Quienes tenemos hijos, solemos bromear diciendo que nos gustaría que existiera un manual para padres, en el que encontráramos todas las respuestas y consejos necesarios para una crianza adecuada, responsable y feliz. ¡Qué sencillo sería todo!
Pero como ya sabemos, gran parte de la crianza consiste en ensayo y error y, a pesar de que existen cientos de libros sobre la crianza y el cuidado de los hijos, lo cierto es que cada familia es única y las cosas que funcionan a unos quizás no le funcionen a otros.
Sin embargo, aunque no existe y nunca existirá un manual universal, sí que hay algunas claves esenciales que nos pueden ayudar en la crianza, de acuerdo con algunos expertos en educación, y que no están enfocadas solamente en los hijos, sino también en nosotros como padres y seres humanos.
El balance entre apego y límites
De acuerdo con la psicóloga y autora Eileen Kennedy-Moore, una buena crianza se resume en dos factores importantes: "La respuesta basada en evidencia, proveniente de 40 o 50 años de investigación, es que todos los niños necesitan tanto afecto como límites. Y uno sin el otro no será suficiente."
Y hay más expertos que piensan igual. Terri Sabol, profesora asociada en desarrollo humano y política social en la Universidad Northwestern, señala que "todo se remonta a ese cuadrante dorado de afecto y control", refiriéndose a los cuatro cuadrantes o tipologías de la crianza definidos por la psicóloga clínica y del desarrollo Diana Baumrind: autoritaria, permisiva, negligente y autoritativa.
De los cuatro, la más adecuada y recomendable es la cuarta opción: la crianza autoritativa, de la que ya hemos hablado en alguna ocasión cuando mencionamos a los padres faro, que llevan la crianza con un enfoque en el que equilibran afecto y límites: "Pensamos que existe una 'paternidad perfecta', pero en realidad se trata simplemente de ser cálido, pero también firme", dice Sabol.
Tomando en cuenta esta base, estas son las cuatro premisas clave que recomiendan los expertos para la crianza de los hijos:
1) Mantén la relación como prioridad
Uno de los pilares para lograr ese equilibrio entre afecto y límites, es poner la relación que tenemos con nuestros hijos como prioridad a la hora de la crianza, guiándonos por el amor y la aceptación incondicional:
“Si saben que incluso en sus peores momentos -ya sea que estén enojados y gritando, o molestos, o desobedientes- eso no cambiará la relación que tienen contigo, es una gran motivación para que se comporten de manera que mejoren su autoestima y para que se autorrealicen,” explica para Fortune Brenna Hicks, terapeuta de juego y consejera licenciada en salud mental.
Desde luego, Hicks explica que esto no significa que no vamos a poner límites y permitiremos que se comporten como quieran, sino que debemos entender que tienen derecho a estar molestos, tristes o enojados y expresarlo, siempre y cuando no caigan en comportamientos inapropiados. "Establecemos límites cuando son necesarios", dice.
2) Promueve su sentido de sí mismo
Emily Edlynn, psicóloga clínica y autora de libros sobre crianza, afirma que el apoyo a la autonomía del niño es esencial. Esto implica reconocer quién es y qué le apasiona, sin imponer nuestras expectativas:
"Significa sintonizarte con quién es tu hijo, qué lo enciende y entusiasma, y apoyarlo, en lugar de imponer tu propia idea de quién debería ser", dice Edlynn, añadiendo que cuando un niño se siente aceptado tiende a abrirse más.
"Si están dispuestos a venir y decir, ‘Me acabo de avergonzar,’ o ‘Cometí un gran error,’ eso muestra que saben que los vas a amar y aceptar por quienes son, sin juzgarlos", explica. "A través de tu relación con ellos y de cómo los tratas, estás fomentando ese sentido de autonomía. Son libres de explorar su identidad, y se sienten más seguros en sus habilidades."
3) Esfuérzate por dar lo mejor y repara cuando cometas errores
Como mencionábamos al inicio, gran parte de la crianza consiste en ensayo y error: a veces vamos a acertar, otras no. Lo importante, es que hagamos lo posible por dar nuestro mejor esfuerzo, y saber reconocer y reparar las cosas cuando nos equivoquemos.
"Nuestras equivocaciones también son parte de enseñarles a los niños cómo estar en relaciones", dice Kennedy-Moore. "¿Qué haces cuando estás enojado con alguien? ¿Qué haces cuando te sientes culpable por algo? Esto les muestra a ellos la ternura que esperamos que tengan, la empatía que esperamos que aprendan y cultiven. Amar significa intentarlo de nuevo."
Recordemos que no hay crianza libre de errores, ni existen las madres y padres perfectos.
4) No descuides tus propias necesidades
Finalmente, una de las claves más importantes para la crianza: no olvidarnos de nosotros mismos. "La ciencia del desarrollo muestra que cuando los padres están estresados, les resulta más difícil tener relaciones saludables", dice Sabol. "La presión sobre los padres para ser perfectos en algunos aspectos en realidad está negando aquello que buscan lograr".
Como ya lo hemos dicho en otras ocasiones, para que nuestros hijos estén bien, nosotros debemos estarlo primero. No solo resulta más sencillo criar cuando nos sentimos bien: también nos ayuda a ser más pacientes y tomar mejores decisiones.
Actualmente, la crianza es más demandante que nunca. Si te sientes sobrecargado por las demandas y responsabilidades de la crianza recuerda que tú también mereces momentos de descanso y autocuidado, y que está bien pedir ayuda si lo necesitas.
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