En verano, los niños se bañan en la piscina o en el mar para refrescarse y sucede algo bastante frecuente, tanto que se ha vuelto la invitada no deseada de cada verano. Se da especialmente en niños pequeños y es conocida como otitis del nadador u otitis de la piscina, una infección que provoca la inflamación de la piel que recubre el conducto auditivo externo, generalmente producida por bacterias. Puede darse en ambos oídos a la vez o en uno solo.
Factores como la humedad, las aguas poco higiénicas o el cloro del agua pueden facilitar la infección del oído, ya que lo desprotegen ante el ataque de agentes infecciosos externos o el crecimiento de hongos, los cuales se encargan de colonizar primero la piel de la oreja para, posteriormente, introducirse en el conducto auditivo. ¿Qué podemos hacer para prevenirla?
Síntomas de la otitis de la piscina
Al ser una otitis, los síntomas son los mismos que la otitis que puede aparecer en invierno. El principal síntoma es un dolor fuerte y molesto en el oído que se incrementa al tocarlo. Puede comenzar con una sensación de picazón, por lo que el bebé, si aún no sabe hablar, se tirará del oreja o se la tapará señalando que le produce dolor. También puede notarse secreción líquida que al principio suele ser de un color claro, pero después se torna más espesa y amarillenta como el pus.
No suele producir fiebre, pero pueden aparecer unas décimas. Puede darse una pequeña pérdida de audición temporal, que no suele prolongarme más allá de lo que dura la infección.
Consejos para prevenir la otitis de la piscina
- Secarse los oídos con un toalla al salir de la piscina o del mar.
- No utilizar bastoncillos de algodón: estos suelen empujar la suciedad y los agentes infecciosos del conducto auditivo hacia el interior del oído y provocar infecciones más graves.
- Mantener siempre las orejas limpias y secas.
- Vigilar el tiempo de duración del baño, que no se extienda demasiado.
- No se recomienda el uso de tapones si los oídos del niños están sanos, ya que podría llegar a ser contraproducente al empujar el cerumen hacia el conducto auditivo pudiendo generar tapones. Aunque según la Aeped, el uso de tapones puede ser recomendable como medida preventiva cuando se es propenso a estas otitis.
Ante una otitis, lleva al niño al médico. Lo más probable es que recete unas gotas tópicas que pueden contener antibióticos.
El verano es una época del año para que nuestros hijos disfruten del agua y del buen tiempo, pero sin olvidarnos de tomar todo tipo de precauciones para evitar los posibles problemas que puedan impedir que disfrutemos de unos más que merecidos días de ocio en familia.
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