Fomentar la autonomía de nuestros hijos desde que son pequeños es clave para que vayan aprendiendo a hacer cosas por sí mismos, y se conviertan en niños independientes, con autoconfianza y seguridad en sí mismos.
El aseo diario es una de las parcelas en las que más beneficia a los niños ser autónomos, pues adquirir hábitos de higiene desde muy temprana edad contribuye a su bienestar físico, su autoestima y su socialización.
Si hace unas semanas hablábamos de las rutinas de aseo para bebés de entre 12 y 18 meses, y para niños entre dos y cuatro años hoy hacemos lo propio con los niños a partir de seis años: ¿qué hábitos de higiene puedes enseñarle a tu hijo a partir de esta edad?
Cómo enseñar a tu hijo rutinas diarias de higiene en cuatro pasos
La práctica de la higiene personal es una cuestión de responsabilidad individual que se adquiere fundamentalmente a través de la educación en el hogar desde los primeros años de vida.
Por eso es muy importante permitir al niño asearse solito desde que es pequeño imitando nuestras rutinas diarias de higiene, pues ello le ayudará a ir adquiriendo autonomía y a tomar conciencia de sí mismo.
No obstante, ya sea fruto de las prisas del día a día o la creencia errónea de que el niño es muy pequeño para desenvolverse solo, muchos padres caen en el error de hacer las cosas por ellos. Así, encontramos niños que a la edad de cinco o seis años no son capaces de vestirse solos, asearse por sí mismos o asumir ciertas responsabilidades relativas a sus cuidados personales.
La buena noticia es que nunca es tarde para fomentar la iniciativa y autonomía de nuestros hijos, y en cuanto a rutinas de higiene se refiere podemos inculcarlas en cuatro pasos:
1) Nuestro ejemplo es clave
Para empezar, debemos ser conscientes del peso tan fundamental que tienen nuestros actos en el aprendizaje del niño, de ahí que sea tan importante aquello de "predicar con el ejemplo".
Mantener abierta la puerta del cuarto de baño mientras nos cepillamos los dientes, nos duchamos o nos lavamos las manos ayudará al peque a interiorizar estos hábitos y aprender de nosotros para ponerlos en práctica.
2) Repetir, repetir y repetir
También debemos ser regulares a la hora de mostrar al niño nuestros hábitos de higiene, pues cuantas más veces nos vea nuestro hijo repetir una rutina, antes la incorporará a su día a día.
3) No hagas las cosas por ellos
Tenemos que ser pacientes y darle al niño la oportunidad de hacer las cosas por sí solo, y por supuesto de equivocarse. Si hacemos siempre todo por él/ella para evitar que se ensucie, derrame agua al suelo o haga las cosas más rápido, le estaremos privando de la oportunidad de aprender, ganar confianza y desarrollar su autonomía.
4) Acondiciona el cuarto de baño
A partir de esta edad los niños ya cuentan con la coordinación óculo-manual y las destrezas motrices necesarias para llevar a cabo sin dificultad las tareas relativas a su higiene diaria. Pero debido a su altura todavía puede ser necesario facilitarles el acceso al lavabo con taburetes o torres de aprendizaje de estilo Montessori, así como poner a su alcance todos los productos de higiene para un aseo autónomo.
Asimismo, y para el desarrollo de según qué actividades, la presencia y supervisión de un adulto es fundamental.
Nueve hábitos diarios de higiene que puedes enseñar a tu hijo a partir de cinco años
Cepillarse el cabello
Desenredar su cabello cada día, especialmente antes de ir a dormir, es un hábito que debemos inculcar a los niños a partir de esta edad, sobre todo si tienen el cabello largo.
Si tienen un corte de pelo fácil también pueden peinarlo y recogerlo con ayuda de pinzas, cintas o diademas. Por el contrario, ser capaces de recogerse la melena en una coleta o una trenza es un proceso complejo que llegará más adelante.
Secarse el pelo
Si tienen el pelo corto, debemos enseñarles a secarlo bien cuando salgan de la ducha con ayuda de una toalla. Si lo tienen largo podemos comenzar a enseñarles a utilizar el secador de pelo, pero siempre bajo supervisión adulta y tras asegurarnos de que ha comprendido perfectamente las reglas básicas de seguridad.
En función del grado de madurez del niño, cada padre debe valorar cuándo es el momento de dejarle solo utilizando este accesorio, aunque la mayoría lo sitúan en torno a los diez-doce años.
Cuidar sus uñas
A partir de esta edad podemos iniciarles en el cuidado de sus uñas, enseñándoles a limpiárselas con ayuda de un cepillo y a pedirnos que se las cortemos cuando las tenga largas.
Más adelante podremos enseñarle a manejar un cortauñas infantil para que él mismo se repase las uñas cuando lo considere necesario.
Ducharse o bañarse solos
Alrededor de los cinco o seis años, los niños ya son capaces de aplicar jabón en la esponja de manera autónoma, enjabonarse el cuerpo sin olvidar ninguna parte y aclararse después.
Para lavar su cabello es posible que aún necesiten nuestra ayuda durante un tiempo para enjabonarlo y aclararlo correctamente, aunque muchos peques empiezan a mostrar interés en hacerlo ellos solos.
Aunque es bueno fomentar la autonomía del niño a la hora de ducharse o bañarse, jamás debemos dejar a un peque de cinco o seis años solo en la bañera. Este momento suele llegar en torno a los siete años, aunque siempre dependerá de cada caso concreto y de la madurez del niño.
Una vez fuera de la bañera, nuestro hijo ya debería secarse solo con una toalla mediante toquecitos suaves, recordándole la importancia de poner una especial atención en el correcto secado de los pies, los oídos, la zona genital y los pliegues de las articulaciones.
Aplicarse crema
También a partir de esta edad los niños ya son capaces de aplicarse crema hidratante en el cuerpo cuando salen de la ducha, protector solar, echarse crema en las manos cuando están secas, bálsamo labial o crema facial.
Habrá algunas zonas del cuerpo a las que no puedan acceder y necesiten nuestra ayuda, pero en general es una tarea que pueden comenzar a hacer por sí mismos de forma cotidiana.
Cepillarse los dientes
Desde la aparición de los primeros dientes de leche, los padres debemos cuidar la higiene bucodental del bebé. Al principio seremos nosotros quienes limpiaremos suavemente sus dientecitos, pero a partir de los dos o tres años ya podemos comenzar a enseñarles hacerlo (bajo nuestra supervisión) y a los seis años estarán listos para hacerlo solos.
Vestirse y desvestirse (y elegir su ropa)
A los seis años el niño ya debe tener plena autonomía en el vestir; desde elegir la ropa que quiere ponerse, hasta vestirse sin ayuda, abotonarse las chaquetas o calzarse, incluso si se trata de calzado con cordones, pues entre los cinco y seis años ya adquieren la destreza necesaria para hacer lazos y lazadas.
Cuidar sus ojos
Es importante que enseñemos a los niños a lavar y cuidar sus ojos de la misma forma que lavan y cuidan su cuerpo. Para ello, además de asimilar una serie de pautas para el cuidado de los ojos, a partir de los seis años los niños ya pueden aprender a lavar sus ojos con suero fisiológico y a hacerse responsable del cuidado de sus gafas y lentillas.
Entender la importancia del autocuidado
Es importante inculcar a nuestros hijos desde pequeños que el autocuidado es clave para lograr una autoestima fuerte y sana, para relajarse y sentirse bien con uno mismo. A partir de los cinco o seis años los niños ya deberían tener interiorizada la importancia de dedicarse un ratito al día a cuidarse y asearse con atención plena.
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