Es la frase que más oímos los padres de nuestros hijos por estas fechas. No es para menos. Encendemos la tele y dos de cada cinco anuncios van dirigidos a los niños. Juguetes, más juguetes, videoconsolas, jueguitos para la videoconsola, peluches, muñecas y un largo etcétera de anuncios promocionando artículos infantiles.
Como a todos los padres, me preocupa que mis niñas se sienten a ver la tele y acaben pidiéndose cuatro juguetes por tanda publicitaria.
El acoso publicitario en pleno diciembre no es nada nuevo. Estamos en el mes del año en el que la industria juguetera más vende y como en cualquier negocio, la publicidad televisiva es una herramienta muy eficaz, especialmente si hablamos de niños que pasan muchas horas frente a la pantalla. La evidencia es que la mitad de los niños piden en su carta juguetes que han visto en la tele, mientras que un 30% de ellos están asociados a series y películas de televisión. O sea, la tele fomenta el consumismo navideño.
Si no queremos que nuestros hijos estén expuestos a semejante acoso publicitario, lo primero que podemos hacer es restringir las horas que el niño está expuesto a la tele, como contaba Brad Pitt en una entrevista que hace con sus hijos. Evita el bombardeo de anuncios retirando a sus hijos de enfrente de la tele.
Segundo, enseñarles a ser más selectivos y trasmitirles que no se necesitan tantos juguetes ni los más caros para ser feliz. En casa procuramos que escojan dos juguetes preferidos que realmente quieran tener (uno lo trae Papá Noel y el otro los Reyes), que a la vez sea duradero, acorde a su edad y estimule de alguna manera su desarrollo. Al hacer que pidan diez juguetes en la carta estamos indirectamente incentivando un consumismo exagerado y un pedir por pedir que nosotros acabamos convirtiendo en un comprar por comprar.
En Bebés y más | [Especial Navidad] Bombardeo publicitario, objetivo los niños, En Navidad, el objetivo es el público infantil