Las redes sociales a veces nos descubren momentos que funcionan perfectamente como espejos en los que reflejarse. Esta vez ha sido gracias a Destiny Bennett, una madre de 29 años que ha compartido en su perfil de Tik Tok una grabación que hizo la cámara de seguridad de su casa, en la que se observa una conversación que mantuvo con su hijo, en un momento en el que el niño estaba muy enfadado.
En el vídeo se ve como la madre, en un estado de calma total que manifiesta a través de su tonos de voz y sus gestos (a pesar de estar, como manifiesta, totalmente desbordada), le habla a su hijo. Lo que más llama la atención es que se pone a su altura para que el niño pueda identificar plenamente su expresión, porque muchas veces nuestro lenguaje no verbal dice más que nuestras palabras, y si ellos nos ven en un estado de calma, para ellos es más fácil cambiar su estado de ánimo y "copiar" el nuestro.
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♬ Circle of Life - Whitesand
"Te amo. ¿Sabes cuánto te ama mamá?. Puedo ver lo enojado que estás y quiero que te sientas mejor. A veces, conseguir las cosas que queremos es lo que nos hace sentir bien, pero a veces no podemos lograrlo. Y está bien estar enojado, pero luego tenemos que ser capaces de dejarlo ir y entender que no vamos a conseguir lo que queremos y tenemos que encontrar otra forma de hacer que nuestro cuerpo se sienta mejor. Te amo".
"Mucha gente vendrá a mí y me dirá que tengo mucha paciencia", dijo Bennett sobre su aplomo en ese momento en una entrevista para Today. "Pero no siempre es así. Todavía tengo mis momentos en los que la pierdo y tengo que volver con mis hijos y disculparme y hacerles saber que yo también estoy teniendo un mal día".
La discusión se generó por unas piezas de Lego que debe compartir con sus hermanos. "Es un niño muy emocional y, a veces, la lógica simplemente sale por la ventana", afirmó la madre. Comenzó a pisotear y a gruñir e intenté practicar todas las técnicas para calmarle, preguntándole a mi hijo si quería que lo abrazara, si quería meditar o si quería ir a la esquina de la calma, pero nada funcionó, hasta que mantuvieron esta conversación y logró que el niño dejara atrás su frustración.
Sin duda, es un vídeo que nos demuestra una vez más que los niños suelen reaccionar de muy buena forma cuando somos empáticos, cuando normalizamos hablar de nuestras emociones, cuando no menospreciamos sus problemas y cuando en vez de lanzarnos a su terreno enfadándonos y gritándoles, intentamos llevarles al nuestro, porque así ganamos todos.
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