Seguro que has oído a hablar del síndrome del cuidador en personas que cuidan a personas mayores o dependientes, pero, ¿qué ocurre con los padres y madres que deben cuidar a sus hijos y que se sienten decaídos y excesivamente cansados?
Ellos también pueden sufrir este síndrome, caracterizado por una falta de energía y de sueño, irritabilidad y sensación de desgaste emocional, entre otros síntomas.
Así, son síntomas que sufren muchos padres y madres debido a todo lo que conlleva la crianza, a la falta de tiempo, a la conciliación laboral y a todo el esfuerzo invertido en la paternidad y la maternidad.
Hablamos en este artículo del estrés oculto tras la pa/maternidad, de sus causas y de cómo hacer frente a estos síntomas.
¿Qué es el síndrome del cuidador?
El síndrome del cuidador lo padecen las personas encargadas del cuidado de terceros, y se caracteriza por síntomas físicos y psicológicos:
- Agotamiento físico y mental.
- Saturación mental.
- Estrés.
- Irritabilidad.
- En algunos casos, ansiedad y tristeza.
Cómo llegamos hasta este síndrome...
Carmen Hernández, investigadora y Doctora en Psicología por la URV de Tarragona, explica que cuando somos madres es muy importante cuidarnos y estar bien, ya que en cierto modo el bienestar de nuestros hijos deriva del nuestro.
Pero no es fácil estar bien cuando tenemos la carga derivada de todas aquellas exigencias y responsabilidades relacionadas con la maternidad y la crianza.
Y si a eso le añadimos la sociedad en la que vivimos y cómo está contemplada la conciliación de la vida familiar y laboral, el estrés y el desgaste están casi asegurados.
Siguiendo con la opinión de la experta citada, Carmen menciona las "tareas invisibles" a las que tenemos que hacer frente como padres y madres, que pueden ir desde obligaciones en el hogar, hasta coordinar las actividades de los niños.
Todo ello activa nuestro cortisol (la hormona del estrés) y sus niveles aumentan, produciendo efectos físicos en nuestro cuerpo innegables, que también tienen un impacto en nuestro bienestar emocional.
¿Qué propicia la aparición del síndrome del cuidador en la maternidad y la paternidad?
Hemos hablado de algunos factores que facilitarían la aparición de este síndrome tanto en padres como en madres. Pero, ¿qué más hay detrás?
- Falta de sueño.
- Falta de tiempo.
- Conciliación de la vida familiar y profesional.
- Las tareas del hogar.
- El cuidado de los hijos, con todas las responsabilidades que ello implica.
- Querer pasar tiempo de calidad con ellos y no poder.
Según los expertos, estas son las fuentes más frecuentes de agotamiento físico y de la carga mental que puede acabar derivando en un auténtico síndrome del cuidador.
Y es que, no "solo" se trata de cuidar y educar, sino de pensar, planificar, coordinar... Todo ello, combinando la vida privada, familiar, académica y/o profesional, etc.
Lo que hay que hacer y lo que hay que pensar
Y es que, hemos de pensar que entre las tareas de padres y madres no solo está "lo que hay que hacer", sino también, "lo que hay que pensar y planificar". Son muchas responsabilidades que acaban aumentando la carga mental.
Así, no solo es "hacer X cosa" (por ejemplo, dejar la casa ordenada), sino "pensar X cosas" (pensar que el jueves los niños tienen una fiesta y que se tiene que comprar un regalo, pero antes tienen que ir a ver a su abuela y terminar los deberes, etc.).
Hablamos pues, de las tareas invisibles ya mencionadas, que según los expertos, son muy difíciles de cuantificar.
¿Cómo afrontar el síndrome del cuidador?
Si crees que podrías estar padeciendo el síndrome del cuidador, es muy importante que empieces a cuidarte y a priorizarte, en la medida en la que tu vida, tus hijos y tus circunstancias te lo permitan.
Te dejamos algunas ideas que pueden ayudarte:
- Date momentos de respiro, prioriza tu descanso.
- Realiza una buena higiene del sueño para lograr un sueño reparador.
- Mantén una dieta sana y equilibrada.
- Busca un rato al día para ti (ya sea para leer, ir al cine, darte un baño relajante...).
- Cuidad juntos la relación de pareja, si la hay.
- Pide ayuda a familiares y a amigos.
- Aprende a confiar y a delegar las tareas que puedas.
- Busca ayuda profesional si sientes que la necesitas, tanto a nivel doméstico como psicológico.
Aprende a soltar y a confiar
Según los expertos, muchas veces nos cuesta dejarnos ayudar porque sentimos la necesidad de controlarlo todo. Por eso es importante confiar, soltar y delegar, ya que no somos solo "papás" o "mamás", sino mucho más que eso. Déjate cuidar, ¡te lo mereces!
Y recuerda que no es imprescindible que lo controles todo; para ello, puede resultarte útil identificar qué está en tu mano y qué no, es decir, qué puedes controlar y qué no.
¿Puedes controlar o gestionar X cosas? Pues adelante, identifica el mejor plan para ello. ¿Que hay cosas que no? Pues empieza a soltar; no necesitas el control de todo, solo de aquellas cosas imprescindibles.
Reflexión final
Si sientes que estás al borde del síndrome del cuidador, o que ya lo padeces, es importante que empieces a poner el foco en ti.
Sabemos que esto no es fácil porque la maternidad es exigente, pero recuerda que tú también eres importante y mereces cuidado y bienestar.
En este sentido, te animamos a realizar un proceso de introspección que te permita identificar qué te proporciona bienestar y cómo obtenerlo, y también, que puedas hacer la determinación de que mereces ese bienestar, poniéndote manos a la obra para conseguirlo.
"No olvides que el cuidador también merece ser cuidado".
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