Hoy inauguramos nuestro nuevo espacio de participación “Cuéntanos tu historia" con la bonita historia que nos ha enviado Glenda, la mamá de Maria Denisse. Quien nos cuenta con mucha espontaneidad la llegada de su bebé después de cinco años de búsqueda frustrada. Un relato contado con mucha sinceridad y espontaneidad de principio a fin.
Gracias Glenda por enviarnos está historia tan conmovedora.
En Bebés y más esperamos recibir más historias para compartirlas con los lectores. Envíanos tu relato a historiasdepadres@bebesymas.com y con gusto la publicaremos.
Hola,
Agradezco todas esas notas que nos hacen llegar a través de la suscripción, pues me han ayudado a comprender muchas cosas y abrir los ojos ante otras, como el terminar de decidirme por dejar mi trabajo y cuidar a mi pequeña María Denisse.
Esta es mi historia...
Estoy casada hace casi ya 9 años. Cuando teníamos un poco menos del año y medio pensamos en traer familia al mundo, pero aquello fue un calvario, al no conseguirlo buscamos ayuda y para no hacerles más largo el cuento…
Primero decían que yo no ovulaba y que "jamás" saldría embarazada, luego en otra revisión médica se determinó que mi esposo tenía bajo conteo de espermatozoides, otro médico también afirmó lo mismo y que además yo tenía el útero torcido. De esa manera nunca iba a quedar embarazada, así que dejamos de visitar médicos, lo cual lo habíamos hecho por 5 años aproximadamente, entre pausas de algunos meses. Un día decidimos no ir más por algo más de un año.
Un buen mes tuve retraso de 3 semanas y un malestar todo raro… ahora si que estoy fregada me dije, sin regla y con estos calambres y malestares todos raros, más no sabía que mi bella princesita estaba haciendo estragos en mi. Un día me decidí a ir a hacerme una ecografía, pero me dijeron que era demasiado pronto para determinar si la ausencia de menstruación era por embarazo.
Entonces decidí hacerme un examen de sangre, y dale con los malestares. Ese ocho de junio recuerdo que tenia guardia en el trabajo, pase por el laboratorio antes de entrar a trabajar. Al mediodía fui por los resultados, siempre pesimista pero albergando en lo más puro de mi corazón la esperanza de aquel p o s i t i v o, y bendito Dios abrí aquel sobre ya en el carro recuerdo que me temblaban las manos y sentía algo en mi, y Dios, solté un grito, lloré y reí como nunca en mi vida al ver el resultado, les juro que en mi vida había sentido tanta esa felicidad. Salí de aquel parqueo y no dejaba de reír y llorar, uff! recuerdo que hice una mala maniobra casi me chocan, pero el otro era un excelente conductor y pues iba despacio y logró verme y yo detenerme, no pasó nada y luego me puse a pensar como le digo a mi esposo que va a ser padre.
Lleve a mi esposo a un centro comercia al cual le gusta ir bastante, nos tomamos un helado y ahí le di el resultado, después de mentirle cuando me preguntó si había ido a buscar el resultado, creo que lo impactó tanto que no dijo nada, yo solté a llorar de nuevo, a él sólo se le humedecieron los ojos, se quedó pensativo y sonreía, bueno es que lo criaron un tanto simple, con que se le aguaran los ojos era suficiente.
Luego vino la espera y gracias a Dios todo marchó relativamente bien, hubo una que otra complicación, pues a mi gordita se le enrolló el cordón desde la semana 20 hasta las 36, eso fue duro me daba mucho miedo que se ahorcara. Ya saben nunca falta quien te diga cosas "a la fulana se le murió el niño de ese modo joverooo", pero gracias a Dios en la última ecografía ya no lo tenía. Otra cosa fue que la bandidita estuvo sentada casi todo el tiempo y nunca se puso en la cavidad. Se volteó en la semana 38 y nació por cesárea.
Recuerdo que fui a hablar con la doctora del seguro, pues iba a esa consulta y a otra privada (con la doctora que me dijo que "jamás saldría embarazada" y que al volver a visitarla con la noticia dijo que era un milagro de Dios mi). Fui a visitar a la del seguro, pues en la consulta privada me habían dicho que podía esperar pero dado que mi bebé era grande y gordita no me recomendaba tener un parto natural. Entonces la otra doctora me dijo que podía nacer por parto natural, pero como la otra doctora me habló del tiempo que me había tomado concebir, el miedo me invadió y buscando la economía y segunda opinión el médico del seguro me inspiraba bastante confianza. Le consulté y resulta que ese día al chequearme notó que mi hijita tenía palpitaciones, taquicardia le llamó, y después de escuchar el corazoncito de mi bebé por un buen tiempo me dijo: te voy a operar hoy a las 5 de la tarde. Casi me da un patatú ahí mismo. Estaba feliz, por fin conocería a mi bebé estaba ansiosa por ver a esa personita que anido en mi vientre por 9 meses y que me acompañaba moviéndose como mariposita por mi vientre cada día.
Al regresar a casa después del trabajo, cuando me despertaba se despertaba también, y cantaba conmigo las canciones de la radio. Ah! porque se movía tremendamente cuando escuchábamos la radio camino a casa.
Aquel 18 de enero del 2007 nació mi bebé, y aquí viene la parte triste, pues yo estaba tan ansiosa que al final cuando escuche su llanto por primera vez lloré, pero me entristeció tanto que no me la mostraran, pues en este país aquello de la conexión inmediata entre madre y bebé vale un comino. Me la sacaron y se la llevaron a otro cuarto y la vi media hora después. Cuando la doctora me la mostró yo temblaba por la anestesia y me recuperaba para poder salir de allí de tonta lo único que le dije fue: “ay doctora esa es mi bebé, hola bebé" y sonreí. ¿Por qué? no sé, tan tonta como que no era mi hija.
Luego cuando ya la tuve en mis brazos me dije; “no está fea mi hija, no es bella, pero no es fea". Jamás terminaré de arrepentirme por eso, me dolía horriblemente la herida de la cesárea. Después de haber pasado el dolor me di cuenta que ya era mamá y le hablé, le canté a mi hijita como lo hacia cuando estaba en mi vientre y sentí una gran conexión entre ambas que se calmó, la pobre estaba con hambre, pero aún no tenía leche en mi pecho.
Hoy en día ya tiene 15 meses, menos 4 días, y ahora me duele tanto no estar con ella todo el tiempo, justo ahora está enfermita. Mi madre me la cuida y mi dolor es porque ella prefiere estar con la abuela que conmigo, les juro que me arrepiento con toda mi alma haber dicho palabras tan feas cuando nació. Si era bella y lo sigue siendo, pero no sé que me pasó. Cuando ya llegamos a casa, me pasó que no quería que nadie la mirara y tocara más que yo, desde entonces me dediqué tanto a ella que me olvidé de todo lo demás.
Hoy estoy en el dilema de dejar de trabajar para estar con ella, me hace una falta horrible y siento que cada día pierdo a mi hija, siento que me toma como la persona que la cuida por las noches, es tan así que desde los 11 meses aproximadamente dice papá y papá y nada de mamá; me ha entrado una tristeza que hasta pienso que le dirá mamá a mi madre antes que a mi o en el peor de los casos en vez de a mi.
Pero les aseguro que la amo con toda mi alma y no dudaría en dar mi vida a cambio de la de ella, aunque eso signifique que se acabe la vida. Mi hija es todo, pero tengo mi gran dilema, tenemos muchas deudas y necesito trabajar, pero he leído un artículo aquí en Bebés y más, bien que vale la pena cambiar de auto y casa si es necesario para estar con ellos, el tiempo se va y no regresa JAMÁS.
Comprenderé si no publican mi historia, pero quiero que sepan que es lo más bello que me ha podido suceder, mi vida es mi hija, mi felicidad verla sonreír, ver que me busca por las mañana cuando se despierta, ver cada logro que tiene, como cuando la vi caminar por primera vez, fue otra lloradera, otro de los días más felices: Camino a los 13 meses, tenía miedo que no caminara.
Es maravilloso compartir esta inigualable experiencia con ustedes, no terminaré de darle Gracias a Dios por este maravillo milagro que se llama María Denisse y que ahora tiene ya casi 15 meses.
Su papá está vuelto loco por ella, la verdad toda la familia está loca por ella todos le tienen un nombre; la osita, la gordita, la princesa. El abuelo paterno ha cambiado completamente, era un señor bien serio, ahora camina cuadras para ir a buscarla y la lleva chineada y juega con ella.
Ha sido una bendición para todos el nacimiento de mi pequeña María, bebé, como le decimos su papá y yo.
Un abrazo.
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