La primera cuestión es elegir el árbol más adecuado, en principio se puede escoger entre un árbol natural o uno artificial, nosotros, amigos del medio ambiente, sin duda nos decantamos por el artificial. Entre otras ventajas, los árboles artificiales no prenden tan fácilmente como los naturales (los buenos), sus hojas no se caen y dura muchos años. Pero ahora la pregunta es, dónde lo voy a poner y cuánto espacio tengo.
La Academia Americana de Pediatría ofrece algunos consejos al respecto, pero nosotros sólo vamos a mencionar los relativos a los árboles artificiales. Piensa que no debe estar cerca de estufas, radiadores o chimeneas, y en el lugar que se coloque no debe entorpecer el paso. En el momento de comprarlo fíjate que en la etiqueta ponga “Resistente al fuego", será la mejor opción.
Si el árbol tiene ramas metálicas, no se deben utilizar luces eléctricas, pues pueden quedar cargadas y al tocarlo producir una descarga.
Los adornos no deben tener plomo ni ser inflamables y si tus hijos son muy pequeños, no cuelgues objetos de pequeño tamaño o desmontables, que tengan puntas pronunciadas ni partes afiladas, podrían cogerlos y lastimarse.
Antes de montar las luces, asegúrate de que los interruptores funcionan bien y no olvides apagarlo todo antes de irte a la cama para evitar posibles accidentes.
Hay varias cosas a tener en cuenta con los adornos navideños cuando hay niños por medio, ¿qué consejos nos darías tú?