En el momento en que tienes un bebé las visitas a la farmacia empiezan a multiplicarse. Semana a semana, mes a mes, vas necesitando unas u otras cosas y al final te vas dando cuenta de que lo que tienes en casa ya no son cuatro jarabes, sino una pequeña sucursal de la farmacia. Vamos, que hay épocas que sospechas que alguien llamará a la puerta preguntando si "es aquí la farmacia de guardia".
El caso es que cuando tu hijo está resfriado, con su tos y sus mocos, y quieres hacer algo por él, como cuando tú te tomas algo, suele suceder que el jarabe de los niños, el que te daba tu madre, no puede tomarlo hasta los 2 años. "Qué raro", te dices, "pues voy al médico a que me de uno para niños menores de dos años". Pero vuelves sin él, porque no lo hay. Vas a la farmacia y te dicen lo mismo, que no son para menores de 2 años. Entonces te preguntas: ¿Por qué? ¿Qué hago yo entonces con mi hijo y su resfriado?
Para los niños menores de dos años son muy peligrosos
La razón principal es que los medicamentos para la tos y el resfriado, los típicos que puedes comprar en una farmacia para los niños, sin receta, pueden tener efectos secundarios graves o muy graves en niños menores de dos años.
En los prospectos no están explicados porque en realidad no son un fármaco para ellos (directamente podemos leer "contraindicado en niños menores de 2 años"), pero según las Agencias del Medicamento, pueden provocar convulsiones, taquicardia, disminución de los niveles de conciencia e incluso la muerte.
En otras ocasiones, sin que suceda ninguno de estos indeseables efectos, puede suceder que aplaque síntomas de enfermedades que deberían quedar visibles, como amigdalitis y neumonía. Y digo deberían quedar visibles porque si se enmascaran, la infección puede proseguir sin darnos cuenta, por el jarabe, para hacerse visible cuando sea aún más grave y el tratamiento más complicado.
¿Qué podemos hacer entonces por los bebés y niños menores de dos años?
Pues lo mismo que hacemos muchos adultos: nada. Los resfriados, como afirma la FDA de EE.UU., son enfermedades autilimitadas, que igual que llegan, se van, y que no necesitan tratamiento. Los fármacos para la tos y los mocos, los jarabes que damos a los niños más mayores, solo alivian sus síntomas, pero ni les cura ni hace que el resfriado dure menos.
En el caso de que tengan mucho moco, podemos aumentar un poco la ingesta de líquidos, por ejemplo agua, si son mayores de 6 meses. Podemos ayudarles a sacar los mocos con un poco de suero, también. Si tienen tos, tener claro que es un mecanismo de defensa que ayuda al niño a sacar el moco (o sea, que la tos es beneficiosa) y, por la noche, para que descanse un poco, tirar del remedio de la cebolla (ya sabes, cortas una cebolla y la dejas cerca de donde duerme el niño, para que haga "llorar" a su garganta y la calme un poco). Y si tienen más de un año, funciona muy bien la miel. Yo, de hecho, suelo tomar agua caliente con miel y limón cuando me resfrío.
¿Y antibiótico?
Muchos padres se preguntan por qué no le mandan a su hijo antibiótico, si los bebés ya pueden tomarlo. Es cierto, los bebés recién nacidos, cuando los necesitan, pueden tomar ya antibióticos. Pero esto es cuando los necesitan, es decir, cuando la infección es bacteriana. Si estamos hablando de un resfriado o de la gripe, que son enfermedades víricas, el antibiótico no tiene ningún sentido. No hay fármacos que curen el resfriado ni la gripe, así que no hay que dar antibiótico para ello.
¿Cuándo ir al médico?
No dar jarabes para la tos ni los mocos y saber que los resfriados se curan solos no hace que tengamos que creer que son enfermedades que no requieran vigilancia. A veces se complican y debemos saber cuáles son los síntomas para, entonces sí, consultar al pediatra. Estos síntomas son:
- Fiebre en el caso de un bebé de dos meses o menos o fiebre de más de 38ºC a cualquier edad.
- Signos de que al niño le cuesta respirar: respiración acelerada, respiración con sibilantes (pitos), el niño abre las fosas nasales en cada inspiración o vemos que las costillas sobresalen al respirar.
- Si tiene los labios azulados.
- Dolor de oído.
- No quiere comer ni beber.
- Irritación o somnolencia excesivas.
- Si la tos dura más de tres semanas o si vemos que el cuadro está empeorando.
En la farmacia me han dicho que jarabe no, pero homeopatía sí
A mí me ha pasado. Ir a buscar algo a la farmacia y que me intenten colar homeopatía para aliviar síntomas asociados. Si a mí me ha pasado, imagino que a otros padres y madres les pasará también, y sobre todo si van a comprar un jarabe para el resfriado de su hijo menor de 2 años y no le pueden vender nada. Te dicen que los jarabes de toda la vida no, pero que sí puede tomar jarabes homeopáticos, o el inútil Oscillococcinum.
La homeopatía, como hemos comentado en muchas ocasiones, no funciona. No tiene un efecto real ligado al tratamiento, sino como mucho (que no es poco) el ligado al efecto placebo, que es la creencia de que lo que le estás dado al niño le ayudará y mejorará.
Mi consejo es que no os gastéis el dinero en productos (ni siquiera se les puede llamar medicamentos) que no han demostrado su eficacia, aunque como se dice a menudo: "cada cual que gaste su dinero en lo que considere mejor".
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