No pidas los deberes de tu hijo en el chat de padres del cole: más que hacerle un bien, le perjudicas

Año tras año, los grupos de whatsapp de padres del colegio se llenan de mensajes preguntando por los deberes que tienen que hacer los niños en casa: "mi hijo no los ha apuntado en la agenda, ¿me decís qué páginas hay que hacer?", "mi hija no se ha enterado bien, ¿qué tienen que hacer exactamente?", "se ha dejado los libros en clase y necesitaríamos una foto de las páginas que tiene que estudiar, ¿alguien me lo manda?"... Sea cual sea el motivo, ahí está la madre o el padre para solucionar el problema a su hijo.

Sin embargo, convertirnos en asistentes de nuestros hijos perjudica su desarrollo y autonomía, por lo que deberíamos evitar hacerlo.

Te explicamos las consecuencias que acarrea pedir los deberes de tu hijo a través del chat de padres del colegio, y cómo deberíamos enfocar esta situación de forma positiva y educativa.

Los deberes escolares son responsabilidad de los hijos, no de los padres

Fomentar la autonomía de nuestros hijos desde que son pequeños es clave para que vayan aprendiendo a hacer cosas por sí mismos, y se conviertan en niños independientes, con autoconfianza y seguridad en sí mismos.

Por lo general, los padres intentamos promover esta autonomía en tareas diarias como el aseo, el vestir o ciertas tareas del hogar, pero con frecuencia nos olvidamos de lo importante que también resulta fomentar la autonomía en materia escolar.

De hecho, ciertas rutinas escolares como los deberes, se convierten en una maravillosa oportunidad de potenciar aspectos de su desarrollo, como el sentido de la responsabilidad, la independencia y la organización.

Pero nuestros hijos no podrán desarrollar ninguna de estas habilidades y competencias si los padres no les permitimos asumir de forma autónoma sus obligaciones escolares.

Y es que aunque el hecho de pedir los deberes a otros padres pueda parecernos algo sin mayor trascendencia (e incluso podemos llegar a pensar que estamos ayudando a nuestro hijo), al hacerlo estamos interfiriendo en diversos procesos que si el niño pudiera hacer por sí mismo, le aportaría grandes aprendizajes (lo analizamos a continuación).

Cómo le perjudica a tu hijo que pidas sus deberes a otros padres


Si tu hijo no sabe qué deberes hay que hacer en casa, bien porque no se ha enterado, no lo ha apuntado o se ha olvidado de coger el material necesario para acometer sus tareas, rescatarle de la situación le repercute de las siguientes formas:

No le permitimos beneficiarse de los aspectos positivos de ser autónomo

La autonomía no solo se entrena en casa, sino también fuera de ella. Nuestros hijos pasan muchas horas en el colegio, por lo que este escenario se convierte en uno de los más importantes para crecer y desarrollarse como personas autónomas. Además, los profesores y educadores también son partidarios de fomentar la autonomía de los alumnos desde primeros cursos de Primaria, y a menudo trabajan este tema desde el aula.

En este sentido, cuando el profesor anuncia en clase los deberes que hay que hacer en casa, se enseña a los niños a anotarlos en su agenda, coger el material pertinente para trabajar, revisar su agenda al llegar a casa y acometer sus tareas. Esta cadena de obligaciones y responsabilidades fomenta notablemente su autonomía y tiene importantes beneficios para su desarrollo emocional.

Y es que cuando un niño se siente capaz de hacer las cosas por sí mismo, repercute directamente en su autoestima y felicidad, aparte de ayudarle a  identificar con mayor facilidad qué necesita y cómo puede organizarse para obtener aquello que le hace falta.

No le dejamos aprender (y responsabilizarse) de sus errores

Cuando el niño comete algún error que le impide cumplir con su obligación de hacer los deberes, es fundamental que aprenda de ello para hacer las cosas diferentes la próxima vez.

Por ejemplo: "cuando el profesor está diciendo los deberes que hay que hacer, debo apuntarlo inmediatamente en la agenda para no olvidarme"; "he apuntado mal los deberes porque estaba hablando con mi compañero en ese momento"; "antes de salir del cole, debo revisar mi mochila para asegurarme de que llevo todo lo necesario para hacer los deberes en casa"...

Sin embargo, si en lugar de aprovechar ese error de forma positiva para educar a nuestro hijo en responsabilidad, autonomía y resolución de problemas, los padres salvamos la situación, el niño jamás entenderá las consecuencias de sus actos y será incapaz de asumir responsabilidades.

Estamos contribuyendo a que se forje un autoconcepto negativo de sí mismo

Si cada vez que el niño comete un error, sus padres están ahí para allanarle el camino sin darle la oportunidad de resolverlo por sí mismo y aprender para el futuro, es fácil que acabe sintiéndose inseguro y creyendo que no es capaz de hacer las cosas por sí mismo.

Pero además de fraguarse un autoconcepto negativo de sí mismo, es normal que incluso deje de esforzarse o responsabilizarse de sus cosas; total, "¿para qué me voy a esforzar en hacerlo yo, si mis padres siempre acaban haciéndolo por mí?".

Y si mi hijo enferma y falta a clase: ¿debería pedir sus deberes?

Otra situación muy habitual es la de pedir los deberes a través de chat de padres cuando el niño está enfermo y ha faltado a clase. En general, también debemos evitarlo, pues al hacerlo estamos interfiriendo en diferentes procesos.

Por un lado, estamos quitando al niño la oportunidad de responsabilizarse de los deberes que se han mandado durante su ausencia (esto es algo que podría hacer perfectamente por sí mismo cuando se incorpore a clase, ya sea preguntando a los compañeros o a los profesores). Pero además, es necesario entender que lo importante no es que el niño se "ponga al día con sus deberes", sino que comprenda y afiance los contenidos explicados durante su ausencia.

Es por ello que en estos casos suele ser recomendable no interferir y dejar que los profesores guíen al niño, ofreciéndole pautas para recuperar el ritmo de la forma más eficaz. 

No obstante, es aconsejable consultar siempre con el profesor de nuestro hijo para que nos indique cómo proceder.

Entonces, ¿los padres no debemos ayudar a nuestros hijos con sus deberes?

¿Significa esto que si nuestro hijo acude a nosotros para decirnos que no sabe qué deberes tiene que hacer, no podemos ayudarle? ¡Ni muchísimo menos! Por supuesto que los padres debemos ayudar a nuestros hijos, acompañarlos o supervisarlo. Pero ayudar no es sinónimo de hacer las cosas por ellos.

Si se trata de despistes puntuales, podemos ponerle recordatorios en su agenda que le ayuden a tener presente lo que debe hacer (post-it, marcadores...). También podría ser una buena estrategia escribirle notas o mensajes motivadores que le recuerden lo valioso que es y lo que es capaz de hacer.

Si aún así, se olvida sistemáticamente de apuntar lo que tiene que hacer o comete cualquier otro error que le impide llevar a cabo su tarea, debemos hablar con él para ayudarle a identificar dónde está el problema, y así poder solucionarlo. También es recomendable hablarlo con el tutor, pues quizá desde el aula el profesor pueda llevar a cabo alguna estrategia que ayude al niño.

En resumen, los deberes son responsabilidad exclusiva de nuestros hijos, desde el momento en que los anotan en su agenda y hasta que los terminan en casa. Es obvio que pueden necesitar nuestra ayuda en un momento dado, pero esto no significa que los padres debamos responsabilizarnos de sus tareas, y subsanar sus errores y olvidos. 

Si se producen este tipo de situaciones, lo recomendable es indagar en la causa, enseñarle a aprender de sus fallos de forma positiva y motivarle para hacerlo diferente la próxima vez.

Foto de portada | Pexels

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