Autoconfianza en niños: cómo potenciarla a través de nueve dinámicas

Todos queremos que nuestros hijos sean niños que crean en sí mismos, que tengan seguridad y valor para luchar por aquello que se propongan. De esto trata la autoconfianza, aquella creencia en uno mismo y el reconocimiento de las propias habilidades.

No es exactamente lo mismo que la autoestima, ya que ésta última tiene que ver con cómo nos tratamos y queremos, es decir, con la parte afectiva, y en cambio la autoconfianza tiene que ver con la parte más cognitiva, con la confianza en los recursos y con sentirse "capaz de".

Como cualquier habilidad, no nacemos con ella, y de hecho, se puede trabajar y mejorar. Te traemos nueve dinámicas para fomentarla en los niños (algunas se pueden trabajar en el aula).

La autoconfianza en la infancia

La autoconfianza, como su nombre indica, es la confianza hacia uno mismo. Implica confiar en los propios recursos y habilidades para lograr los objetivos, y ser capaces de reconocer nuestras fortalezas como puente para lograr nuestras metas.

La autoconfianza implica confiar en los propios recursos y habilidades para lograr los objetivos, y ser capaces de reconocer nuestras fortalezas como puente para lograr nuestras metas.

En la infancia la autoconfianza es muy importante; de hecho, ésta se construye en esta etapa de la vida, a través de las experiencias y de la capacidad del entorno para reconocer nuestras fortalezas y reforzarnos por nuestros logros. También está muy vinculada al apego; si nuestro apego es seguro, es más probable que nuestra autoconfianza sea también positiva.

Nueve dinámicas para fomentar la autoconfianza en los niños

1. El bote medicinal de la autoconfianza

La idea es crear un "bote medicinal" para los días en los que el niño se sienta más inseguro o triste. Éste deberá apuntar en diferentes trozos de papel, cosas por las que se sienta orgulloso (pequeños logros) y cosas que se le den bien. Por ejemplo: "escuchar a los demás", "las matemáticas", "dibujar", "bailar"...

Doblará cada trozo de papel y lo introducirá en un bote, hasta tener unos cuantos. La idea es que eso días malos (o incluso, cada día) coja uno de los papelitos y los abra, para recordarse a sí mismo todo aquello por lo que puede sentirse orgulloso y capaz.

2. La lista de los elogios

Se trata de crear una lista con los elogios recibidos a lo largo de la vida (pueden ser de hace unos años o de hace poco). Los niños deberán apuntar al lado de cada elogio quién se lo dijo y, del 1 al 10, cuánto se creen ese elogio, siendo 10 "mucho".

Después, con los elogios que hayan puntuado más bajo, deberemos preguntarles; ¿qué pasaría si te los creyeras más? ¿Qué cosas te verías capaz de hacer? La idea es hacerles reflexionar sobre sus capacidades y sobre el impacto que tiene creérselas.

3. Afirmaciones positivas

Esta estrategia (ideal para niños un poco más mayores) se basa en lo siguiente; escribir diez frases positivas sobre uno mismo, e irlas repitiendo a diario cuando uno no se sienta capaz. Las frases deberán estar centradas en el futuro y construidas de forma positiva.

Algunos ejemplos de frases pueden ser:

  • "Mis notas van mejorando porque estudio a diario".
  • "Soy capaz de hablar con desconocidos y no ponerme nervioso".
  • "Soy bueno dibujando".
  • "Soy constante y esto me puede ayudar a sacar mejores notas".

4. ¿Qué me gusta de mi compañero?

Esta dinámica es grupal, y también sirve para trabajar la autoconfianza en niños. A cada participante se le entregará una hoja con el nombre de un compañero. Cada uno deberá escribir las tres cosas que más le gustan de esa persona, pensando en características tanto físicas como personales.

Después juntaremos todas las hojas y alguien (el dinamizador) leerá de forma anónima y en voz alta los atributos. El hecho de que sea anónimo facilita que los niños expresen cosas que quizás por timidez no expresarían.

El objetivo es que se den cuenta de que todos tienen cosas que pueden gustar a los demás, y que quizás hay cosas de sí mismos que no les gustan tanto pero que en cambio, a otros sí, lo que les ayudará a relativizar sus complejos.

5. El yin y el yang

Como sabemos popularmente, estos dos conceptos del taoísmo son usados para representar a las dos fuerzas fundamentales opuestas y complementarias, pero interconectadas, que se encuentran en todas las cosas. Es la idea de que "siempre hay algo bueno dentro de lo malo" (y viceversa), que es la que guiará la dinámica.

Cada niño deberá apuntar en una hoja una lista de cosas que no le gustan de sí mismo, o que le hacen tener menos autoconfianza. Una vez apuntadas, escribirá al lado de cada cosa qué parte positiva tiene ser así; por ejemplo, "soy muy movido", pero la parte buena es que "siempre tengo energía para hacer cosas divertidas".

La idea de esta dinámica es trabajar, además de la autoconfianza, la flexibilidad mental, que relativicen sus "defectos" y que sean más compasivos consigo mismos.

6. ¿Qué personaje soy?

Cada niño deberá pensar en un personaje que le guste mucho, alguien a quien admire, y las razones de esa admiración. El personaje puede ser de un libro, película, cómic, serie de televisión, dibujos animados... ¡lo que prefieran! Para hacerlo más dinámico, pueden dibujarlo y pintarlo.

Muchas veces los niños admiran aquello en lo que quieren parecerse, por ello se trata de que reflexionen sobre qué habilidades también tienen ellos, igual que su personaje favorito (ya que quizás no se habían percatado de ello). Y si no tienen esa habilidad, qué pueden hacer para tenerla, o qué otras tienen.

7. El yo real y el yo ideal

Este ejercicio permite ayudar al niño a reflexionar sobre sí mismo y mejorar su autoconfianza. Se trata de dividir una hoja en dos (a través de dos columnas). En la primera deberá apuntar su "yo real" ("¿cómo soy?", escribir una lista de atributos personales), y en la segunda, el "yo ideal" ("¿cómo me gustaría ser?" junto a las estrategias que le pueden acercar a ese yo ideal).

8. El sombrero de las decisiones

Un juego simbólico para que los niños empiecen a tomar sus propias decisiones, algo indispensable para ir ganando autoconfianza. Para ello compraremos un gorro que le guste a los niños (también lo podemos fabricar), y cada vez que tengan que tomar una decisión, se lo pondrán. Será "el sombrero de las decisiones", y simbólicamente representará esa confianza para tomar las propias decisiones.

Antes de usar el gorro, se puede elaborar una pequeña lista conjunta con aquellas decisiones que ya puede empezar a tomar (en función de su edad), como: preparar el desayuno, comprar el pan acompañado, escoger su ropa, etc.

9. El día del niño

Esta actividad es ideal para trabajar en el aula. Se trata de reservar una hora a la semana para que cada alumno pueda mostrar o enseñar a los demás algo que se le dé bien, algo que haya dibujado, un pequeño logro personal, etc.

Pueden enfocarse como "mini-talleres". El objetivo es que cada niño se dé cuenta de sus habilidades, lo que potenciará su autoconfianza, y a la vez, que se den cuenta de que todos tienen algo valioso que aportar, y puedan aprender todos de todos.

Foto | Portada (Freepik)


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