Estás dando a luz, ahí dándolo todo, y tu pareja está delante, o a tu lado, viendo todo el proceso y animándote, dándote cariño y cogiéndote la mano. En su mente está el "me gustaría poder hacer algo más por ella" y el "ya llega mi bebé, ¿cómo será?" y empieza a imaginar a un bebé rollizo y precioso, con la piel suave y un color rosadito, oliendo maravillosamente bien.
Y de repente, aparece una cabeza pequeñita, llena de algo que parece mantequilla, con el pelo todo pegado y las facciones hinchadas, a la que le sigue el resto del cuerpo... y pone una cara, una cara que te asusta, porque su sonrisa no se ha borrado pero sus ojos han cambiado su expresión totalmente. Vamos, que la cara de muchos padres al ver a su recién nacido no es la que muchas esperaban.
Y es que el cine ha hecho mucho daño sacando en la pantalla, como recién nacidos, bebés de días o semanas, a los que vemos con un colorcito estupendo y hasta con mofletitos. Y claro, nos imaginamos al bebé así y cuando aparece una cosa pequeñita, de brazos y piernas enclenques, húmedo y de color azul, muchos nos preguntamos si sobrevivirá.
Entonces miran con la misma expresión a los profesionales, porque esperan una respuesta rápida e intensa para salvar la vida del bebé, y empiezan a pensar que igual es normal, que igual está vivo y que bueno, que le van a querer igual, que si su hijo es así, pues ya está. ¡Si es que nadie nos explica cómo son los bebés cuando nacen!
Mi vida con hijos
Con esta viñeta queremos iniciar una serie de entradas de humor gráfico titulada "Mi vida con hijos". El protagonista es un servidor, y trataré de expresar lo que pasa cuando eres padre de un modo un poco diferente: ya no con palabras, que también, sino apoyándome sobre todo en el dibujo.
La razón es que cuando hemos publicado dibujos de otros padres y madres, los habéis disfrutado mucho y, como dije hace unos días, con sentido del humor todo se lleva mejor. Así que aprovechando ese sentido que todos deberíamos tener, en próximos días os traeremos un nuevo chiste gráfico de lo que puede y suele acontecer cuando tu vida cambia del modo más intenso que puede cambiar: cuando es tu vida con hijos.
Fotos en la ilustración | iStock
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