La realidad es bien distinta, nunca hay que descartar las comidas que se puedan realizar en una salida por tener un bebé, de hecho, la salida beneficia a toda la familia y estimula muchos de los sentidos del pequeño. La clientela, si son personas responsables e inteligentes, deben comprender en el caso de que suceda, los llantos del bebé y éstos no tienen porque suponer para nadie una molestia. Por otra parte hay diversas actuaciones que permiten al niño disfrutar de un agradable paseo y a los padres de un rato de ocio, basta con dar de comer al bebé momentos antes de ir al restaurante, probablemente realizará una buena siesta permitiendo comer a los papás y después disfrutar juntos de un agradable paseo. Recuerda llevar siempre algún juguete, este será muy efectivo para que el pequeño se entretenga.
Aunque también depende de la etapa en la que el bebé se encuentre, si este ya es capaz de estar sentado y no es posible darle la comida antes de salir de casa, una buena opción es llamar al restaurante para comprobar si disponen de trona, hecho que permitirá integrar al bebé en la comida familiar gratificándole y haciéndole plenamente partícipe. Nosotros siempre llamábamos y cuando el restaurante no disponía de trona, la solución era tan simple como buscar otro.
En resumidas cuentas, no dejes de disfrutar de una salida al restaurante y no olvides aprovisionarte de todas las cosas que te puedan hacer falta para atender adecuadamente a tu bebé.
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