Muchas veces la comunicación con el pediatra de nuestros hijos no es la que desearíamos. No estoy hablando de las consultas habituales y rutinarias de control del bebé, sino a esos casos en que necesitamos (o creemos que necesitamos) al médico. ¿Tenéis la oportunidad de contactar con él directamente?
Me refiero, claro está, en horario “de oficina” o de consulta, pues entiendo que si surge algo tan importante como para necesitar ayuda fuera de ese horario llamaríamos directamente a Emergencias o iríamos a un hospital.
La mayoría tenemos que pedir cita a través de ayudantes que no nos saben asesorar acerca de si es necesario realmente acudir al pediatra o no. El bebé tiene unos granitos, tiene fiebre, vómitos con estas o tales características…
Especialmente para los padres primerizos estas situaciones son desconcertantes. Nos encantaría hablar directamente con el pediatra, aunque lo lógico es que él mismo nos diga que sin ver al bebé no puede hacer un diagnóstico.
Y, por otro lado, si no hemos salido corriendo a Urgencias es que esos granitos, esa fiebre o esos vómitos no nos parecen lo suficientemente graves como para tomar esas otras medidas.
Algunos pediatras dan a sus pacientes un número de teléfono directo para contactar con él (que evidentemente tendrán desconectado cuando no puedan atender, o que establecerán ciertas franjas horarias para atender).
El pediatra de mis hijas sí pone un teléfono móvil en los documentos que nos entrega. A mí me encantaría haber llamado al pediatra de mis hijas en más de una ocasión, aunque sólo lo hice una vez, la vez que consideré que era realmente necesario y además el doctor recordaría nuestro caso por haber estado en la consulta justo la tarde anterior.
Él mismo señaló que nuestra llamada había sido muy oportuna y necesaria. Nos mandó interrumpir la medicación, y a Urgencias (él no estaba en la consulta en ese momento).
La comunicación con los pediatras fuera de la consulta
Como ya os comentábamos, los padres desearíamos comunicarnos por Internet con los pediatras, creo que en un deseo de sentirnos más seguros y atendidos. Los padres también desearíamos comunicarnos más a menudo con los pediatras por cualquier otro medio.
Precisamente los médicos observaban que vía internet (o vía teléfono…) no se pueden hacer diagnósticos, con lo cual coincido; pero es que no estamos hablando de diagnosticar sino que creo que en primer lugar de tener una persona en la que apoyarse y confiar ante una situación que nos es desconocida y nos intranquiliza.
Por otro lado, me pongo en el lugar de los pediatras y me doy cuenta de que yo no doy el número de teléfono particular a mis alumnos o a sus padres. Pero es que claro, en el caso del oficio de profesora no creo que se produzca ninguna urgencia, y los padres saben que pueden llamar al centro para localizarme en el caso de querer hablar conmigo por cualquier tema.
Claro, que el tema cambia cuando hablamos de la relación padres-hijos y médicos-pacientes, o al menos a mí me lo parece, aunque el oficio que principalmente se busca en los pediatras cuando se producen esas llamadas (como en muchas reuniones con padres de alumnos) muchas veces sea el de amigo-consejero-oyente
En cualquier caso, a veces comunicarse con el pediatra puede suponer una primera actuación, una primera tranquilidad o una primera orientación. Incluso, un primer paso para atajar algún problema que no hemos detectado como grave.
Seguro que muchos padres tendrán una relación de confianza con el médico que no les impida una comunicación “extra-consulta” más fluida, aunque otros notamos más impedimentos.
Foto | southerntabitha en Flickr
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