Kensuke Miyazaki, de 34 años, está generando en estos momentos un verdadero tsunami en la política del país nipón al declarar que piensa acogerse a su derecho de disfrutar del permiso de paternidad para cuando nazca su hijo en los próximos meses.
Así que podemos decir que estamos ante una especie de ronin, esos samuráis que vagaban sin amo por el Japón feudal, pues la idea ha sentado como un jarro de agua fría dentro de sus propias filas, el Partido Liberal Demócrata. Podríamos decir que estamos ante el político japonés que desafía al machismo milenario de su país al pedir el permiso de paternidad
Un permiso que solo disfrutan el 2.3% de los padres japoneses frente al 60% de las madres trabajadoras
Y es que no está nada bien visto en la cultura japonesa que los hombres se queden al cuidado de los hijos, recayendo este sobre la madre y encargándose el padre de ser quien trae el dinero. ¿De qué me suena esto a mi?
Los padres tienen un permiso por paternidad de 12 meses con el 60% del sueldo, pero aún así son escasos los varones que lo disfrutan.
Dar ejemplo a los demás padres japoneses
Miyazaki afirma que espera que su decisión sirva como ejemplo a otros padres para que se decidan a pasar más tiempo con sus hijos, sobre todo en los tres primeros años, pues es cuando se está frando su personalidad.
Hay que recordar que una de las prioridades del Primer Ministro japonés, Shinzo Abe, es la de promover la incorporación y continuidad de la mujer al mercado laboral y por ello espera que ese escaso 2% de hombres que se acogen al permiso de paternidad aumente hasta el 13% en el 2020.
Pero parece que lo van a tener harto difícil pues Miyazaki ha sufrido duras críticas desde el "ala dura" de su propio partido que le han acusado de “perjudicar la reputación de todos los parlamentarios". Otras voces le acusan de malgastar el dinero de los contribuyentes al obligarles a pagar su permiso, o se preguntan por qué no opta por contratar a una niñera. Y es que en Japón se entiende que si te coges una baja por ese motivo es que no estás muy implicado en tu trabajo.
Ya ven que no importa en que parte del mundo te encuentres, las escusas son siempre las mismas y es que sigue dando más miedo una rabieta o un cambio de pañal que el cierre de la contabilidad anual.