El sueño juega un papel fundamental en el desarrollo y el bienestar infantil, favoreciendo los procesos de atención y memoria, ayudando en la consolidación del aprendizaje… Pero cada niño es único en su manera de dormir y en muchas ocasiones pensamos que algo “falla” en este proceso.
Ya hemos señalado que no es fácil determinar si un niño sufre trastornos del sueño y lo que a algunas familias les resulte habitual o normal para otras supongan un trastorno. Por eso debe valorarlo un profesional y hemos de fijarnos en, sobre todo, si la manera de dormir afecta a la salud del niño o niña.
En ocasiones, tan dolo hemos de esperar a que el niño crezca, a que madure, pero observaremos que se encuentra bien durante el día y su sueño no afecta a su salud. Si la única consecuencia de sus "problemas de sueño" es nuestro cansancio, se trata de un cuestión habitual y normal.
No obstante, existen unas preguntas clave que nos pueden hacer sospechar trastornos del sueño, que son las siguientes según la "Guía de Práctica Clínica sobre trastornos del sueño en la infancia y adolescencia":
Durante el día...
- ¿Tiene mal rendimiento escolar?
- ¿Tiene hiperactividad?
- ¿Tiene trastorno del comportamiento, agresividad?
- ¿Sufre accidentes frecuentes?
- ¿Sufre dolores de crecimiento?
- ¿Padece cefaleas matutinas?
- ¿Tiene retraso pondero-estatural?
- ¿Tiene somnolencia diurna excesiva (en mayores de cinco años)?
- ¿Mejora la conducta del niño si duerme más?
Durante la noche...
- ¿Tiene despertares frecuentes (de tres a cinco requerimientos/noche, más de tres noches/semana (en niños mayores de un año)?
- ¿Tarda más de media hora en dormirse? ¿Llora?
- ¿Sufre ronquido nocturno?
- ¿Se producen pausas respiratorias?
- ¿Tiene respiración bucal?
- ¿Muestra dificultad para despertar por las mañanas?
- ¿Muestra excesiva irritación al despertar?
Recordemos que la detección de problemas relacionados con el sueño ha de hacerse desde un ámbito clínico, mediante cuestionarios y una evaluación detallada de las pautas del sueño del niño (y no desde el ámbito familiar, haciendo un diagnóstico propio). También es importante señalar que, antes del año de edad (incuso después) no existen patrones fijos, los bebés necesitan despertarse varias veces por la noche y eso es saludable.
Pero estas son algunas preguntas clave que nos podemos hacer en casa ante una sospecha de trastornos del sueño y si hay respuesta afirmativa a varias de las preguntas lo mejor es acudir al pediatra para que haga una valoración más exacta. La mayoría de veces no será una cuestión preocupante, pero mejor despejar dudas.
Fotos | iStock
Vía | Guía de Práctica Clínica sobre Trastornos del Sueño en la Infancia
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