No te fíes nunca del socorrista de la piscina

¿Qué piscina es más segura para las familias con hijos, una con socorrista o una sin socorrista? La respuesta es muy obvia: siempre es más segura una piscina en la que un socorrista está atento para advertir cuando se hace algo peligroso, o para actuar en caso de que haya algún incidente.

Es más segura, a menos que, confiando en la presencia de un socorrista, nos despreocupemos de la seguridad de nuestros hijos y dejemos de estar pendientes de ellos. Por eso, aunque parezca un consejo extraño, es uno de los más importantes a tener en cuenta en entornos acuáticos: no te fíes nunca del socorrista de la piscina.

Nadie duda de su profesionalidad

Ojo, que el consejo no es una crítica a los socorristas, ni mucho menos. Estoy seguro de que la mayoría hace un trabajo de vigilancia destacable y que gracias a ellos son muchas las vidas que se salvan cada año.

Sin embargo, de vez en cuando hay alguno un poco más despistado, o que no es capaz de ver alguna emergencia por alguna circunstancia (que haya mucha gente en el agua y le queden puntos ciegos tras la gente), y esto puede demorar un poco una actuación que a menudo depende del tiempo en que se inicien las maniobras de salvamento.

Pero de todas maneras, no voy por ahí. O no voy únicamente por ahí. Aun cuando haya socorristas, tal y como leemos en PopSugar, el peligro existe y la responsabilidad primera de la salud de nuestros hijos es nuestra, siempre, y no del socorrista. Cuatro ojos ven más de dos, con una ventaja importante: nuestros dos ojos solo se fijan en nuestros hijos, mientras que los dos ojos del socorrista tienen que estar pendientes de todos los bañistas.

Cómo disminuir riesgos en el agua este verano

Cada año se repiten los consejos y cada año vuelven a suceder desgracias relacionadas con el agua (y con niños que se quedan en los coches cerrados, al sol, en lo que es otro problema que no parece tener fin, por desgracia). Por eso vamos a hacer hincapié en los consejos que da la Cruz Roja cuando se juntan en la ecuación niños y agua, algo muy divertido, algo que les encanta, pero algo tremendamente peligroso:

No te fíes del socorrista

Aunque está ahí para actuar enseguida en caso de emergencia, puede darse el caso de que tarde en darse cuenta de un problema, por tener que estar pendiente de varias personas dentro del agua.

Enseña a nadar a tus hijos

Y hazlo cuanto antes. El que sepan nadar no es razón para dejar de vigilarlos, pero siempre será más seguro. Sobre todo si algún día caen al agua sin querer.

No dejes que jueguen cerca del agua

Si son pequeños y aún no dominan bien el medio acuático, no dejes que se acerquen al agua y explícales por qué es peligroso.

No confíes la seguridad de un niño en otro niño

El "cuida de tu hermano pequeño" puede ser tremendamente peligroso si hablamos de estar jugando en el agua. Un hermano no siempre será consciente de que el otro se está ahogando (puede pensar que está jugando), y aun cuando sea consciente, no siempre será capaz de actuar a tiempo y de manera eficaz.

No te fíes de los manguitos ni flotadores

Como bien anuncian en las etiquetas, no son salvavidas y por lo tanto no son seguros. O al menos no son seguros como para dejar que nuestros hijos los utilicen sin nuestra supervisión. Siempre, siempre, tenemos que estar pendientes de ellos.

Enséñales a pedir permiso para ir al agua

Explicarles que siempre tienen que preguntar si pueden bañarse es importante, porque así serás siempre consciente de que lo van a hacer, y podrás estar más pendiente de ellos.

Supervisa el baño de tus hijos

Hablo sobre todo de niños que ya saben nadar, que pueden estar solos en el agua. Saber nadar no es suficiente. Muchas muertes en el agua suceden con niños que ya sabían nadar, pero que se cansan y se dejan ir. Tenemos que estar cerca para supervisar el baño.

Báñate cerca de los pequeños

Niños pequeños que ya caminan y están en piscinas que cubren poco pueden provocar también una emergencia si se caen y no son capaces de volver a levantarse. Por eso tenemos que estar a su lado, por si caen, cogerlos enseguida.

Haz un curso de primeros auxilios

Todas las personas deberían hacer cursos de primeros auxilios, y si somos padres, con más razón. Es probable que en caso de emergencia no recordemos muy bien qué hacer, o que nos bloqueemos, pero al menos tenemos que tener los conocimientos por si somos capaces, o por si le pasa a otro niño. Además, es importante saber cuándo llamar a emergencias y cómo hacerlo.

Foto | iStock
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