Hace apenas 3 semanas que su autor ha sido padre (¡enhorabuena!) y se ha dedicado a escribir minuciosamente con todo lujo de detalles la crónica del nacimiento de su primer hijo.
El relato es muy entretenido además de interesante pues refleja las sensaciones de un padre, y mejor aún, de un padre primerizo, en un momento tan especial.
Cuenta la experiencia desde el minuto cero en que su mujer le anunció que había roto aguas y toda la progresión del parto que duró nada menos que… ¡31 horas! hasta que por fin asomó la cabeza del bebé que podemos ver en las fotos.
A propósito del parto científico humanizado del que hablábamos ayer, es interesante saber que el centro donde nació el bebé también es partidario de esta modalidad. Inclusive él y su mujer pretendían tener un parto natural sin epidural, aunque luego las cosas no salieron según lo planeado.
Sin embargo, sí pudo meterse en una bañera de agua caliente para aliviar los dolores de las contracciones, cosa muy favorable pero lamentablemente casi nada normal en la mayoría de las maternidades.
Os invito a leer el relato completo pañuelo en mano pues es posible que se derrame alguna lagrimilla reviviendo los propios partos.
También recomiendo que visitéis el blog habitualmente, que además de tener un atractivo contenido, mechará a partir de ahora en la sección Cosas de un padre primerizo algunos apuntes sobre la nueva vida de un hombre convertido en padre.
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