La adopción es, cada vez más, una opción para crear una familia. Diversas circunstancias sociales están propiciando esta actitud que va a repercutir, en mi opinión, de forma muy positiva en la cultura española.
La edad de formalización de las parejas (cada vez mayor), la decisión de personas solteras de tener hijos o las dificultades para tener hijos biológicos facilitan el que se valore esta fórmula para permitir el proyecto vital de tener hijos, ¿cómo afectará esto a nuestra sociedad?.
Pues sólo se me ocurren aspectos positivos. Por ejemplo, la integración natural de personas con rasgos faciales y corporales diferentes. Los niños son los mejores embajadores de la diversidad, ya que están preparados genéticamente para ser aceptados por la sociedad. Evolutivamente, ha habido una selección de las características que hacen que los niños conquisten un espacio en los grupos sociales mediante gestos básicos como la sonrisa, la mirada, la capacidad de enternecer a los adultos o las habilidades sociales.
En una tendencia de "egoísmo cultural" (o sea, que parece que sólo nos interesa lo que está a nuestro alrededor) en la que las comunidades autónomas nos cerramos en la historia de nuestra región, nuestra lengua o nuestras costumbres, la diversificación racial nos obliga a enfrentarnos con la realidad de la globalización. En los colegios se hacen diversificaciones curriculares para atender las individualidades culturales de estos niños de origen extranjero y todos los alumnos se benefician de esta riqueza de contenidos.
Incluso estéticamente, la diversidad racial es una virtud para la sociedad. Estos niños de origen asiático, indio o africano y con plena ciudadanía española formarán una nueva generación de parejas multirraciacles que aportarán una diversidad genética beneficiosa para nuestra salud.
Imagen | Flickr (B. Sandman) En Bebés y más | Guía de Pediatría en Adopción Internacional , Críticas a los nuevos requisitos para adopción de niños chinos