Principales trastornos del lenguaje, el habla o la voz: ¿cómo identificarlos y cuándo acudir a un logopeda?

Ayer, día 6 de marzo, se celebró el Día Europeo de la Logopedia, una fecha que pretende informar y sensibilizar a las instituciones públicas y a la sociedad sobre la importancia de los trastornos de comunicación, cómo influyen en la salud del paciente y cómo pueden ayudar los logopedas.

Y en este caso, como en todos, la detección y el tratamiento precoz es fundamental para corregir el problema en el menor tiempo posible. Pero, ¿sabrías detectar qué señales pueden indicar que tu hijo necesita la ayuda de un logopeda? ¡Te lo contamos!

¿Cuál es la labor de un logopeda?

Lo primero que debemos saber antes de analizar las señales que pueden indicarnos la necesidad de acudir a un logopeda es, precisamente, qué es un logopeda y qué papel desempeña.

El logopeda es un profesional que se ocupa del diagnóstico y el tratamiento de los trastornos que tienen que ver con el habla, la voz, la audición, el lenguaje (tanto oral como escrito) y las funciones orales asociadas, tales como respiración, masticacion y deglución.

Su rápida actuación permite solucionar los problemas más frecuentes sin grandes dificultades, de ahí la importancia de consultar de forma precoz cualquier duda que tengamos o alteración que hayamos visto en el desarrollo del lenguaje de nuestro hijo.

¿Cuáles son los principales trastornos de comunicación?

Este año, el Día Europeo de la Logopedia ha estado centrado en los problemas de comunicación por daño cerebral adquirido. Y es que en algunas ocasiones, las alteraciones del lenguaje vienen derivadas de daños cerebrales, lesiones auditivas, deficiencias motoras o problemas en el desarrollo cognitivo. En estos casos, el tratamiento logopeda se hará de forma conjunta con otros profesionales de la salud.

Pero en el resto de casos, los problemas se dan durante la adquisición del lenguaje y se manifiestan en las primeras etapas escolares. Y si estos trastornos no son tratados correctamente y de forma precoz, aparte de los problemas sociales que pueden ocasionar en la vida diaria del niño, también podrían aparecer otros problemas de aprendizaje.

Los principales trastornos relacionados con la comunicación que se dan en la etapa infantil son:

Trastornos relacionados con el habla

Suele ser la consuta más habitual: padres preocupados porque su hijo no habla bien, tartamudea, no articula correctamente o no pronuncia determinados sonidos.

Este sería el caso de la dislalia, por ejemplo, que se da en niños pequeños antes de los cuatro o cinco años y que afecta a la pronunciación de determinados sonidos o fonemas. Es muy habitual en consonantes como la "r", la "rr", la "s" o la "l", aunque también se da en sílabas.

La disglosia es un tipo de dislalia que se da por anomalías o malformaciones de los órganos del habla (labios, maxilares, lengua, paladar, boca), que impiden la correcta articulación de los fonemas.

Otro problema habitual relacionado con el habla es la tartamudez, que afecta a la fluidez del habla y se caracteriza por prolongar sílabas o repetirlas de forma frecuente, alterando el ritmo del lenguaje. En alguna ocasión puede darse en niños pequeños y desaparecer de forma espontánea, pero en otras requiere la atención de un profesional.

Trastornos relacionados con el lenguaje

Este tipo de trastornos pueden ir desde retraso simple del lenguaje, hasta retraso específico del lenguaje, mutismo selectivo, disfasias o afasias.

A veces se trata de niños que tardan mucho tiempo en comenzar a hablar, que muestran dificultades para mantener una conversación según su edad, para ampliar su vocabulario, relacionar palabras o concordar los diferentes elementos que constituyen una frase.

Trastornos relacionados con la lecto-escritura

Estos trastornos surgen cuando el cerebro procesa el lenguaje de manera diferente, afectando a la forma de escribir, de leer o de entender las matemáticas más elementales, originando problemas como dislexias, disgrafías, discalculias o disortografía.

El trastorno más frecuente es la dilexia que según el Colegio de Logopedas de Madrid afecta a 700.000 escolares, aunque se estima que hay muchos casos que no son diagnosticados. Este trastorno, que está detrás de cuatro de cada seis casos de fracaso escolar, se caracteriza porque el niño confunde letras, palabras o sílabas.

Trastornos relacionados con la voz

Este tipo de problemas afectan al tono, timbre o intensidad de la voz. En ocasiones se debe a una lesión orgánica de las cuerdas vocales, pero en otros se trata de un mal uso de la voz por exceso de gritos o ciertos problemas ambientales.

Sería el caso de las disfonías (popularmente conocido como "afonía" o "ronquera") o trastornos de la resonancia, como hiponasalidad e hipernasalidad.

Trastornos relacionados con la deglución

Los trastornos de la deglución atípica infantil o la disfagia provocan una dificultad a la hora de deglutir los alimentos, de manera que al tragar éstos "se van por otro sitio", ocasionando aspiración o atragantamiento.

En algunos casos estos problemas se deben a una posición incorrecta de la lengua o falta de fuerza en los labios, por ejemplo, y el logopeda puede intervenir para solucionarlo.

¿Qué signos deberían ponernos en alerta?

Hay varias señales relacionadas con el lenguaje, el habla o la voz que pueden ponernos en alerta, y que deberíamos consultar lo antes posible con un profesional, ya que si bien en algunos casos podría tratarse de problemas pasajeros que tienden a solucionarse de forma espontánea con el tiempo, en otros pueden requerir de una intervención especializada.

  • Primeros meses de vida: Nuestro bebé es especialmente silencioso o no balbucea. Tampoco sonríe ni nos sigue con la mirada.

  • Entre los seis y ocho meses de vida: Nuestro bebé no responde a los sonidos que le rodean, no presenta juegos vocálicos o no presenta una respuesta clara a la voz humana. Tampoco muestra interés por seguir el juego.

  • Entre los 12 y los 24 meses: A lo largo del primer año de vida suelen aparecer las primeras palabras con sentido e intencionadas. Son palabras cotidianas y sencillas compuestas por dos sílabas.

Cada niño lleva su propio ritmo a la hora de ir adquiriendo en lenguaje, pero si alrededor de los dos años el niño todavía no pronuncia ninguna palabra, debemos consultarlo con un especialista.

  • A los 24 meses: El niño no pronuncia frases sencillas compuestas por dos elementos, y abusa de la mímica y los gestos para expresarse.

  • A los tres años: Nos cuesta entenderle hablar, bien porque emite fonemas (en lugar de decir "zapato" dice "apato", por ejemplo), o bien porque los sustituye ("tero" en lugar de "quiero", por ejemplo).

  • Entre los cuatro y los seis años: Una vez que nuestro hijo ha adquirido el lenguaje, algunas señales de alarma podrían ser el habla infantilizada, un vocabulario muy reducido, poca fluidez en su expresión verbal, frases telegráficas (con ausencia de artículos y pronombres), palabras ininteligibles, tartamudez, trabas a la hora de expresarse, mala pronunciación, negarse o tener importantes dificultades para escribir o leer (cuando por edad ya debería hacerlo)...

Otras señales que también deberíamos considerar son los cambios drásticos en la voz, la respiración con la boca abierta, la ronquera o afonía frecuente o el mutismo selectivo.

Ante cualquiera de estas señales o dudas que nos puedan surgir durante la etapa de adquisición y desarrollo del lenguaje de nuestros hijos, lo mejor es consultarlo cuanto antes con el pediatra de cara a valorar una posible intervención precoz del logopeda.

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