Inés es una niña como cualquier otra de 11 años, que va con ilusión a un campamento de verano. Ya había estado en otro los dos años anteriores, pero ahora prefería que fuera en inglés, porque "quería aprender más".
La alegría se convirtió en una pesadilla para la pequeña cuando su madre, Carolina Gómez, la recogió al día siguiente del comienzo de sus vacaciones, sin que ningún monitor le hubiera comunicado que no la querían allí.
Y es que, por desgracia, esa es la dura realidad. Solo unas horas después de su llegada a Aldeaduero (Salamanca), el viernes 28 de junio, telefonearon a la familia: "no se hacían con la niña porque tenía un comportamiento extraño".
Según explica su madre, Inés está diagnosticada de 'retraso madurativo', que se traduce en que "necesita unos segundos extra para comprender qué le dicen y le cuesta si le hablan muy rápido. Pero ella actúa como una más".
"Sería mejor que no estuviera en el campamento"
Tras 30 minutos hablando por teléfono con la coordinadora de campamento "entre incómodos silencios y multitud de excusas y mentiras", cuenta la madre, confesó el verdadero problema: "una de las niñas había comentado a su madre que tenía en su habitación una niña de necesidades".
Carolina continúa explicando los hechos:
"Contradiciendo nuestras indicaciones y sugerencias, la coordinadora del campamento decidió por su cuenta informar a las niñas de la habitación que nuestra hija tenía un retraso y necesitaba de su ayuda... Algo que, con una mínima experiencia, jamás se le hubiera ocurrido a nadie con tan solo unas pocas horas de convivir con una niña".
Este desdichado error, al parecer, causó la llamada de una de las madres indignada porque su hija tenía que "cuidar de una discapacitada"... Lo que motivó que nos llamaran y nos dijera "me encuentro entre la espada y la pared porque una madre ha llamado para quejarse y no quiere que Inés duerma con su hija".
Según relata la madre, intentaron sacar a Inés de la habitación para que durmiera con una monitora del campamento, a lo que la niña se negó (normal, ha ido a convivir y dormir con otros niños, no apartada). A lo que siguió la insinuación de que sería mejor que "una niña como Inés no estuviera en el campamento".
Desde Bebés y más nos hemos puesto en contacto con la madre quien nos cuenta que no tuvieron más remedio que ir a recoger a Inés en coche desde Madrid, donde viven, y que cuando llegaron la niña se sorprendió porque nadie le había comunicado que se iba del campamento, a pesar de que su madre así lo solicitara:
"Estaba tranquilamente atenta a una película en inglés así que, cuando nos vio a mi marido y a mí, me preguntó qué había hecho mal para que estuviéramos allí y que yo me mostrara tan enfadada".
La respuesta de la empresa
Por su parte, la empresa Diverbo organizadora del campamento ha emitido un comunicado en el que asegura que la niña no fue discriminada ni expulsada:
Pero la razón del idioma no se sostiene porque, según su madre, cuando la matriculó el campamento lo explicó y la respondieron que "no tendría dificultades, porque en el grupo en el que estaba se aprendía con juegos".
De hecho, "su profesora nativa se ha ofrecido para escribir un informe sobre la capacidad de Inés con un idioma con la que está súper ilusionada, y asegura que aprende a buen ritmo y sin problemas", añade Carolina.
Gran apoyo y solidaridad en las redes
Pero no es el único mensaje de apoyo y solidaridad para Inés. La tía de la niña publicó ayer en Twitter la denuncia, y ha recibido como respuesta una ola de apoyo y solidaridad, incluidos campamentos que se ofrecen a acoger a la niña para que pueda disfrutar del verano como se merece. Pero la niña "está dolida" y no quiere.
Pero sus padres han dedicido enviarla a Barcelona, a casa de sus abuelos y sus primos, porque cree que es lo que necesita: sentirse arropada por su familia. Y, aunque se pasó todo el viaje llorando y repitiendo que la culpa es suya por “no haber nacido normal”, en cuanto llegó a su destino, con el cariño de los suyos se tranquilizó.
"Ellos se han perdido conocerla"
Es uno de los múltiples mensajes de los amigos del cole de Inés que le han llegado a la cuenta de whatsapp de su madre. Y es que según explica Carolina, "es una niña muy cariñosa y extrovertida y tiene muchos amigos" en el colegio Sagrado Corazón de Madrid, de integración de niños con necesidades especiales.
Tal y como comenta su madre, su hija nunca ha tenido problemas de bullying y tiene muchos amigos, con problemas de integración cero.
También el campamento al que ha ido Inés los dos últimos años y en el que ahora está su hermana de ocho años, ha escrito a su madre ofreciéndose para lo que necesite y reiterando el cariño que tienen a la pequeña los monitores. Están abiertos a contar a quien lo crea necesario que la pequeña no tiene problema alguno de convivencia con el resto de los niños de su edad. Es una más.
Pero Carolina cree que ahora lo mejor para la pequeña es sentirse arropada por sus abuelos y primos en la playa.
Falta de empatía e inclusión
En una época en la que luchamos cada día por una mayor inclusión y educar a nuestros hijos en la empatía y sensibilidad hacia las personas con necesidades especiales, es vergonzoso que sucedan hechos de este tipo. Y precisamente son las madres, los padres y las organizaciones quienes tienen que predicar con el ejemplo.
Los padres de Inés aún no saben si tomarán medidas legales, aunque su exmarido y padre de la niña sí apuesta por esta vía, pero Carolina asegura que aún no ha tenido tiempo de sentarse a pensar en todo esto, ya que las cosas están transcurriendo muy rápido: “lo que quería es que se conociera lo que le habían hecho a Inés para que no vuelva a ocurrir a otros niños y eso se ha logrado”.
Por eso, Carolina prefiere quedarse con lo positivo.
Fotos | Cedida por Carolina Gómez
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