
En España, siete de cada diez niños de 12 años ya tienen su primer móvil, y la mitad de ellos desde los 10 años. Mientras que en algunos países se estudia prohibir los móviles a los menores, expertos de la Universidad del Sur de Florida, analizaron los hábitos de uso de teléfonos inteligentes en los niños y hallaron algo sorprendente.
El estudio sobre la Vida en los Medios encuestó a más de 1.500 niños de 11 a 13 años en Florida y encontró que, al contrario de lo que se suele creer, tener un teléfono móvil puede beneficiar a los niños. Otra cosa es el uso que hacen de él.
"Entramos en este estudio esperando encontrar lo que muchos investigadores, maestros y otros observadores suponen: tener un teléfono inteligente es dañino para los niños. No solo no fue el caso, sino que la mayoría de las veces encontramos lo contrario: que tener un teléfono inteligente se asoció con resultados positivos", dijo el investigador principal, Justin D. Martin.
Tener su propio móvil inteligente puede ser positivo
Los resultados de la encuesta revelaron que en casi todas las medidas de salud y bienestar, los niños que tienen sus propios teléfonos inteligentes obtuvieron mejores resultados, o al menos no peores, que los niños que no los tienen.
Los niños con móviles informaron estar más inclinados a participar en actividades como realizar ejercicio, reunirse con amigos y reportar una autoestima más alta que los niños que no lo tienen, o que lo comparten con otra persona.
Además, los niños con su propio teléfono inteligente fueron menos propensos que los niños sin ellos a aceptar que "la vida a menudo parece no tener sentido" y a decir que se sintieron deprimidos la mayoría de los días del año anterior.
Los ingresos no explican estas diferencias. Los niños de hogares con mayores recursos son, de hecho, menos propensos a tener un teléfono inteligente que los de hogares con bajos ingresos.
El problema no es el móvil, sino el uso de las redes sociales
Los teléfonos inteligentes por sí solos no parecen ser los culpables de la crisis de salud mental adolescente, al menos no entre los adolescentes que analizamos.
Más que cualquier otra medida, el acto de publicar o compartir contenido en redes sociales fue lo que se asoció con resultados adversos. Los niños que lo hacían con frecuencia eran más propensos a reportar síntomas moderados o graves de depresión (54% vs. 25%), depresión moderada o síntomas graves de ansiedad (50% vs. 24%) en comparación con los niños que no lo hacían.
También han observado que los niños que no publican ni comparten contenido en redes sociales duermen la cantidad mínima recomendada por los médicos, más de nueve horas en días escolares, mientras que quienes publican no.
Sin embargo, más allá de publicar o no contenido, los niños a menudo son conscientes de los perjuicios de usar el móvil muchas horas. Aquellos que usan las redes sociales a diario o varias veces al día son más propensos a reportar que la tecnología perjudica su vida diaria en comparación con los usuarios menos frecuentes.
Estos usuarios intensivos reconocieron que no duermen lo suficiente porque pasan la noche con el teléfono, que se sienten inquietos o irritados cuando no pueden consultarlo y que prefieren pasar más tiempo en línea que conversar en persona.
"Nuestros hallazgos indican que los efectos de tener un teléfono inteligente son complejos", dijo Wendy Rote, profesora asociada de psicología de la USF. "Es lo que los niños hacen con los móviles y los desafíos para regular el uso de sus dispositivos, en lugar de simplemente poseer un teléfono inteligente, lo que puede causar dificultades o perjudicar sus vidas".
El peligro del ciberacoso en los niños
Los expertos advierten que los esfuerzos para limitar el uso de los medios digitales entre los niños no parecen estar funcionando, ya que más del 70 por ciento de los niños de 11 años encuestados tienen su propio teléfono inteligente, y muchos los adquieren a los ocho años.
Señalan además que incluso la más mínima cantidad de ciberacoso se asocia con la depresión, la ira y signos de dependencia en medios digitales.
Seis de cada diez niños dijeron que experimentaron alguna forma de acoso en línea, lo que desencadenó signos de depresión (32% vs. 11%), estrés emocional (36% vs. 10%) y exhibió patrones adictivos (64% vs. 45%).
Qué pueden hacer los padres
Sobre la base de estos hallazgos, el equipo de investigación compuesto por expertos en periodismo, psicología, salud pública, ciencias políticas y comunicaciones, ofrecen algunas recomendaciones:
- Permitir que niños de 11 años tengan su propio teléfono inteligente probablemente esté bien y puede ser beneficioso.
- Los padres no deberían permitir que los niños pequeños publiquen contenido en redes sociales. También deben estar alerta ante los más mínimos signos de ciberacoso.
- No permitir que los niños duerman con sus móviles. Uno de cada cuatro niños encuestados duerme con un teléfono inteligente en la mano o en la cama. Estos niños no duermen lo suficiente en comparación con aquellos que duermen con teléfonos en otra habitación (8.6 vs. 9.3 horas en promedio).
Los hallazgos de la encuesta formarán parte de un gran estudio de seguimiento a largo plazo sobre el uso de los medios digitales y el bienestar desde la niñez hasta la edad adulta durante 25 años.
Señalaron que los resultados son una breve muestra de 1.500 niños de Florida, que puede no corresponderse con los millones de niños que viven en Estados Unidos.
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