Con los zapatos debemos poner una especial atención, no aceptes zapatos regalados ni los regales tú. La explicación es sencilla, en la etapa en que se están formando los pies de los niños, son más vulnerables a la presión que pueda incidir el calzado sobre sus piececitos.
Unos zapatos a pesar de que parezcan nuevos, han sido amoldados a los pies del anterior dueño y a su manera de pisar, cuando este zapato se pone a otro bebé, puede alterarse el desarrollo del pie llegando incluso a causarle alguna pequeña deformidad y eso sin contar que le puede provocar heridas en la piel o rozaduras.
El resto de objetos, no afectan al desarrollo y se pueden usar perfectamente, pero los zapatos son la excepción. Es interesante seguir este consejo, pues de ello depende el adecuado desarrollo de los pies del bebé.
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