Cuando decides tener un solo hijo y te dicen: '¿Y si le pasa algo?'

Como sabréis, porque probablemente lo habréis vivido en vuestras propias carnes, vivimos en una sociedad cuyos miembros tienen opinión para todo y soluciones para todo también, siempre que no sean para sus propios problemas.

Después de la mayor de las preocupaciones cuando ven a una pareja sin hijos año a año sin ser padres ("pero, ¿es que no vais a tener hijos?"), hay otro tema que también les tiene en vilo, probablemente sin dormir, que es el del número de hijos que una pareja tendrá. Uno son pocos, dos puede estar bien, tres demasiados, cuatro una insensatez y más es ya casi de denuncia. Así que cuando tienes solo uno, porque les parece mal, te dicen "¿Y si le pasa algo?"

Si le pasa algo, ¿como qué?

- Tienes un hijo precioso.
- Ah, muy amable.
- ¿Qué edad tiene?
- Pues ahora en abril cumple tres años.
- ¿Y no tienes más hijos?
- No. Hemos decidido que no tendremos más.
- ¡Pero si eres muy joven!
- Ya, señora... pero es que no queremos tener más.
- Pero, ¿y si le pasa algo?

Entonces la madre abre los ojos como platos, la mira con cara de pero-cómo-es-capaz-de-decir-algo-así-y-quedarse-tan-tranquila y valora las consecuencias de:

• Meterle un dedo en el ojo.
• Hacerle una peineta.
• Agarrarla de los pelos y tratar de dejarla calva.
• Quitarle el bolso y estampárselo en la cara.
• Escupirle en la cara.
• Obligarla a besar el suelo.
• Coger la goma de sus bragas por detrás y tirar hasta tocar la nuca.
• ...

Finalmente decide no hacer nada de eso, a pesar de disfrutar imaginándolo, y opta por preguntar: ¿Qué quiere decir con eso? Si le pasa algo, ¿como qué?

Pues ya sabes, nena. Hay enfermedades muy malas, o puede tener un accidente... mira, ahora mismo está jugando en los columpios y ni siquiera lo estás mirando. A veces un accidente de coche, a veces una meningitis, a veces... es que ¡si le pasa algo ya no tendrás ningún hijo!

La madre vuelve a abrir los ojos como platos, añade nuevas escenas sobre las que medir las consecuencias, considera que no tiene ganas de que la fiche la policía y finalmente responde:

Pues si me pasa eso, ya veré qué hago. Gracias por el consejo. ¡Adiós!

Tener dos, por si acaso

Uno puede tener dos pares de zapatos, por si acaso unos se mojan. Uno puede tener dos tenedores, por si acaso uno está sucio. Uno puede tener dos de todo, por si acaso uno no sirve, se rompe, se pierde o deja de funcionar. Y entonces el segundo sustituye al primero.

Pero si tienes un hijo y le pasa algo, no habrá nada ni nadie que pueda sustituirlo. Ni siquiera un hermano, porque si tienes dos hijos y uno fallece, te quedas con solo uno. Y en el fondo dará igual tener uno o ninguno, porque habrás perdido a tu hijo, y eso no hay nada que te lo devuelva.

De hecho, si tienes dos y pasa algo, te quedas con uno... ¿tienes entonces que tener otro por si pasa algo?

Nadie tiene dos hijos por si uno se muere... los hijos se tienen porque se quieren tener, porque se quiere cuidar de ellos, porque se quiere formar una familia, pero no porque uno tenga que tener hijos toda la vida, o ser padre toda la vida. Claro que es la intención, pero no es obligatorio.

Si decides tener un hijo y éste fallece, que ojalá no pase nunca, no estás obligado a tener más porque ¡no estás obligado a tener hijos! ¡Como si la vida solo tuviera sentido con ellos!

Si sucede, la pareja deberá entonces decidir qué hacer. Los hay que deciden tener más, los hay que no, los hay que acaban por separarse porque no consiguen superar una pérdida tan terrible (sucede incluso si tienen más hijos), los hay que... pero ninguno tiene otro hijo para sustituir al que se va y nadie tiene dos, tres o más por si se muere uno, porque un hijo es insustituible, a pesar de que mucha gente considere que sí.

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