En España, nueve de cada 100 recién nacidos es prematuro, una de las tasas más elevadas de los países de nuestro entorno. La buena noticia es que los avances ciéntificos y los cuidados médicos están haciendo posible una tasa de supervivencia de hasta un 65% en los nacidos antes de la semana 28, y de un 95% en los nacidos después.
Sin embargo, estos pequeños luchadores necesitan permanecer tiempo en las unidades de neonatología de los hospitales, y una vez son dados de alta el protocolo de seguimiento médico que deben tener es muy diferente del que siguen los niños nacidos a término. Hoy os contamos cuáles son las recomendaciones de salud y seguimiento de los prematauros tardíos, según un informe elaborado por la Sociedad Española de Neonatología y la Asociación Española de Pediatría de atención primaria.
¿Qué se entiende por prematuros tardíos?
Del 9% de prematuros nacidos en España, entre el 70-74% son los denominados prematuros tardíos que son aquéllos nacidos entre la semana 34 y 36 de gestación. El término "prematuro tardío" es relativamente reciente, ya que se definió en el año 2005 reemplazando al concepto de "recién nacido casi a término" que venía utilizándose hasta entonces.
Y es que tras varios estudios se ha visto que estos niños tienen un desarrollo diferente al de los recién nacidos a término, por lo que no están exentos de presentar secuelas a largo plazo que hay que revisar de cerca.
Por eso, una vez son dados de alta su seguimiento debe hacerse entre el hospital, las consultas de atención primaria y las especialidades pediátricas específicas que correspondan según cada caso.
Entre las causas de nacimientos de prematuros tardíos se encuentran, entre otras:
El sobrepeso materno y problemas de salud derivados de ello durante el embarazo, como la diabetes gestacional y la hipertensión arterial
Principales problemas de salud que presentan
En contra de lo que popularmente podemos pensar, las complicaciones que presentan los prematuros tardíos no se ciñen exclusivamente a su periodo neonatal, sino que pueden extenderse a lo largo de toda su infancia.
Esto se traduce en mayores tasas de hospitalización y un mayor uso de los servicios de urgencia con respecto al resto de niños, debido a que tienen más riesgo de contraer infecciones, problemas respiratorios y trastornos del neurodesarrollo.
La labor y seguimiento que hacen los pediatras de atención primaria es fundamental, ya que no sólo tratan los problemas de salud que puedan presentarse, sino que también deben informar a las familias sobre los posibles riesgos de salud que tienen los prematuros, educarles en medidas preventivas y en detección rápida de síntomas.
Las complicaciones de las primeras semanas
En los primeros 15 días de vida, los prematuros tardíos tienen tres veces más riesgo de ser ingresados en el hospital que los nacidos a término, debido a complicaciones frecuentes como ictericia, dificultades de alimentación, escasa ganancia ponderal, deshidratación y apnea.
Infecciones respiratorias
Según la Sociedad Española de Neonatología (SENeo) los prematuros tardíos presentan con frecuencia problemas respiratorios tanto a corto y medio como a largo plazo. Esto es debido a la inmadurez pulmonar que presentaban al momento de su nacimiento.
Algunos de los problemas que suelen presentar se traducen en:
Tres veces más riesgo de padecer infecciones respiratorias que los nacidos a término, que implica un mayor número de ingresos hospitalarios durante su primer año de vida
Mayor riesgo de contraer bronquiolitis por VRS
Otras infecciones
Después de las infecciones respiratorias, las gastrointestinales son las que mayor tasa de ingresos y consultas médicas provocan en los casos de bebés prematuros tardíos.
Déficit de desarrollo neurológico
Según los estudios realizados, los prematuros tardíos tienen un riesgo dos veces superior de presentar retraso en el desarrollo neurológico que los nacidos a término, así como más probabilidad de manifestar déficits en la motricidad y en la adquisición de habilidades ejecutivas, cognitivas y conductuales.
Esto es debido a que entre las semanas 34 y 40 de gestación se produce el periodo más crítico en la maduración de las estructuras neuronales, que en el caso de los bebés prematuros debe alcanzarse fuera del útero.
Por ello, y hasta los dos años de edad, durante sus visitas rutinarias al pediatra o en el seguimiento específico hospitalario se les realizará pruebas sencillas de cribado del desarrollo neurológico así como otras pruebas específicas, de cara a identificar de forma temprana cualquier problema.
Prematuros tardíos en la etapa escolar
Este posible retraso en el desarrollo neurológico debe ser tenido muy en cuenta a la hora de comenzar la etapa escolar, y ante cualquier sospecha ofrecer a las familias un fácil y rápido acceso a la Atención Temprana para evaluar posibles trastornos.
Aunque según los estudios, en la edad preescolar las diferencias que se han encontrado entre los prematuros tardíos y los nacidos a término son muy sutiles, son un indicativo de las dificultades que puedan manifestar en su desarrollo académico y socioemocional en etapas posteriores.
Por eso, antes de comenzar la escolarización primaria los prematuros tardíos con sospechas de trastornos del neurodesarrollo deberían ser evaluados por el equipo de orientación de sus colegios, de cara a ofrecer ayuda especializada para que no les afecte en su rendimiento escolar.
Según los estudios, los principales problemas que suelen presentar los prematuros tardíos en la etapa escolar son:
Mayor riesgo de déficit psicomotor: a los cuatro años de edad se ha observado que un 16,6% de los prematuros tardíos presenta déficit psicomotor, frente al 4,5% de los nacidos a término
Mayores problemas en el desarrollo del lenguaje, especialmente en el lenguaje expresivo que se manifiesta entre los 18 y los 36 meses
Mayores posibilidades de repetir curso durante la etapa de Educación Primaria
A los seis años suelen presentar peores resultados en las áreas de lectura comprensiva y matemáticas
Además, la prematuridad se ha asociado con una mayor incidencia de problemas de aprendizaje y atención, siendo lo más frecuente el trastorno por déficit de atención con hiperactividad
Necesidades especiales de los prematuros tardíos
Una vez son dados de alta, los prematuros tardíos presentan una serie de necesidades especiales que deben ser tenidas en cuenta por las familias, y de las cuales los pediatras y neonatólogos irán informando conforme el bebé vaya cumpliendo etapas.
Método canguro
Durante la estancia hospitalaria el personal sanitario informará de la importancia de hacer piel con piel con el bebé prematuro, ya que está demostrado que acariciarle, abrazarle y hablarle ayuda a mejorar su desarrollo físico y neuronal.
Lactancia materna
Al igual que ocurre con el método canguro, la lactancia materna es muy importante y beneficiosa para el bebé, con independencia de la edad gestacional en la que haya nacido. Pero si además, el bebé es prematuro, la lactancia materna adquiere aún un papel más relevante si cabe.
Sin embargo, en estos casos el bebé puede presentar poca fuerza a la hora de succionar, así como somnolencia que dificulte la lactancia, por lo que es fundamental que la madre lactante reciba indicaciones, asesoramiento y acompañamiento profesional, de cara a detectar cualquier posible problema en la alimentación de su bebé.
Alimentación complementaria
El inicio de la alimentación complementaria en los bebés prematuros debe ser estudiada por el pediatra de forma individualizada, considerando su edad gestacional, estado nutricional general y su desarrollo motor grueso.
Además, es importante que la lactancia materna continue al menos hasta el primer año de vida, y preferiblemente más allá del primer año.
Vacunas al día
Los pediatras informarán a los padres de la importancia de no retrasar las vacunas, con el fin de conseguir precozmente los niveles de anticuerpos protectores suficientes en los primeros meses de vida, que son los de mayor riesgo.
Así pues, los bebés prematuros deberán seguir el mismo calendario vacunal que el resto de niños, y sus primeras vacunas se les administrarán a los dos meses de haber nacido, con independencia de su edad gestacional o peso de nacimiento. Además, se recomienda especialmente protegerles frente al rotavirus y la gripe, por ser población de riesgo.
Con estas recomendaciones de seguimiento del prematuro tardío, la Sociedad Española de Neonatología y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria pretenden que pediatras y neonatólogos estén sensibilizados con los principipales riesgos que pueden presentar los prematuros nacidos entre la semana 34 y 36.
De este modo, no sólo se podrán detectar a tiempo posibles complicaciones de salud, alimentación, desarrollo y/o aprendizaje, sino ofrecer a las familias todo el apoyo que necesitan en la crianza y cuidados de su bebé.
Fotoso iStock
Vía Guía recomendaciones de seguimiento del prematuro tardío
En Bebés y Más Bebés prematuros