Aunque sepamos que cada niño es un mundo y sigue un ritmo diferente, a veces es difícil no comparar a nuestro hijo con otros niños cuando hablamos de hitos del desarrollo. Y es que hay fechas orientativas que marcan el inicio de ciertas etapas, por lo que cuando vemos que nuestro hijo ya alcanza esa edad pero aún no ha experimentado los cambios que se le presuponen, es lógico preguntarnos si será normal.
A veces, esta "preocupación" también se manifiesta entre los propios niños, sobre todo cuando empiezan a tener la edad suficiente como para compararse unos con otros y hablar de sus propias experiencias. En este sentido, la llegada del Ratoncito Pérez es quizá uno de los momentos que más dudas genera entre los peques: "¿Mamá, por qué no se me ha caído todavía ningún diente si a todos mis amigos ya se le han caído o se le mueven?", es posible que te pregunte tu hijo de seis años.
Pero, ¿cuándo podemos considerar que un niño es tardío en el recambio de sus piezas dentales? ¿Qué aspectos debemos tener en cuenta y cuándo es necesario consultar con el especialista?
La doctora Patricia Bratos, ortodoncista y cofundadora de Ferrus & Bratos, nos aclara todas las dudas.
¿Cuándo se caen los dientes de leche?
La dentición primaria consta con un total de 20 piezas dentales que van saliendo a diferente ritmo durante los tres primeros años de vida del niño, comenzando generalmente entre los seis y los ocho meses.
En torno a los seis años, los dientes definitivos -que están dentro de las encías- comenzarán a reabsorber las raíces de los dientes temporales o de leche, propiciando que estos se aflojen y acaben cayendo.
Pero esta edad es orientativa, pues hay niños más precoces que experimentan la caída de su primer diente a los cinco o incluso cuatro años, mientras que otros pueden tardar más.
Así, vemos que la horquilla de edades que se baraja para la caída de los dientes es la siguiente:
- Incisivos centrales: caen entre los seis y los siete años
- Incisivos laterales: caen entre los siete y los ocho años
- Primer molar: cae entre los nueve y los 11 años
- Caninos y segundo molar: caen entre los 10 y los 12 años
De este modo, se considera que a partir de los 12 años el niño ya habrá terminado el recambio dental y su dentadura estará compuesta únicamente por dientes definitivos; es decir, su dentadura será igual que la de los adultos (sin contar con las muelas del juicio).
Causas del retraso en la caída de los dientes y tratamiento
Dejando a un lado causas genéticas que podrían afectar al desarrollo dental del niño, los motivos habituales que suelen propiciar que los dientes de leche no caigan (o lo hagan de forma tardía) son:
- La agenesia dental: se trata de una anomalía que implica la ausencia del diente definitivo (puede ocurrir con un diente o con varios). Al no haber diente que empuje al de leche, este no caerá.
En estos casos, el especialista suele abordar el problema extrayendo el diente temporal y colocando un implante que sustituya la pieza faltante. También suele ser necesario también cerrar el espacio generado por el diente que falta mediante ortodoncias que recoloquen adecuadamente el resto de dientes.
- La presencia de dientes supernumerarios: se trata de una anomalía en el desarrollo dental caracterizada por la presencia de dientes sobrantes (dientes "extra") aunque sin la forma habitual del diente.
Estos dientes de más no solo retienen las piezas dentarias y evitan la formación de nuevos dientes, sino que provocan alteraciones, apiñamientos, diastemas (espacio interdental)...
- Otro motivo por el que un diente de leche puede no caerse se debe a que el diente permanente erupciona en la parte trasera de la encía, por lo que la raíz del diente de leche no se reabsorbe y no cae.
Ante tal supuesto, estaría indicado un tratamiento de ortodoncia para llevar el diente a su lugar dentro de la arcada y, en función del caso, el dentista podría recomendar también la extracción de la pieza de leche.
- Y por último, destacamos otra causa denominada anquilosis. Se trata de un trastorno poco común por el cual la raíz del diente de leche está fusionada con el hueso alveolar, pudiendo impedir el crecimiento del diente definitivo.
Las causas de la anquilosis son diversas, pero entre ellas destacan los traumatismos o golpes en los dientes que dañan la estructura interna del mismo. La solución de este problema difiere en función de la gravedad del mismo, pudiendo ser necesaria la extracción del diente y la colocación de un mantenedor de espacio para asegurar la erupción de la pieza definitiva en la posición correcta
Cuándo consultar con el especialista
En líneas generales, la doctora Bratos asegura que no hay por qué preocuparse si a la edad de siete años nuestro hijo no ha comenzado todavía con el recambio dental, o si la caída de los dientes de leche no se corresponde con los plazos orientativos.
Sin embargo, e independientemente de que observemos o no un retraso en la caída de piezas dentales, es fundamental llevar a los niños de forma periódica a una revisión con el odontopediatra desde el momento en que comienzan a erupcionar sus primeros dientes de leche, a fin de diagnosticar posibles alteraciones o prevenir patologías.