El curso está a punto de finalizar, pero con las altas temperaturas que estamos teniendo -a las cuales los niños son especialmente vulnerables- cada día se hace más cuesta arriba ir al colegio.
Con los patios de las escuelas a 40 grados y las aulas por encima de los 30, ¿qué podemos hacer los padres para ayudar a nuestros hijos a combatir el calor durante las horas que pasan en el colegio? Os damos una serie de consejos para ello.
Agua fresca siempre en su mochila
Seguir el ritmo de una clase dentro de un aula donde se superan los 30 grados es una tarea difícil. El excesivo calor no sólo producirá en los niños sensación de sopor, sino también de malestar e incluso falta de aire.
Con las altas temperaturas, el cuerpo transpira más y si no recibe una cantidad de líquido superior a la que pierde, se produce la deshidratación. Los niños son especialmente vulnerables a sufrir una deshidratación ya que sólo piden agua cuando tienen realmente sed, y nunca hay que esperar a que el cuerpo nos envíe esta señal para beber agua.
Experimentar mucha sed y tener la boca seca son las primeras señales de que la deshidratación ha comenzado. Por ello, te recomendamos que hables con tu hijo y le expliques la importancia de beber agua de forma continuada aunque no tenga sed.
Tentempié saludable a base de fruta fresca
La fruta es uno de los mejores alimentos para combatir el calor, y en verano nunca debería faltar en la mochila de los peques.
Puedes prepararles un poquito de fruta fría cortada en trozos y metida dentro de un tupper. De esta forma conservará el frescor hasta la hora del almuerzo. Las mejores frutas para combatir el calor son la sandía, el melocotón, el mango, el kiwi o las fresas, entre otras.
Crema de protección solar
No olvides echar a tu hijo crema de protección solar de factor alto antes de salir de casa. Lo ideal es renovar la crema cada dos o tres horas (o incluso cada menos tiempo en los casos de sudoración excesiva o baños), pero como se antoja difícil que los peques recuerden echarse crema por sí mismos, si la llevan puesta de casa al menos aguantarán protegidos el rato de salir al patio.
Insistid en cubrir bien de crema, las zonas del cuerpo que quedan más expuestas al sol y que son más sensibles, tales como cara, cuello, nunca y brazos.
Gorras, gorros o pañuelos
Es preferible optar por una gorra con visera que proteja la cara del sol pero, en cualquier caso, gorras, gorros o pañuelos son imprescidibles para los niños en esta época del año. Métela en su mochila y recuérdale que no olvide ponérsela antes de salir a jugar al patio.
Recuérdale que se refresque antes de salir al patio
Aunque en muchos colegios, en los días de más calor los cuidadores y profesores van mojando y refrescando a los alumnos durante el tiempo que están en patio, no está de más recordarle a tu hijo que antes de salir a jugar se moje la cara y la nuca con agua y que este gesto lo repita con frecuencia mientras está al aire libre.
Ropa de algodón y colores claros
A la hora de vestir a tu peque para ir al colegio en estos días de calor, elige siempre ropa holgada y de tejidos naturales que facilite la transpiración.
Recuerda también que los colores claros atraen menos el calor que los colores oscuros, que dejan pasar los rayos ultravioletas en caso de exposición directa al sol.
Y un último consejo: evita vestir a tu hijo con camisetas o vestidos de tirantes, o con prendas muy escotadas que dejen los hombros y parte del pecho al descubierto. Estas zonas del cuerpo son especialmente sensibles a la exposición solar y pueden quemarse con facilidad.
Jugar a la sombra y evitar hacer deporte
Sabemos que este consejo puede resultar complicado, pero no debemos dejar de insistir a nuestros hijos en la importancia de jugar a la sombra y evitar hacer deporte o correr a pleno sol en las horas centrales del día, que además coinciden con la salida al patio.
Los profesores y personal del centro suele estar muy pendiente de este punto y animan constantemene a los alumnos a jugar en zonas de sombra de manera relajada, pero no siempre es fácil contener las ansias de jugar de los más pequeños.
Desde casa, además de hablar con ellos para que tomen conciencia de lo peligroso que puede ser una exposición directa al sol en horas centrales, podemos, por ejemplo, evitar que se lleven al colegio balones o cualquier otro juguete que implique actividad física.
Si tu hijo es muy deportista proponle que durante las horas de patio cambie la actividad por otra que requiera menos esfuerzo físico y dejad el deporte para última hora de la tarde, cuando la temperatura y el sol empiezan a caer.
Fotos iStock
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