
Cuando tenemos más de un hijo, se nos recomienda a los padres que siempre hagamos lo posible por tratarles a todos igual, en el sentido de que evitemos caer en favoritismos y comparaciones que podrían afectar nuestra relación con ellos y la que hay entre ellos.
Por estos y otros motivos, como el no herir los sentimientos de alguno de nuestros hijos, los padres siempre decimos -e intentamos- no tener un hijo favorito.
Sin embargo, por mucho que los padres nieguen tener un hijo favorito, la ciencia ha confirmado lo que muchos hermanos sospechan: sí que lo tienen, aunque jamás lo admitirían en voz alta. Te decimos quién es.
El debate del hijo favorito
El tema del hijo favorito es uno que siempre suele salir en conversaciones familiares, especialmente cuando estamos en una reunión y compartimos anécdotas o cosas divertidas. Nunca falta el comentario de uno de los hermanos señalando que el otro es el hijo favorito, a lo que los padres inmediatamente suelen responder que a todos los aman por igual.
Pero aunque es verdad que el amor que sienten los padres por sus hijos puede ser igual para todos, lo cierto es que el trato o la convivencia no siempre es el mismo con cada hijo y hay ciertas cosas que pueden llevar a los padres a mostrar mayor favoritismo por un hijo u otro.
La mayoría de los padres sí lo tiene
Así lo reveló hace algunos años un estudio de la Universidad de California, donde se reveló que el 74% de las madres y el 70% de los padres mostraba un trato preferencial hacia uno de sus hijos.
Desde entonces, han sido varias las investigaciones que han seguido analizando este tema, intentando comprender qué factores son los que influyen en que un padre tenga o no un hijo favorito y cuál de ellos lo es.
Ahora, un metaanálisis de la Universidad Brigham Young de Utah, Estados Unidos ha revisado y analizado los datos de 30 de esos estudios, que abarcaron un total de 19.469 participantes, y ha revelado, finalmente, quiénes son los hijos favoritos de los padres.
Los padres favorecen a las mujeres, a los hermanos menores y a los más agradables
Estas son las conclusiones principales de este metaanálisis, que examinó cómo el orden de nacimiento, el género, el temperamento y los rasgos de personalidad (extroversión, amabilidad, apertura, responsabilidad y neuroticismo) se relacionaban con el favoritismo parental.
De acuerdo con lo que se comparte en una nota de prensa de la misma universidad, el género es uno de los grandes influyentes en esto del favoritismo, pues padres y madres tienden a favorecer a sus hijas ligeramente más que a sus hijos, y el orden de nacimiento también influye bastante, pues los hermanos menores suelen recibir un trato más favorable por parte de sus padres.
Pero como lo señalan los investigadores, hay otros factores que también pueden influir en ello. Por ejemplo, tomando en cuenta la personalidad de los hijos, se encontró que los niños que son agradables y responsables, independientemente de su género o de si son los mayores o los menores, generalmente reciben un trato más favorable por parte de sus padres.
Hay que coger la información con pinzas
Conocer estos datos nos puede ayudar a reflexionar sobre el trato que damos a nuestros hijos, tal y como lo señala Alex Jensen, el autor principal del estudio: "Es útil tomar los hallazgos de este estudio y estar atentos a los patrones que podrían estar ocurriendo en la familia", dijo Jensen en la nota de prensa. "Cuando los padres están atentos, pueden hacer pequeños ajustes que benefician a todos".
Sin embargo, Jensen nos recuerda que, aunque mostrar favoritismo por un hijo puede afectar a los demás y por ello debemos intentar no hacerlo o corregirlo, no siempre es recomendable tratar exactamente igual a los hijos: "A veces, los padres se preocupan tanto por tratar a sus hijos por igual que pasan por alto las necesidades individuales", señaló Jensen.
Recordemos que si bien los estudios nos pueden orientar y ayudar a saber más sobre los efectos de ciertas decisiones o actitudes en la crianza, debemos coger la información con pinzas y no verla como la verdad absoluta o definitiva: "No sugerimos que los padres se sientan culpables; al contrario, pueden consultar esta investigación y usarla como motivación para identificar áreas de mejora, sin llegar a los extremos", dijo Jensen.
"Pasen tiempo juntos. Hagan cosas que les gusten. Hagan cosas que les gusten a sus hijos. Trabajen juntos, sirvan a los demás juntos, adoren juntos. Las relaciones requieren tiempo, y pasar tiempo juntos haciendo diversas cosas tendrá muchos beneficios positivos", concluyó.
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