Si nos ponemos a pensar la cantidad de veces al día que regañamos a nuestros hijos versus las veces que les elogiamos por algo, la diferencia es abismal. Los elogios son una manera de demostrar que les valoramos, ayudan a mejorar su autoestima y refuerzan su personalidad.
A cualquiera le gusta el reconocimiento y la manifestación de cariño que hay detrás de una alabanza. Una palabra afectuosa, un mimo o una caricia animan a mejorar. Para un niño no hay nada más valioso que el reconocimiento de sus seres queridos.
Seguro que si dejamos de lado tanto regaño por lo que consideramos que hacen mal y nos centramos más en los elogios cuando hacen las cosas bien descubriremos un cambio de actitud positivo en nuestros hijos.
A elogiar a un niño se le transmite el mensaje de que se le quiere y se le valora. Es un refuerzo positivo con un premio muy importante: ni chuches ni regalos, sino el reconocimiento de sus padres.
Sin embargo, las alabanzas no deben ser indiscriminadas. No consisten en decirle al niño todo el tiempo lo bueno que es, sino en destacar cosas y comportamientos puntuales. De esta forma, el pequeño asociará el buen comportamiento a los elogios y le animará a hacer progresos.
Por ejemplo, si cuando nos acompaña a hacer la compra el niño suele ser desobediente, lo toca todo, se tira al suelo y corre por el supermercado, cuando no lo hace está bien elogiarlo. Decirle “hoy te has portado muy bien, me ha gustado mucho que no salieras corriendo" le alentará a mejorar. Puntualizar lo que aprobamos le animará a hacerlo bien la próxima vez también.
Sin embargo, alabar con condiciones como “es lo que deberías haber hecho siempre, a ver si por fin lo has entendido" no le anima a continuar su buen comportamiento.
Por último, recordar que el elogio es una buena fórmula de concluir un llamado de atención. Si le regañas por algo termina recordándole las situaciones en las que se ha portado bien. Le ayudará a comprender que a pesar de que desapruebas lo que ha hecho igualmente le valoras y le quieres.
Los elogios son un camino acertado para modificar un comportamiento y ayudarles a ser mejores. Las alabanzas contribuyen a elevar su autoestima y por ende, refuerzan su personalidad.
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