusieron en alerta al conocer que se estaba dando un brote de contagios por un enterovirus que causaba síntomas de mayor gravedad que las habituales.

El desconocimiento sobre dichos virus, y el saber que no había manera de estar completamente seguros de evitar un contagio (mediante una vacuna o similar) llevó a muchos padres a hacer que los niños se ausentaran de los colegios y a visitar o llamar a los centros de atención primaria y hospitales para que los médicos descartaran que sus hijos tuvieran un enterovirus, o para informarse sobre la enfermedad.

Ahora, cuando hacía ya tiempo que parecía que el brote estaba controlado, tenemos que lamentar la muerte de una bebé afectada por un enterovirus.

Podría no ser la primera muerte

Hace más o menos tres meses os explicábamos que se había producido la primera muerte por enterovirus, la de un niño de dos años. Sin embargo, las autoridades no llegaron a confirmar al 100% que la causa fuera esa (aunque los síntomas parecían decir que sí) y por eso se habla en algunos medios de que el fallecimiento de la bebé que hoy os explicamos podría ser el primer caso.

¿Qué hacen los enterovirus?

Los contagios por enterovirus son tremendamente habituales. Cada año miles de niños se contagian por los enterovirus, siendo los síntomas más habituales tos, mocos y fiebre. Como todos los virus, se cura solo sin complicaciones. En ocasiones produce diarrea y vómitos, siendo el tratamiento de nuevo sintomático.

Sin embargo, el miedo llegó cuando las cepas que estaban afectando a los niños catalanes provocaban, además de esos síntomas, complicaciones neurológicas con temblores, dificultad para caminar, convulsiones o somnolencia intensa.

Mucha gente empezó a decir que los niños podrían quedar tetrapléjicos, porque se supo de un caso de una niña que en febrero acabó en ese estado por un enterovirus, pero pronto se supo que la cepa que estaba actuando en el brote era una diferente.

En pocos días se produjeron más de 60 casos y la alerta no tardó en correr. Meses después sabemos que el brote avanzó mucho más lentamente y que a pesar de que se produjeron muchos contagios al principio, en 5 meses más sólo se dieron cerca de 50 casos añadidos.

El caso de la bebé

Tal y como leemos en El País, la niña, menor de un año, murió el lunes en el Hospital Parc Taulí de Sabadell. El enterovirus del que se contagió fue el mismo que inició el brote (la cepa A71), que es el que provoca las afectaciones neurológicas mencionadas.

Al parecer, el pasado 30 de julio la niña acudió al hospital de Granollers con un cuadro de fiebre y vómitos. Dado que esos síntomas son típicos de una infección vírica inespecífica que suele mejorar sin mayores complicaciones, volvió a su casa. Sin embargo, al día siguiente, el estado de la pequeña había empeorado y acudió a su centro de atención primaria, donde vieron que había iniciado síntomas como somnolencia, decaimiento y falta de fuerza en las extremidades. La niña fue trasladada al hospital de Granollers, desde donde se trasladó de nuevo, viendo que podría tratarse de un enterovirus, a la UCI del Hospital Parc Taulí de Sabadell.

Allí estuvo ingresada desde ese momento hasta que el pasado lunes su cuerpecito dijo que no podía más. Los médicos han asegurado que se ha tratado de un caso fulminante, muy grave, porque pasó en muy pocas horas de tener unos síntomas inespecíficos, como de gastroenteritis, a padecer una inflamación grave del sistema nervioso.

Además, explican que no había manera posible de prevenir que la enfermedad avanzara, porque no se sabe de qué se trata hasta que se producen los síntomas que dan la alarma. Y eso es lo que se hizo, en cuanto vieron que la niña padecía somnolencia fue trasladada urgentemente para recibir posibles tratamientos, aunque no hay una cura específica y por ahora todo radica en intentar ayudar al sistema inmunitario de los niños a defenderse con mayor eficacia.

El brote está cerrado

El Departamento de Salud declaró que el brote está cerrado, que ya no se están produciendo contagios con la celeridad que cuando todo empezó, y muestra de ello es que en los últimos dos meses apenas se han detectado cinco casos. No se descarta, obviamente, que puedan seguir dándose casos aislados.

Por eso, se volvió a recordar cuáles son las medidas preventivas para evitar el contagio, sobre todo en los niños menores de 6 años que son los que están en mayor riesgo:

  • Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón. El lavado correcto de manos es lo más importante para estar sano.
  • Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca sin haberse lavado antes las manos.
  • Evitar el contacto cercano (dar besos, abrazos, compartir vaso o cubiertos) con alguien que esté enfermo.
  • Al toser o estornudar, taparse la boca con un pañuelo de papel o la manga de la camisa, no con las manos.
  • Limpiar y desinfectar las superficies que se tocan frecuentemente, como los juguetes o el pomo de las puertas, sobre todo si alguien está enfermo.
  • Quedarse en casa si está enfermo y no llevar al colegio a los niños si están enfermos.

Más información | Gencat
Foto | iStock

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