Cuando se trata de hijos adolescentes, para los padres puede ser un auténtico desafío saber qué necesitan de nosotros en cada momento. Hay veces en los que parece abrirse un abismo entre padres e hijos, especialmente cuando surge algún conflicto o una discusión.
Una encuesta reciente ha arrojado algo de luz sobre las reacciones emocionales y los mecanismos de afrontamiento de los adolescentes y jóvenes de la Generación Z, los nacidos entre 1997 y 2012.
En la investigación, realizada por la Walton Family Foundation y Gallup, participaron 1.675 personas de entre 10 y 18 años, y al menos uno de sus padres. Según los resultados, si bien la mayoría de los adolescentes de la generación Z reveló que se sienten felices a diario, un número significativo también declaró experimentar estrés, ansiedad y tristeza.
La Dra. Lisa Damour, Ph.D., psicóloga que trabaja en colaboración con la fundación, analiza los resultados: "Si bien los preadolescentes y adolescentes a veces parecen distantes, estos resultados nos dicen que, cuando los niños están molestos, quieren que los adultos los escuchen, tomen en serio sus sentimientos y les den algo de espacio", dijo Damour.
Pero ¿qué necesitan nuestros hijos e hijas adolescentes?
Una de las conclusiones clave del estudio es aquello que los adolescentes de la generación Z esperan de sus padres, la forma en que desean que les apoyen durante una situación de angustia emocional.
El 62 por ciento quiere que sus padres escuchen, en lugar de ofrecerles consejos, y el 56 por ciento prefiere que les den espacio.
Esto supone, explica la psicóloga, un enfoque equilibrado del apoyo emocional, haciendo hincapié en la escucha y la empatía por encima de la intervención directa. En otras palabras: escuchar y acompañar más que dar sermones.
Aparte del apoyo que podamos darles los padres, "cuando los preadolescentes y adolescentes se sienten molestos, recurren a una serie de estrategias adaptativas para controlar sus emociones", según la psicóloga.
Cuando se trata de autoconsuelo, la Generación Z tiene una amplia variedad de mecanismos de afrontamiento: escuchar música fue el más popular (58 por ciento), seguido de jugar videojuegos y hablar con amigos (ambos 45 por ciento).
Damour dijo: "Es fácil para los adultos subestimar el valor emocional que tiene para los adolescentes escuchar música, recurrir a la breve distracción de un videojuego o conectarse con amigos, pero todas estas son formas en que los adolescentes manejan los sentimientos incómodos de manera efectiva".
Presionados a ser perfectos
Otro dato relevante que la encuesta puso de manifiesto es que un tercio de los jóvenes de la Generación Z se sienten presionados a ser perfectos, y esto es algo más habitual entre las chicas que entre los chicos.
Algo que los padres debemos revisar en cuanto a las expectativas que ponemos en nuestros hijos, y la importancia de acompañarlos en el proceso de aprendizaje más que pretender que alcancen el éxito.